Ir al contenido principal

Alamo - Alamo (Atlantic, 1971)


Andaba yo hace unos años escuchando ese glorioso disco de Chris Bell titulado I Am the Cosmos cuando me dio por hacer un poco de arqueología musical. En la actualidad es algo sumamente sencillo gracias a internet, y a mí me mola mucho eso de descubrir que un músico ha tocado en tal disco... en fin, cosas de locos de la música, creo que los que estéis leyendo esto me entenderéis mejor. En fin, sucede que buceando en los créditos de esa joya de la vida que es I Am the Cosmos, descubrí que el bajo y órgano los había puesto un tal Ken Woodley, que había tocado en una banda llamada Alamo a comienzos de los 70. Ni idea, no había escuchado ese nombre en la vida. En cuanto acabó I Am The Cosmos me puse a buscar este disco para poder escucharlo. Ahora ya está incluso en Spotify, yo en su momento me lo tuve que currar un poco más para encontrarlo, aunque tengo claro que este disco no habría podido descubrirlo en los 80 o 90. En fin, abreviando: el disco me encantó. De hecho, a cualquier amante de sonidos a lo Steppenwolf, Lynyrd Skynyrd, ZZ Top, los Allman Brothers o los Black Crowes seguramente le flipe también. Probablemente, la razón principal por la que este disco me guste tanto es ese sonido del órgano, que le da un toque diferente a los sonidos sureños a los que estamos acostumbrados. Supongo que, precisamente el hecho de contar con un líder (el mencionado Ken Woodley) cuyo instrumento principal fuese el órgano, algo un poco en las antípodas de lo comercial, no les ayudó demasiado a ser número uno. No obstante, que nadie se confunda: no estamos ante un LP complejo lleno de jams instrumentales.

 Hay contraportadas que molan más que las portadas

Hay momentos donde el órgano cobra un gozoso protagonismo, como en la canción que cierra el disco, Happiness Is Free, o sobre todo en Get the Feelin', donde las probabilidades de que las cabezas vuelen aumentan peligrosamente, pero este es un disco de canciones, no de solos. No hay más que escuchar The World We Seek, mi canción favorita del álbum, para darse cuenta: el arranque es espectacular, y su culminación en ese estribillo demoledor parece tocada por los dioses. Bensome Changes, que salió como single, es otro gran ejemplo de cómo se las gastaban estos tipos, a mitad de camino entre las raíces y sonidos más duros. Seguramente, si hubieran sacado más discos habrían terminado por encontrar su sonido definitivo, pero por desgracia nunca lo sabremos. De hecho, muy pocas cosas se saben de esta banda, más allá de que participaron en un festival de Atlantic junto a otras bandas del sello como Led Zeppelin para pasar después sin pena ni gloria, comercialmente hablando al menos, por el mundo de la música. Si las listas de éxitos os importan una mierda, tenéis vocación por las causas perdidas o simplemente sois unos consumidores insaciables de música, dadle un par de escuchas a este disco. Porque si lo escucháis entero una vez, garantizo que no será la única.

La lista de cancionazas

El guión sobre cómo me compré este disco no da para película de Berlanga ni de lejos, pero fue verlo en el estante de discos Revólver en una de las últimas ferias del disco de Madrid y pensar que los milagros existían. Viva el rock and roll, la música y las personas con las que la compartimos.

Comentarios

  1. Me lo apunto para escucharlo.
    Arqueología musical, me suena, me suena... ;)
    ¡Buen fin de semana!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que aquí todos andamos un poco enfermos de eso. Eso sí, bendita enfermedad. Igualmente, un abrazo!

      Eliminar
  2. Lo he escuchado muchas veces y pese a que es bueno dentro de lo que son las rockliquias nuca me ha terminado de calar no recuerdo por qué, le daré otra oportunidad. ¿Es una re-edición? tiene que ser muy difícil de pillar

    Creo que no me termino de convencer en su momento porque estoy tan acostumbrado al heavy psych y al prog kraut y tal que es dificil que un disco de simple y buen hard rock me marque como antes aunque sean que es muy bueno y de mi época, quizás es un disco que en su formula comercial decepciono mucho porque la portada invita a ser un country blues rock muy acentuado que luego no encontramos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por lo que parece, este disco nunca se ha reeditado en vinilo. La edición que tengo yo es una promo, de estas para djs, y lo encontré en un estado cojonudo por diez euros. En discogs las ediciones que hay más allá de la primera rondan los 25 euros de precio medio, aunque intuyo que con el envío se disparará bastante la cosa.
      Yo no he escuchado apenas psicodelia heavy más allá de nombres conocidos, y este disco siempre me gustó mucho. Dale otra escucha, que no te arrepentirás

      Eliminar
  3. Otro grupo del que no he escuchado hablar en la vida. Deberes para el fin de semana. Saludos y gracias por traerlo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si mi cabeza no estuviese tan malita y no buscara siempre en los créditos de lo que escucho, yo tampoco conocería este disco. Buenos deberes, sí señor. ¡Gracias a ti por leer mis idas de olla!

