“If music be the food of love, play on”
Así comienza la obra de Shakespeare “Twelfth night” ("Noche de reyes"). En su autobiografía (“Play On: Now, Then & Fleetwood Mac”) cuenta Mick Fleetwood, el baterista de la eterna sonrisa (no os perdáis, por favor, sus expresiones faciales en el vídeo que he puesto más abajo, bueno, no os lo perdáis en general en ninguna de sus actuaciones) que este verso fue lo que les inspiró para titular su tercer álbum de estudio, “Then Play On”, el que vamos a analizar en esta entrada.
En julio de 1966 John Mayall fichó a Peter Green, que entonces tenía 20 años, para sus Bluesbreakers y sustituir a Eric Clapton, que se había ido para formar Cream. Ahí es nada. Cuando le preguntaron por Clapton, Mayall respondió “Tenemos a alguien mejor”. Y Mike Vernon, su productor, le respondió “¿Mejor que Clapton? Estás de coña, ¿no?” (aquella fue la época en la que se hizo la famosa fotografía de la pintada que rezaba "Clapton is God" en una pared de Londres y un perro orinándose en ella). Respondió Mayall “puede que en este momento no sea mejor que él, pero en un par de años lo será”.
Y no se equivocaba.
Un par de años después, Green había formado su propia banda, con Mick Fleetwood a la batería, John McVie al bajo y Jeremy Spencer en la guitarra rítmica. Después llegaría Danny Kirwan. Si Peter Green no llegó a ser tan reconocido como Clapton no fue, desde luego, por falta de talento. El LSD agravó su esquizofrenia, y los electroshocks hicieron el resto. Aún así, cuando lograron reconducir el tratamiento de su enfermedad, tuvo una discreta carrera en solitario, con joyas como "In The Skies" (1979). Al menos se salvó, aunque su historia recuerda demasiado a la del "diamante loco" Syd Barrett.
En cualquier caso, a pesar de los halagos que recibió en su momento, Peter Green es un hombre sencillo y poco dado a figurar. Llamó a su grupo con los apellidos de su baterista y su bajista, y buscó un tercer guitarrista para no centrar la atención sobre él. Años después se mantienen, con una evolución desigual: del blues puro de finales de los 60 al pop rock de finales de los 70 en adelante, pero, en cualquier caso, y, en mi opinión, una de las más interesantes de la historia de la música.
Then Play On
Este tercer disco sucedió en 1969 a otros dos absolutamente grandiosos, grabados en directo en el estudio, y pertenecientes al blues más puro, con temas propios y algunas versiones. En este se puede ver una evolución evidente hacia el rock, que se aprecia de manera muy especial en la joya del disco, esa inmensa oda llamada “Oh Well", inspiración posterior (y declarada) para muchos otros artistas, como por ejemplo, Led Zeppelin y su “Black Dog” o AC/DC y su "Beating Around the Bush" (ese riff inicial es clavadito). Son casi nueve minutos (en dos partes) de puro orgasmo sonoro, la primera cañera y rockera y la segunda mucho más lenta y pausada, casi solemne y rayando en el rock progresivo (en el vídeo, a partir del 14:12, solo la primera parte. La segunda nunca la han tocado en directo).El otro sencillo del disco fue la sensual y rockblusera "Rattlesnake shake" (a partir del 32:30 en el vídeo)
El disco que tengo es la versión estadounidense que salió a la venta en noviembre de 1969, y que contiene “Oh Well” como quinto corte de la cara A. Esta canción salió al mercado como sencillo y no fue incluido en las primeras ediciones británica y americana (también le tengo, enmarcado como la joya que es ;)
La preciosa ilustración de la portada es obra del artista inglés Maxwell Armfield y se llama “Domesticated Mural Painting”. Representa a un hombre desnudo a lomos de un caballo blanco a galope.
El nombre del grupo y el título del disco no aparecen en la portada, sí en la contraportada, sobre una sencilla mancheta negra, en mayúsculas y con tipografía blanca.
