“¿Este tipo quién se cree que es? ¿Robert Plant?” Sí, lo
reconozco. Eso fue lo primero que dije a mis amigos cuando en septiembre del 95
acudí a la Plaza del Pradillo de Móstoles para ver a la Vargas Blues Band y
salieron unos tal M-Clan a calentar el ambiente. Y hostia si lo calentaron. Tanto
que luego el amigo Javier Vargas me pareció mediocre y aburrido. Y me tuve que
tragar mi primera afirmación. Porque el frontman de aquel grupo, desconocido
para casi todos en ese momento, no se creía Robert Plant: era un cantante excepcional
que en su trayectoria posterior tuvo que aguantar esa odiosa comparación y aún así
salió victorioso en esa particular guerra que nos empeñamos todos en declarar.
En resumen, en cuanto salió publicado su primer disco me presenté en el
Móstoles Rock(la versión mostoleña del Madrid Rock) para hacerme con el CD a un precio promocional de 999 pts. Barato.
Y ese disco (y el siguiente) siguen siendo unos de los más pinchados en mi cadena
musical.
Pasó el tiempo y pasó mi enamoramiento coincidiendo con su
giro a lo comercial. Seguían haciendo buena música pero demasiado enfocada a
vender y me cansaba que estuvieran todo el rato en los 40 y radiofórmulas del estilo.
Ahora lo veo de otra manera. Qué cojones, tenían todo el derecho del mundo a
ganar pasta. El caso es que hasta la segunda década del siglo XXI no volví a reenamorarme.
Y así llegamos al vinilo que os traigo este viernes.
Este vinilo es y será especial para mí. Me lo regaló mi
pareja en mi último cumpleaños por lo que ya lleva un componente emocional
añadido. Y, además, resulta que el primer concierto de rock que he compartido
con mis enanas fue el que dio el señor Tarque el 28 de abril del 2019 en el B0ar0ck Fest de Boadilla del Monte desgranando los temas de este LP. Ahora no son
conscientes de ello, pero a medida que crezcan, ganará más importancia el tema
y siempre podrán contar que, a las 20:30 de aquel día, con un poco de retraso,
Carlos Tarque y La Asociación del Riff pasaron a formar parte de su historia
personal. Y seguro que se acordarán, de la misma forma que yo aún tengo el
recuerdo de hace 24 años de aquellas fiestas mostoloñas. Fue un concierto de
rock, de puro rock. Y se lo pasaron genial, bailando con su madre o con su
padre, haciéndose fotos, animando sobre los hombros de papá, VIVIENDO lo que es
la música y el rock en directo. Una noche inolvidable. Y todas estas emociones
son las que fluirán cada vez que saque el vinilo de su carátula de cartón y ponga
la aguja sobre él. No se le puede pedir más a un cacho de plástico.
La portada del LP ya es una declaración de intenciones en si
misma. Genial la combinación de negro, blanco y rojo y esa cuchilla en la
garganta del cantante. Para este trabajo, Carlos Tarque se ha rodeado de
grandes músicos. Como productor y guitarrista, Carlos Raya (de Sangre Azul,
Fito & Fitipaldis, M-Clan). Para completar la formación de la Asociación
del Riff, el bajista Chapo González y el batería Coki Giménez, ambos músicos de
M-Clan. Una sección rítmica muy poderosa.
Y el primer corte, “Bailo”, con ese “ey” al inicio ya nos dice
que vamos a empezar un viaje por el rock más clásico, pero no por ello menos
inspirado. Estribillo pegadizo y riff de
los buenos. Dedicada al alguien que Tarque extraña, con referencias a cómo empezó en
esto de la música (“me gano la vida en locales de moteros”), cómo ha pasado el tiempo (“mi cara en el espejo se borró”) y no olvidar esos orígenes (“soy un
murciélago buscando amor”). Ah, que se me olvidó contar que M-Clan comenzaron
llamándose El Clan de los murciélagos para que esto tenga sentido.
Como este, la mayoría de los videoclips que pondré están
grabados en directo, en una sesión especial que hicieron promocionando el
disco. Merece la pena invertir vuestro tiempo en ellos.
Continuamos con el trallazo que es “Ahora y en la hora”, con
un sonido más duro y pesado. Fue la canción elegida para anunciar el LP. Y aprovecho a contar, para
redondear la importancia de este vinilo para mi, que fue el desencadenante de escribir
entradas musicales en la página de super7moto y que luego me ha llevado a daros
la barrila algún que otro viernes aquí en #FFVinilo. Si tenéis ganas de leer
aquello, os dejo el enlace aquí.
La tercera canción es un homenaje al recientemente fallecido
Tom Petty: “Heartbreaker”. Canción muy vacilona en la que se cuelan títulos de
canciones de Petty y sus Heartbreakers. El propio Tarque anunció la publicación
del videoclip mientras reproduce el American Girl en su tocadiscos.
“Donde nace el R&R” continúa por la misma senda que
estamos siguiendo desde el primer surco: riff potente y temática rockera. Una canción
que utilizan para cerrar sus directos. Bueno, al menos los dos en los que he
tenido la suerte de estar.
Y para terminar una excepcional cara A, tenemos el enorme
cañonazo que es “El diablo me acompañará”, hard rock del bueno, con una letra,
como las que llevamos hasta ahora, alejada de las manidas historias de amor y/o
desamor. Reminiscencias muy “vaqueras”, la típica canción de “cowboy”. Y el
solo de guitarra que se marca Raya es canela fina así como el cambio de ritmo
final.
Y comenzamos la cara B con “Lobo solitario” un medio tiempo
muy Hendrix, según le escuché al artista en una entrevista. Un pequeño respiro antes
de afrontar otra de las joyas del disco a pesar de lo espartana: “Juicio final”.
Letra macarra y chulesca, es decir, la esencia del rock. Con un estribillo (“Sólo
somos gente normal/ Todos desfilando al juicio final”) para corear en directo. De
hecho, os dejo un video en directo, pues aquí Carlos Raya le mete un solo de
guitarra final que no está en el disco. Esta actuación la disfruté en el
Mulafest, curiosamente el día anterior al concierto que os he contado de Boadilla del Monte (aquí
mi critica)
Llegamos al, en mi opinión personal, el corte más flojo del disco.
El homenaje a Janis Joplin, Amy Winehouse y Billie Holiday titulado “Janis, Amy,
Billie”. Es un homenaje a esos juguetes rotos del negocio musical pero reivindicando
la figura de las mujeres. Es mucho menos rockera que el resto del disco. No
digo que no tenga calidad, que la tiene. Sólo que no me ha llegado tanto. Pero
vamos, ojalá la peor canción de cualquier disco sea “tan mala” como esta.
Volvemos al camino del hard rock con “Electroshock”, un tema
más sexual con un retrogusto en paladar a AC/DC.
Y terminamos con otro temazo, “Cactus en el corazón” que
comienza pausada para al final quemarnos los oídos. