Ir al contenido principal

Dünedain - Memento mori (Clifford Steel, 2019)

 


Hay personajes (casi) desconocidos a los que tendríamos que admirar públicamente por su empecinamiento en mantener vivo un género tan poco popular en España hoy en día como el heavy metal. Tony Delgado es una de esas personas. Cerebro pensante de la banda avilesa Dünedain viaja con sus secuaces Miguel Arias y (simplemente) Mariano  desde su maqueta iniciática en 2002. Estos años han grabado cinco largos, girando por donde han podido y manteniendo un pulso compositivo de los más interesantes del panorama actual. Se codea, por estilo, con bandas como Avalanch, Nocturnia, Warcry o Dark Moor, subiendo en ocasiones al metal más clásico y en otras llenando de ramalazos power los estribillos. 

Para Memento mori se metieron en los estudios Rock Lab de Haro (La Rioja) con Dan Díaz, quien también lo mezcla y masteriza. Las cancones están compuestas por Tony Delgado, alias Tony Dünedain, y arregladas por la propia banda y el productor. Junto a Tony en la voz y las guitarras, los nombrados Miguel Arias a la batería, Mariano a las guitarras, Carlos Sanz a las voces y Alberto Velasco al bajo. 

Varias claves marcan los nueve cortes del álbum. La primera, el intercambio de voces, sobre todo de Tony con Carlos, más aguda y vibrante, pero también con invitados, como Tete Novoa (qué vozarrón) y Rubén Kelsen. La segunda, el trabajo de guitarras, anteponiendo la canción al exhibicionismo innecesario y dejando excelentes melodías, algunas dobladas, y varios solos de mucho mérito. El tercero, la contundencia de la tríada rítmica: bajo, batería y guitarra se combinan para machacar cuando el tema lo requiere, de manera industrial en ocasiones, de manera más clásica en otras, sin artificios. El cuarto, los arreglos bien pensados de teclados y sintetizadores. Y la producción y la mezcla magnífica, tanto en la versión comprimida en streaming como en la dedicada al vinilo. Solo faltan buenas composiciones.


Y las hay.

Pocos discos hoy en día comienzan con una canción tan impactante y definitoria como Unidos. Todo lo bueno del estilo musical en una composición ambiciosa de ocho minutos. Desde las guitarras intercambiando y doblando las líneas melódicas de la introducción y el solo, los arreglos orquestales, el piano que aparece lo justo, la cálida pero robusta interpretación de Carlos, el brutal acelerón "¡lucharé!" hacia un puente-estribillo casi glorioso: "hasta el fin estaremos unidos/hasta el fin lucharemos por la libertad". Y esto no va de batallitas épicas, si no de la vida diaria: "navegué en mil pesadillas/tan solo por ser un soñador". No estás solo. Sigue peleando hasta el final que mañana otro sol brillará. Literalmente, Memento mori significa "recuerda que puedes morir". Y de eso va la canción: de no esperar, de amar ahora, de luchar por lo que quieres, de pelear las batallas del día a día. "Si en la vida tienes algo por lo que vivir/no lo pienses más y echa a volar/vuelve a caminar y no pierdas tiempo en sufrir/pues la muerte siempre te va a acechar/está esperando por ti". Grande el trabajo de guitarras y las armonías del estribillo. Cobra todo el sentido el intercambio de voces, la de Carlos con las acústicas y la de Tony en las partes medias, para unirse en la parte central. Más oscuro, con un rollo industrial, sobre todo por la impronta del riff grave, y el protagonismo de los teclados, A un paso del cielo se queda pegado. La única canción que no llega a los cuatro minutos, podría ser un sencillo de éxito en la escena metalera y un imprescindible de los conciertos, sobre todo por el estribillo "Ahora sabes bien que estás a un paso del cielo/sientes que no puedes parar/puede ser tu último aliento/grita, siente, vuelve a levantar/¡luchando hasta el final!".