Si lo abrimos, nos encontraremos con una foto en blanco y negro del grupo con su formación de 1969, esto es, de izquierda a derecha, Danny Kirwan (guitarra), Mick Fleetwood (batería), Peter Green (guitarra solista), John McVie (bajo) y Jeremy Spencer (guitarra).
Detalle de las canciones y créditos del álbum:
Detalle del vinilo y las etiquetas del disco:
Jeremy Spencer no contribuyó demasiado al disco, pues la química entre Green y Kirwan era muy fuerte (en el vídeo de "Oh Well" se aprecia de manera muy evidente ese entendimiento entre ambos), y se sintió algo desplazado. Sin embargo, en el escenario las liaba pardas, con unas interpretaciones muy salvajes, lo que provocó problemas con los patrocinadores de las actuaciones, teniendo que echarles de algunos locales, como del famoso Marquee Club londinense.
Peter Green usó para la grabación de este disco su famosa Gibson Les Paul del 59, que había adquirido en 1966, guitarra que tiene un imán invertido en una de las pastillas, lo que da como resultado un tono único especial y dulce, fuera de fase, más parecido al de una Stratocaster y que por un error de fabricación, sin comerlo ni beberlo se convirtió en una de las guitarras más famosas de la historia del rock. Cuando Green se fue de Fleetwood Mac en 1970 se la vendió por 300 libras a un chaval llamado Gary Moore que les teloneó con su grupo Skid Row, y en 2014, Kirk Hammett, de Metallica, admirador incondicional tanto de Green como de Moore, la compró por una cifra cercana a los dos millones de dólares. 'Greeny' está en buenas manos, aunque daría lo que fuera por escucharla otra vez blusera y desgarradora. ¿A qué manos irá a parar el mágico instrumento la próxima vez?
Hammett fue a ver a Peter Green en enero de 2020, se llevó a 'Greeny', y compartió ese momento en Instagram. Hubiera sido maravilloso ver a Gary en esta foto, pero un ataque al corazón en 2011 nos dejó huérfanos de su talento :(
En la web Guitar Exchange hay un buena reseña sobre este disco, que merece la pena leer. Yo no puedo aportar a lo que allí se dice más que mis sensaciones. Cuando escuché por primera vez “Oh Well”, hace muchos, muchos años sentí electricidad, el escalofrío que siempre experimento cuando escucho algo que me gusta, y que no me engaña nunca. También necesidad de saber más, de escucharles, de profundizar en su música. Por la edad que tenía yo entonces (unos 18 o 20) no podría haberles escuchado a finales de los 60, por aquel entonces yo no estaba ni en proyecto, pero sí había oído a los Fleetwood Mac de la segunda etapa, la de Stevie Nicks de finales de los 70. Y me quedé tan impresionada por lo diferentes que sonaban que parecían dos grupos distintos. Bueno, es que lo son. El mismo grupo muy diferente, con dos evoluciones fascinantes. Y fascinantes llevan siendo la friolera de cincuenta y tres años. Que sigan alimentando el amor y tocando muchos más. Necesitamos artistas con tanto talento.
La autora de estas líneas es una rendida admiradora de la música, especialmente del blues, del rock y especialmente de la que se hace con seis cuerdas, de ahí mi apodo. Fetichista confesa de las Stratocaster, me gusta sobre todo la música de finales de los 60 y 70, pero también otras épocas y estilos. Como decía hasta hace poco en mi perfil de Twitter, me pagan por escribir sobre temas aburridos, pero mi pasión es la música y también escribo sobre otros temas. Adoro los discos de vinilo, me encanta escuchar ese chisporroteo cuando empiezan a sonar y rebuscar durante horas en tiendas de discos de segunda mano. Coleccionista desde hace años de los grupos y artistas que más me gustan. Y encantada de participar en este blog, que he seguido con mucho interés.
