Ir al contenido principal

Iron Maiden – Killers (EMI Records - 1981)


Hola amigos. Descubrí a los Maiden con Run to the hills y la cinta de The number of the beast fue lo primero que tuve de ellos. El Piece of mind ya fue el acabose y con Powerslave me contagié para siempre con la fiebre maideniana. Sin embargo, me faltaban sus lanzamientos anteriores por lo que rapidamente me hice con sus dos primeros álbumes en estudio. En su debut aparecía en portada Eddie The Head, con un aspecto de zombie punky desaliñado. Pero en este Killers que hoy os presento –por cierto, reedición de 1985 de la serie Fama de EMI-ODEON S.A.– ya se nos mostraba un Eddie más definido, además de violento, con su apariencia heavy habitual –utilizada tanto en el mencionado The number of the beast como en el Maiden Japan– hasta que comenzaron a cambiarla en cada lanzamiento. Musicalmente, aunque paradójicamente fue compuesto antes del inicial Iron Maiden, suponía una transición entre su primer trabajo oficial y el seminal The number of the beast, ya con Bruce Dickinson en sus filas. Ello se debía a la presencia a la producción del gran Martin Birch, artífice –con permiso del omnipresente Rod Smallwood– de gran parte de la ascensión al estrellato internacional de la banda. 

Grabado en los Battery studios y con Derek Riggs a cargo de la portada –su marcha, así como la mierda de portada del Fear of the dark, supuso para mi una decepción casi tan grande como la llegada de Blaze Bailey–, Killers fue el último disco en el que el impredecible y pasado de vueltas Paul Di’Anno se ocupó de las voces y el primero en contar con Adrian Smith –amigo de Dave Murray– en substitución de Dennis Stratton. Así pues, con Di’Anno a las voces, Murray y Smith a las guitarras, Steve Harris al bajo galopante y Clive Burr a la batería, el grupo sacó al mercado este Killers con el siguiente track list cargado de himnos imprescindibles del metal de los 80: 

A 
The ides of march 
Wrathchild 
Murders in the rue Morgue 
Another life 
Genghis Khan 
Innocent exile 

B 
Killers 
Prodigal son 
Purgatory 
Drifter 


El disco se inicia con The ides of march, un icónico tema instrumental, una especie de obertura pomposa que no deja de ser un ejercicio de arrogancia y osadía para unos casi desconocidos que estaban sacando su segunda obra al mercado. Para que veáis lo lanzados que iban estos tipos. Por cierto –aunque supongo que la mayoría ya lo sabéis, no está de más comentarlo–, este tema también aparece en el álbum Head on de Samson –visto aquí– con el título Thunderburst. Y es que fue compuesto a finles de los 70 en una primeriza formación de Iron Maiden que incluía al batería Barry Thunderstick Purkis, quien acabó entrando en los mencionados Samson substituyendo a Clive Burr, que a su vez entraría en los Maiden en un ejemplo más de cómo de relacionados estaban los grupos de lo que se llamó la NWOBHM, al menos en sus albores. 

La relación no acaba ahí, ya que en Head on cantaba un tal Bruce Bruce, quien grabaría un solo álbum más con la banda antes de dejarla y entrar en Iron Maiden. Pero ahí no termina la cosa porque Samson era el grupo de Paul Samson, que había tocado con John McCoy, quien a su vez había estado en la banda de Ian Gillan, donde coincidió con Janick Gers, que años más tarde se uniría también a los Maiden

En fin, dejemos el anecdotario y pongámonos a lo que toca, que en este caso es hablar de Wrathchild, otro de los clásicos de Iron Maiden. De hecho, no hay un tema en los primeros álbumes de la banda que no sea mítico e imprescindible por lo que se hace difícil comentarlos de manera individual. Una cosa está clara y es que el salto cualitativo del sonido del grupo entre su debut y este Killers es abismal gracias a Birch, algo que con la llegada de Dickinson ya adquirió tintes estratoféricos. La siguiente Murders in the rue Morgue tiene un inicio tranquilo que poco a poco va aquiriendo fuerza hasta desembocar en otro trallazo clásico. Lo mismo que Another life. Murray y Smith brillan de qué manera y Harris lo conduce todo con sus líneas de bajo. Genghis Khan es una instrumental alucinante con diversos cambios de ritmo que precede a Innocent exile. Y si en esta cara queda algo claro es que tanto Harris como el dúo de guitarristas son las estrellas del grupo. Burr cumple de manera más que aceptable, aunque no destaque por nada en particular y Di’Anno, aunque me es imposible separar su voz de estas canciones imperecederas, era quien menos nivel tenía. Estoy convencido de que sus problemas con diferentes adicciones fueron la excusa perfecta para darle la patada ya que igualmente hubiese sido invitado a dejar la banda más pronto que tarde. 