Que Dünedain son una banda melódica, quizá power, quizá metal, lo afirma, una vez más, Eterno. Larga intro con el tema melódico principal en las guitarras; un instante de silencio y comienzan las acústicas con la voz de Carlos para, tras dos estrofas, recuperar el pulso. Curioso la importancia del arreglo de teclados para conducir la canción. Puente in crescendo y estribillo de voz gloriosa: "por volver a caminar/que sea eterno nuestro amor/regresa hacia mí/ven por favor". Uno de esos temas que marcan todo un álbum.Con Tete Novoa (Saratoga) de invitado, la épica de El viento en la batalla invade el blog: "déjame sentir/el viento en la batalla un día más/sólo sé vivir/cabalgando siempre hacia la tempestad". Las ráfagas de batería junto a los riffs cortados en las estrofas y el adorno melódico en el estribillo son de destacar. "Nunca dejará de de latir/el corazón del guerrero". Y aunque parezca una canción de guerra, en realidad es una reivindicación del propio artista: "no rendiré ante la mediocridad/seguiré firme hasta el fin". Esto es una cuestión de Fe. Tralla en el riff de apertura de Luchador, veloz intro con las guitarras sumándose para dar un corte y dejar la voz en las estrofas con la batería, el bajo y un teclado (qué grande hubiera sido una orquesta aquí). Las guitarras vuelven en el puente y el estribillo, de mis favoritos: "luchar por encontrar la libertad/su dios camina junto a él/abandonado por la realidad". El cambio entre Carlos y Tony da dinámica al tema y la armonización en el estribillo redondea la parte vocal.


Con un toque moderno (por ahí se acercan al metal al estilo Sôber) y una guitarra acústica que funciona muy bien junto al golpeo de los toms, Venus es un medio tiempo de estribillo contundente "voy cayendo, sigo ardiendo/sé que nada va a cambiar/solo quiero despertar/y volver a caminar". El solo con las guitarras dobladas da un punto fantástico al corte. Una balada metalera de estructura clásica, Siénteme, arranca con una cama de sintetizadores bajo la voz del invitado Rubén Kelsen "he aprendido a caminar sin ti/y hoy el miedo me acompaña otra vez". Agranda el registro a partir del primer estribillo, con un fenomenal trabajo vocal y un emotivo solo de guitarra. "Siénteme/en esta melodía solo hay amor". Hasta el fin con la batería y el doble bombo marcando el paso a una intro a dos guitarras que se continúa con un corte de rollo folk en las acústicas, el adorno de flauta y la línea vocal y desemboca en un estribillo simple y contundente. "Si la noche te aburre y no quieres soñar/no aprendiste que algo debes cambiar". Un final con largo y bonito intercambio de solos de guitarra donde participa Alex García (Debler).

La edición en vinilo la publica Clifford Steel, cuyo lema es "hard as steel, hot as hell". Casi nada. Muy bien terminado, con cuidado, incluyendo un encarte con letras y créditos y una foto de la banda. La portada, las fotografías y el artwork son responsabilidad de Marcos Rodríguez.

Disfrutad de la música "de proximidad" siempre que podáis. Buen fin de semana.













Comentarios

  1. Estooooo... buff, o sea, es que... será que estoy negativo porque mañana trabajo pero no me enganchan. Y eso que el sonido general no es malo e instrumentalmene están bien, con momentos que me recuerdan a Sinergy, Helloween o a Gamma Ray, pero, como decimos en Cataluña, no me acaban de hacer el peso. En fin, un abrazo y feliz finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Venga, dale una escucha el domingo después de la primera cerveza. Verás como cambia.

      Eliminar
  2. Los seguí mucho en a época de "Buscando el Norte", bueno, para ser exactos me "machaqué" el álbum, pero luego los perdí el interés, muchos cambios (cantante, guitarra) y creo que perdieron algo de esencia, de echo ellos y Zenobia aportaron algo de aire fresco dentro de la santísima trinidad del heavy español (Saratoga, Avalanch, Warcry)...He "picoteado" este ultimo y el sonido y la producción son cojonudos, los temas también, pero al igual que antes, no me terminan de llenar...tal vez me saturé de ellos, me suele pasar.
    Un saludo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que a veces engancharse a un disco es cuestión de voluntad o de encontrar ese tema gancho. En mi caso ocurrieron ambas cosas a la vez. Aquella gira con Zenobia hizo ruido y, en otras circunstancias culturales y de negocio musical, hubiera roto el techo de ambas bandas. A mí Dünedain me parece un grupo magnífico que está trabajando muy bien su carrera en disco, con buenas producciones, buenas composiciones y un punto original (dentro de la machacada cuadratura del círculo heavy). Un saludazo.

