Mañana, día 13 de marzo de 2021, se cumplen 32 años de la publicación del primer trabajo de los escoceses Texas. Aunque imagino que es un disco conocido por todos, o casi todos, he decidido traerlo por aquí aprovechando la efeméride y así estrenamos otro grupo nuevo en el blog.
Los de Glasgow fueron fundados por el bajista y compositor Johnny McElhone y la vocalista y también compositora, Sharleen Spiteri. Enseguida se unieron al guitarrista Ally McErlaine. Los tres se han mantenido en la toda la historia del grupo. Para la grabación de este Southside, contaron en la batería con Stuart Kerr. Tomaron su nombre de la película de Wim Wenders, “Paris-Texas”. También les influyó a banda sonora de la misma, a cargo de Ry Cooder, sobre todo en la utilización del slide en la guitarra de Ally, al estilo de Cooder.
Saltaron inmediatamente a la fama cuando lanzaron en enero de 1989, como single adelanto del LP, su archiconocida “I don´t want a lover”. El disco vio la luz en marzo, como ya os he dicho, producido por Tim Palmer, productor e ingeniero de sonido que ha trabajado con Robert Plant, Tears for fears, HIM, Pearl Jam, The Mission, U2, Tarja Turunen…Los siguientes singles no funcionaron tan bien como el primero. Sin embargo, las ventas del vinilo fueron muy buenas. Y en España conformaron una gran base de fans que hizo de nuestra piel de toro su segunda patria. Algo parecido a otra banda de Glasgow que ya os traje por aquí, los Gun de Mark Rankin, primo de Sharleen. Por cierto, durante la grabación de este Southside, Sharleen se multiplicó para colaborar en varias pistas del primer LP de los Gun, Taking on the world, también publicado en el 89. Para cerrar más el círculo de mis colaboraciones en este blog, los Gun fueron teloneros en el Urban Jungle Tour de los Stones, la parte europea de su Steel Wheels Tour en USA, donde los teloneros fueron los protagonistas de mi último FFVinilo, los Living Coloür.
El disco en sí suena a un pop rock con aire sureño e influencias soul. Sobrio, como su portada. Fácil de escuchar y de buena calidad para un grupo debutante. Con un tema número 1 conocido por todo el mundo. Afortunadamente, no se quedaron en la lista de “one hit wonder” y consiguieron algo muy difícil: superar la maldición de dar en la diana con la primera canción y conseguir, a los pocos años, más éxito con otros temas. Los siguientes LPs, Mothers Heaven y Ricks Roads, a pesar de ser buenos discos (el Ricks Roads es mi favorito de ellos, ya sabéis, debilidad por discos malditos, pero es que este suena genial, os lo recomiendo) no tuvieron la misma repercusión. Fue en el 97 y con un notable cambio de estilo en su White on blonde, cuando explotaron a nivel mundial, con ese "Say what you want" que hubiese firmado haber compuesto el mísmisimo Prince. Tanto explotaron, que han vendido más de 40 millones de discos en su carrera. En mi caso, a partir de ese cuarto disco, perdí la pasión por ellos al vascular tan evidentemente a la comercialidad y minimizar las influencias rock en su música.
La cara A empieza con esa intro de guitarra slide que todo el mundo identifica a la primera. “I don´t want a lover”. Además del tema estrella, en esta cara destacan otras dos canciones extraídas como singles: “Everyday now” tema con armónica y donde muestran que el rock de raíces estadounidenses tenía un fuerte ascendente en la banda (incluso por las imágenes de su videoclip, en los pantanos de Luisiana) y “Prayer for you”. “Tell me why” me recuerda al estilo americano de Bruce Hornsby por el tema teclados aunque más tirando al pop. “Southside” es un tema instrumental en la estela del trabajo de Ry Cooder mencionado anteriormente.
Comienza la cara B con el segundo single extraído del trabajo, “Thrill has gone” mucho más pop rock que las anteriores. A mí me gusta, pero entiendo que el interés suscitado por su primer single no tuvo continuidad en este segundo y no volvieron a transitar las listas de éxitos. “Fight the feeling” tiene la mejor línea de bajo del álbum. “Fool for love” y “One choice” intentan volver al camino de rock USA. Y cierran con “Future is promises” una balada que me parece lo más flojo del disco.
Lo dicho anteriormente, durante
los tres primeros LPs ellos mismos se tomaron muy en serio, Sharleen intentaba
desesperadamente no parecer sexy, pastaron por los campos del rock, blues, soul…vamos,
todo lo clásico. Intentaron hacer del slide con cuello de botella su seña de
identidad, destacando junto con la increíble voz de contralto de Spiteri.
Cuando decidieron sucumbir a las modas pop y synth y dar visibilidad al
atractivo de su cantante, alcanzaron la fama. Por cierto, ya sabréis que
Sharleen es una de las musas de la comunidad LBGTQ a pesar de haber estado
casada un par de veces y tener una hija (Thierry Henry le dedicó un gol cuando
nació).
Ya podéis dejar de leer porque ahora van mis batallitas personales. Esta vez he tenido la decencia de dejarlas para el final y no empezar con ellas, y así os las podéis saltar sin ápice de remordimiento.
Texas es uno de los grupos que,
por una u otra circunstancia, más veces he visto en directo: hasta en cuatro ocasiones
he disfrutado en vivo de Sharleen Spiteri y los suyos. La primera, como teloneros de Bryan Adams en
Las Ventas, año 94. Fantástico concierto de los de Glasgow, promocionando su tercer
disco, Ricks Roads. Y claro, si la guinda era Bryan en plena forma, es normal
que guarde un gran recuerdo de aquella noche en compañía de algunos compañeros
de universidad. La segunda, en la Plaza
Mayor de Madrid en las fiestas de San Isidro del 97, cuando aún se hacían
conciertos gratuitos y de calidad en nuestra ciudad. Acababan de publicar su
disco de mayor éxito, White on blonde. Aún no habían pegado el pelotazo padre,
pero estaban a punto. En aquel entonces, yo estaba haciendo la mili. Recuerdo
que la cinta de este disco era la que solía sonar en mi walkman a la hora de
dormir en el CIR de Cáceres, actuando como tapones en mis oidos ante el concierto de
ronquidos y ruidos varios que suelen amenizar una sala con más de 200 maromos
durmiendo juntos. A pesar de que justo esa semana de San Isidro estaba rebajado
del servicio en el Gómez Ulla por un pequeño esguince, arrastré hasta el bolo a
mi amigo Leandro para disfrutar de su música en un marco tan castizo. La
tercera, en el Palacio de los Deportes junto a Pretenders, curiosamente Chrissie Hynde siempre fue una de las influencias más evidentes en Sharleen. Aquel día fue Leandro el que me arrastró a aquel concierto un par de años más tarde. La última, veinte años después, con las nieves
del tiempo plateando mi sien, en el 2019 en La Campa de la Magdalena, en Santander, con mi pareja, y con posteloneros,
los ingleses Immaculate Fools. Salimos encantados por la voz de Sharleen y el
buen hacer de toda la banda: se les notan las tablas. El 2020 iba a ser el año en el que girasen (Madrid incluido) para celebrar el 30 aniversario de este disco. En principio, se ha postpuesto para septiembre de 2021, al igual que el lanzamiento de su nuevo LP (ojo, que va a ser lanzado en CD, vinilo y cassette, guiño a sus viejos fans). Como podéis ver en las fotos de arriba, mi copia me costó 1400 pesetas, toda una pasta en aquel entonces, la verdad.
El hombre blandengue -dicho sea con la voz de El Fary- ha hablado de nuevo. Y yo, siguiendo la tradición que me he impuesto -ya sé que no tódos lo hacéis, malandrines o malandrinas- he escuchado con atención -te lo juro- el disco este que tanto te emociona. Pues nada, que ya está hecho, a otra cosa mariposa.
ResponderEliminarEso sí, la entrada genial como siempre y con esa componente emocional personal que enriquece estas reseñas y que para nada me saltaría. Que el fin de semana te sea leve, amigo.
No seas llorón, que alguna vez te han sorprendido mis mamandurrias y hasta te han gustado. Aunque a lo mejor, sólo lo decías porque era el principio de nuestra relación y , o bien lo veías todo rosa, o bien me querías conquistar, como hacemos con las chicas y no somos todo lo sinceros que deberíamos... Besitos y buen finde
EliminarJajajajaja... a ver tu próxima mamandurria, si es menos blandengue. Ya sabes que en las relaciones la responsabilidad no es de uno solo.
EliminarClaro, yo también me dejo querer, no soy tonto jaja.
EliminarA mí me encantan las batallitas. Creo que coincidí contigo en aquel concierto de la Plaza Mayor, aunque me temo que yo "iba por ahí" en un estado, diríamos, que no me permite asegurar si estuve o no estuve, pero me informan los licenciados que compartieron aquella jornada que "debimos estar". No sé si cuenta. Por lo demás, todo mi respeto para esta pandilla que sube conseguir un éxito no efímero. La voz de Sharleen me gusta mucho y hoy he aprendido un poco más de música y músicos. Gracias y un abrazo.
ResponderEliminarYo creo que sus primeros discos son muy válidos. Y que supieron reinventarse, también. Buen finde.
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