Ya en la cara B, las líneas de bajo iniciales de Killers me conducen a esos cajones de la memoria que siguen inalterables a lo largo del tiempo. No puedo decir nada más de ese temazo. Prodigal son es una preciosidad, desde el principio –que me recuerda al de You can’t kill rock and roll de Ozzy Osbourne, de su Diary of a mad man editado el mismo año– hasta el final. Entonces llegan Purgatory, otro trallazo supersónico en el que Murray y Smith se lucen, como en todo el álbum la verdad y la imprescindible Drifter. ¿Qué puede decirse de esta canción?, era el tema que nunca faltaba en los directos ya que era en el que un Eddie gigante aparecía en escena y para mis neuronas es como el metrónomo para los perros de Pavlov. Es oír su inicio e imaginarme al monstruo apareciendo en escena. 







Total, uno de esos discos incontestables e imprescindibles de una banda que lo ha sido todo en la música rock de los 80 sobre todo y que ha sabido mantenerse –pese a algunos altibajos– en un lugar preeminente de la historia de la música a lo largo de las últimas décadas. 

¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Hace mucho tiempo que no oigo este disco, voy a arreglar eso enseguida. Al final con Maiden siempre suelo volver al Number of the Beast, Powerslave y, en los últimos tiempos, al Book of Souls (cómo me flipa ese álbum). Me ha molado conocer lo que comentas de Samson, Bruce Dickinson y Janick Gers. Saludoss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que Bruce es mucho Bruce... pero no se puede amar a Maiden sin la época Di'Anno y este Killers en particular. Me alegro de haberte contado algo que no sabías. Saludos.

      Eliminar
  2. Qué comentar? raro es el día que no pincho a los Maiden. Un abrazo amigo

    ResponderEliminar
  3. Siempre se aprende algo nuevo. Gracias.

    ResponderEliminar
  4. Esa marca de "Fama" en la esquina ha pasado muchas veces por mis manos. Una forma barata de conseguir música cuando el dinero iba justito. Hoy día, con las pomposas re-ediciones, parece un robo pagar por esos vinilos metidos en una funda de plástico o en una de papel llena de "publicidad" (que alguna tengo). Respecto a lo musical, nada especial que añadir. No es un disco que escuche con frecuencia, pero, qué cojones, es Iron Maiden. Imprescindible. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, parece que nos quedamos obsesionados por el Powerslave o el Piece of Mind e incluso el Number of the beast... pero los dos primeros son imprescindibles y creo que este Killers en particular es una joya. De la serie Fama también tengo el primero de Queen. Son como vinilos de segunda, pero las canciones son las mismas y -al menos por entonces- era lo que importaba. Ahora es cierto que quedan pobres y desangelados. Abrazos.

      Eliminar
  5. A mi este disco también me gusta mucho. ¡Ees un discazo! ¡Cuánto sabes, Piltrafilla! Me flipa cuando contáis todas esas anécdotas de las bandas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te creas que sé tanto. Hay cosas que sí, porque las mamé en su día (caso de lo que cuento en esta reseña)... pero otras veces hay cosas que las encuentro investigando datos para escribir la entrada. Me alegro de haber acertado esta vez. A ver la próxima. Un abrazo ¡y muchos boquerones! :)

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Rainbow – Down to earth (Polydor-1979)

Sin vinilos raros o exóticos para comentaros esta semana, echo mano de mi fondo de armario vinílico y como en mi anterior visita, dedico la reseña de hoy a otra de esas obras incontestables de finales del siglo XX de las que nadie quiere hablar porque todo cuanto pueda decirse, sobra o es redundante. Pero para eso estoy yo, para redundar en lo obvio. Y para dar a la reseña un enfoque diferente, más que del álbum –que también–, os hablaré de su vocalista. Total, que después de saber de él en Alcatrazz [ aquí ] o MSG [ aquí ], hoy os traigo de nuevo al incombustible Graham Bonnet para presentaros otro enorme disco en el que participó aportando su personalísimo estilo. Poneos cómodos.    Érase que se era el británico Graham Bonnet , un adolescente nacido en una localidad costera del condado de Lincolnshire que se ganaba unas libras cantando jingles para la radio. Su primo Trevor había emigrado con sus padres a Australi...

City Boy - The day the earth caught fire (Atlantic, 1979)

  Si puedes imaginar una reunión entre Jeff Lynne y Freddie Mercury un sábado a medio día con unos cócteles y un piano delante de ellos, puedes hacerte una idea de lo que vas a escuchar en este The day the earth caught fire . Ah, y se pasó por allí uno de los hermanos Gibb (no recuerdo cual, creo que el bajito) en algún momento para retocar algunas armonías y, tal vez, Jim Steinman metió algunas letras a la hora de la cena. Esta mezcolanza la consiguieron seis tipos, seis: Lol Mason a la voz principal, labor que comparte con Steve Broughton, también guitarrista, Mike Slamer, guitarrista principal, y Roy Ward, baterista a la sazón; “solo” hacen coros Chris Dunn, bajista, y Max Thomas, aporreando todo lo que tenga teclas. Hasta cuatro cantantes principales van intercambiando sus roles y todos los miembros, en mayor o menor medida, participando en las composiciones. Una obra muy coral esta. Aquí tienes a los muchachos. Formados como una banda de folk rock a principios de los setenta...

Helloween - Pink bubbles go ape (1991, EMI)

  Aprovecho la reciente visita a nuestro país de la banda multigermánica Helloween para compartir aquí contigo, lector con orejas inquietas, otro de esos discos que me gusta catalogar con la etiqueta de “síndrome del disco de después”: aquella obra musical editada tras un pelotazo, éxito o gloria en forma de DISCARRAL y que palidece a su sombra independientemente de su calidad o éxito. Discos que han sido “un fracaso” porque vendieron la mitad que su predecesor o porque, simplemente, no respondió a las expectativas. En este contexto, queda claro que casi cualquier cosa que nuestros protagonistas hubieran editado después de “Keeper of the seven keys II” (más aún si lo consideramos un solo disco con su primera parte) iba a ser valorado con el rasero de una(s) obra(s) catalogadas aún hoy como Obras Maestras del Discarralismo (OMD para los entendidos). Si añadimos que las acciones (o inacciones) de algunos de los protagonistas de la banda y alrededores contribuyeron a dificultar la pr...

Megadeth – Peace sells... but who’s buying? (Capitol records-1986) [Resubido]

Hay álbumes que se resisten a aparecer por estos pagos porque son obras tan incontestables y sobre las que se ha dicho y escrito tanto que parece que sobra regresar a ellas. Pero hoy me siento en la necesidad de que eso no me afecte y he venido a expresar obviedades. Creo que no miento si os digo que descubrí a los Megadeth con el So far, so good... so what! [ aquí ] y es un disco que adoro, como otros de la banda. Sin embargo, creo que es en este Peace sells... but who’s buying? en el que se sientan las bases de la carrera de Dave Mustaine y sus Megadeth . Y sí, desde un punto de vista comercial o de calidad compositiva o de sonido, quizás otros álbumes están por encima... pero la importancia de esta obra es capital (sí, yo también utilizo mucho los tres puntos), desde su icónica portada hasta su última nota. Por eso, aunque Omar Sandoval ya comentó [ aquí ] hace más de una década este disco desde una apro...

Genesis- Live (Charisma, 1973)

 Hace once años tuve la suerte de ver en la Sala La Riviera a The Musical Box , la banda tributo canadiense a los Genesis de la época clásica.  Hablo de los Genesis de Peter Gabriel, los del  " Trespass a The Lamb Lies Down on Broadway ".  The Musical Box están reconocidos por la propia banda a la que tributan, llevan hasta los atuendos originales y recrean aquellas maravillosas perfomances a la perfección, llevándonos precisamente hasta este momento que tenéis en pantallas, el del "Genesis Live " de 1973. En ese año la banda estaba en un estado de Gracia total. Acaban de publicar una nueva obra maestra ("Selling England By The Pound"), seguramente la tercera consecutiva si contamos como tal (yo si lo hago) al " Nursery Crime ", publicado en 1971. Entre esos dos discos otro clásico total, " Foxtrot ", y del " Foxtrot" , el  " Nursery Crime " y del todavía más vetusto " Trespass ", sale el repertorio de ...

Blade Killer-High Risk (2018, M-Theory Audio-Riff of the Rose)

 En los mundos de la NEW WAVE OF TRADITIONAL HEAVY METAL hay de todo, y dentro de las bandas reivindicables están Blade Killer.   Originales de Los Angeles su música nada tiene que ver con aquella que reinó en los clubes de su ciudad hace cuarenta años. Olvídate pues de Ratt o Mötley Crüe , lo de estos chavales si te ponen el disco sin decirte de donde son seguramente los situarías en una ciudad de las Midlands británicas, Londres o en el norte de Inglaterra en un día lluvioso y gris de 1979, 80, 81... Tienen un EP del 2014 publicado por " Stormspell Records " que es pura dinamita y que te lleva directamente al sonido de las " Soundhouse Tapes " de los Iron Maiden , una barbaridad que no llega a los catorce minutos y que contiene cuatro temas. Como parece ser que la chavalada que componen estos Blade Killer tienen otras motivaciones musicales en sus vidas dejaron aparcado su proyecto de Heavy Metal Old School hasta 2018 en el que volvieron a la palestra con su ...