      Eliminar
  3. Vale, pues a pesar de que a veces me satura el exceso del doble bombo y que los pantalones tan apretados pueden hacer que los agudos sean demasiado repetitivos, me ha gustado. La primera parte del disco muy interesante. De la segunda me ha molado mucho Venus. La última estilo Mago podría haber estado mejor.
    Lo dicho, no los conocía, pues el heavy patrio no es lo mío(quitando lo que fue Döria no me engancha ningún grupo), pero sonará en los días que me quedan de Spotify premium. Un saludo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...

Ramoncín - Al límite vivo y salvaje (1990, BMG)

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que este sábado tengo una Cita con mi chica para irnos de concierto a ver y escuchar al señor José Ramón Márquez , os traigo uno de los directos más importantes del rock español. Muchos denostan y menosprecian la figura e impronta de Ramoncín en nuestro rock patrio por su época de adalid de los derechos de autor a la cabeza de la infame SGAE, por su etapa de tertuliano y protagonista del papel cuché e, incluso, por su largo periplo como presentador de un concurso de televisión (mis amigas se pegaban por ir de público para verlo, todo hay que decirlo). Bien, pues no saben separar el polvo de la paja. Yo paso de todo aquello, y me quedo con la música que es lo que todos aquí amamos. Me voy a quitar desde el principio la parte técnica e histórica. Grabado en el 90 durante unos recitales en los que no presentaba ningún disco nuevo lo que le quitaba un poco de presión. Luego nos enteramos de que eran una despedida: en aquel m...

Ilegales - Agotados de esperar el fin (Epic, 1984)

  Este es uno de los discos de mi vida. De esos que tienes tan metidos dentro de ti que no necesitas escucharlos con frecuencia. De hecho, hace muchos años que no lo escuchaba, y al volver a hacerlo para escribir esta reseña me ha provocado las mismas sensaciones que recordaba. Como suele pasar en estos discos, me sabía de memoria el orden de las canciones y hasta el tiempo que dura el espacio entre canción y canción. Esta nueva escucha me ha servido también para reafirmar mi opinión de que este es uno de los mejores discos españoles de la historia. Así de claro. Esta cinta (ya que primero fue una cinta grabada, antes de hacerme con el vinilo), fue una de esas que desgasté en mi radio cassette en mi época preadolescente. Ni siquiera tenía caratula, ni los títulos de las canciones, pero fue una de mis cintas favoritas durante esa época. Siempre me chocó el sonido tan especial del disco. Una “reverb” exagerada en la voz, el sonido de la batería super seco, casi cercano al de una ...

Los Ronaldos - Saca la lengua (1988, EMI)

      ¿Qué mejor excusa para escribir la entrada de hoy que Coque Malla da esta noche un concierto en el Wizink Center de Madrid celebrando el 40 aniversario de su carrera musical en el que sus ex compañeros de Los Ronaldos le acompañarán en el repertorio que rememore de aquella época? Pues es una fantástica excusa, pero yo tengo otra casi mejor para hablar de este disco: y es que el rock nos gusta y nos divierte. Nada mejor para escuchar rock and roll, yeah. Cuando empecé a escuchar música estaba influenciado por mi hermano mayor, que era un fanático del heavy metal anglófono y mi hermano Carlos, mucho más popero pero también con la mayoría de discos en inglés. Y por ello, yo no escuchaba música en español. Me sacaban 9 y 7 años por lo que iban mucho más avanzados y les seguía. Un ejemplo, en mis adoradas VHS’s con videoclips, apenas hay temas en español: directamente no se grababa si lo entendíamos. El caso es que todo empezó a cambiar allí por finales del 88 y ...