      Eliminar
  4. No había oído nunca hablar de ellos. Los estoy escuchando y me gustan bastante. Gracias por el descubrimiento. Feliz finde, Alberto!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay qué bien, me alegro mucho Tina. Igualmente para ti, que suenen muchos discos!

      Eliminar
  5. No los conocía. Me recuerdan por estilo a Allman, Cactus, Grand Funk, Lynyrd...Los tengo en cuenta. Por cierto, podemos tender un puente entre tu disco y el mio de esta semana: el órgano hammond. Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me ha cambiado el usuario. Ahora sí es el correcto, jeje

      Eliminar
    2. El sonido es un poco similar a todas esas bandas, sí, entonces si eres un pedazo de yonki de sonidos sureños como yo pues caes rendido a su encanto sin remedio. Larga vida al órgano hammond, sí señor. Saludossss

      Eliminar
  6. Viva el rock and roll, la música y las personas con las que la compartimos. Tal cual te lo plagio aquí, porque ese mensaje es el lema de este blog, en el fondo. Conocía a la banda pero nunca le presté atención, así que me pongo a ello. Cómo nos gusta encontrar esos discos así, de repente, sin esperarlo; creemos que los han puesto ahí para nosotros y ¡qué remedio! se tienen que venir a casa. Un saludaco.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No se me ocurre un lema mejor, la verdad. Tú lo has dicho, parecen puestos ahí expresamente para nosotros. Me encanta eso de tener en la cabeza una idea preconcebida de lo que quiero comprar, y volver a casa con discos que no iban a ser los elegidos a priori. Qué maravilla la puta música joder. Saludazo!

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Boikot - Los ojos de la calle (Discos Barrabás, 1990)

  Hay música que corresponde a un momento concreto de nuestra vida y que, por edad usualmente, por cuestiones personales a veces, queda ahí anclada, como un bonito recuerdo. Música a la que no suelo volver casi nunca. Y ese caso lo representa perfectamente el debut de Boikot. En el devenir de la cultura rock madrileña se conformó, en la segunda mitad de los ochenta, un grupo de bandas jóvenes con unas sonoridades muy particulares, emparejadas con eso del rock urbano, pero tintado de una manera particular en la que escuchábamos las raíces de Leño o Burning junto con ramalazos unas veces punk, otras más metaleras, otras más seventies, incluso algo de blues. Ahí puedes meter a Esturión, Casablanca, Porretas o los mismos Boikot.  En medio de ese “fregao” musical cobró protagonismo Mariano García, polémico personaje, especialmente en sus últimos años. Generó negocio, oportunidades y ayudó a crear y mantener “la escena” madrileña a través de varias salas (Canciller, Barrabás), su labor promo

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Paice Ashton Lord - Malice in Wonderland (Polydor, 1977)

Esto no estaba previsto. Este disco no estaba en la lista de títulos para reseñar en #FFVinilo. Pero es que el fin de semana pasado por fin pude hacerme con él, y tenía ganas de compartirlo. Los que leéis esto ya conocéis esa sensación de ir pasando discos y encontrar de repente esa portada que tienes en la cabeza desde hace tiempo. Qué sensación. Se que vosotros me entendéis, así que no encuentro mejor foro para compartir ese momento que este blog, lleno de melómanos “vinileros”. Lo curioso es que no solo encontré una, sino dos copias, una francesa (“gatefold”) y una inglesa (sencilla). Con buen criterio, me quedé con la inglesa. Y claro, eso se nota en el sonido. ¡Como suena esta maravilla! Si os gustan esas producciones típicas de los 70 con mucha profundidad y dinámica lo vais a disfrutar (nada que ver con las producciones actuales, cada vez más “planas”). A la producción, la leyenda, Martin Birch (Deep Purple, Whitesnake, Black Sabbath, Iron Maiden, …). ¿De dónde sale este grupo?

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Creedence Clearwater Revival - "Green River" (1969)

  Las canciones, conscientes de su pegada y su carácter de inmediatez, se liberan de artificios y apéndices instrumentales.... Por Jorge García . Pocas bandas a lo largo de la historia han conseguido hacer tanto y tan bueno en menos tiempo que el que emplearon los cuatro componentes de la  Creedence Clearwater Revival . Aunque de los tres años que la formación empleó en grabar discos (con John Fogerty al frente), 1969 fue el que se llevó la palma con tres álbumes publicados en menos de doce meses. Y para más inri, podemos afirmar que al menos hasta el tercer catálogo publicado por el grupo, el nivel fue a más, alcanzando con su tercera entrega,  "Green River",  su mejor trabajo hasta aquél momento. Precisamente de esta tercera intentona discográfica vamos a hablar hoy. Un disco en el que el menor de los Fogerty alcanza un status como compositor y líder ciertamente demoledor, tomando el mando de la situación y construyendo un disco de apenas media hora de duración pero con tod