Gracias por traer esta entrada Seis Cuerdas es una de las bandas que tengo muy pendientes, pese a que su etapa más conocida no me llama mucho la atención sus orígenes sí, y su mítico Albatross
ResponderEliminarGracias a tí por comentar. Comparar las dos etapas de Fleetwood Mac es inútil, porque no son comparables, hay que valorarlas en su contexto. Te recomiendo, de la primera, además de este disco, los dos primeros ("Peter Green's Fleetwood Mac" (1968) y "Mister Wonderful" (1968) y un interesantísimo recopilatorio que sacaron el año pasado, se llama "Before the beginning - 1968-1970 Rare Live & Demo Sessions" (se puede encontrar en vinilo, yo lo he visto en Amazon, por ejemplo). De la segunda etapa (no la descartes sin darle una oportunidad) te recomiendo "Fleetwood Mac" (1975), "Rumours" (1977) y "Tusk" (1979).
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ResponderEliminarDa gusto leer a alguien que escribe bien y sabe de lo que habla. Buenísima primera entrada. Además con un disco estupendo y con historia detrás. Green pertenece a ese club de locos diagnosticados que vieron limitada su creatividad, o la expresión de la misma para el resto de los mortales. Una pena. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegra que te haya gustado ;)
EliminarSi la enfermedad no se hubiera cruzado en su camino, hoy en día Green estaría al mismo nivel de popularidad que Hendrix o Clapton, contando con que cada uno son diferentes y aportaron cosas distintas a la música. Por eso merece mucho la pena escuchar estos primeros discos de FM.
Yo conozco más la segunda etapa de la banda, pero alucino con Oh well. Me encanta ese single enmarcado que tienes. Bienvenida.
ResponderEliminarYo, logicamente por la edad que tengo, también viví más su segunda etapa. La voz de Stevie me embrujó, y rascando rascando, investigando, di con sus primera etapa y flipé. Mi single de "Oh Well" es uno de mis tesoros ;) Muchas gracias por la bienvenida.
EliminarDa gusto leer entradas de este tipo, donde se unen la pasión por contar las cosas y el saber cómo hacerlo, que me parece lo más complejo de todo. No es mi banda favorita, pero este disco me parece glorioso. Bienvenida, y que sea la primera de muuuuchas
ResponderEliminarMuchas gracias, Alberto. Este disco es maravilloso, para disfrutarlo mucho y bien.
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ResponderEliminarFantástica entrada. Pero es que no soy objetivo. Yo llegué a Peter Green's Fleetwood Mac a través de Gary Moore. Cuando se puso a hacer blues. Me compré una caja con toda la trayectoria del grupo (la inglesa y la americana) y me flipó tanto el disco dedicado a la época de Peter Green que me hice con un montón de cd's, de estudio y de directo. Nadie ha sabido hacer hablar a una guitarra como este señor. Bienvenido y debut con gol.
ResponderEliminarMuchas gracias leinadmb. Cuando se trata de Fleetwood Mac a mí también me cuesta un poquito ser objetiva, jejeje. Efectivamente, Peter Green ha hecho hablar a las guitarras, les hacía contar cosas y expresarse de un modo que emociona. No se puede decir lo mismo de otros, seguramente muy virtuosos, pero no con tanta alma.
EliminarMe ha cambiado el usuario. Ahora sí aparece el correcto jeje
EliminarLo primero de todo... ¡Bienvenida! y los siguiente ¡qué buena entrada!Me mola mucho Peter Green, me sorprende lo bien cuidada que tienes la edición de vinilo con lo antigua que es, vaya tesoro. Por cierto qué maravilla ese solitario "In The Skies"
ResponderEliminar¡Hola Tina! Muchas gracias. El disco es un auténtico tesoro, y hay que cuidarlo como tal ;) Los discos de Peter Green en solitario son muy recomendables, y ese muy en particular es una maravilla, me encanta. ¡Un saludo, y buen fin de semana!
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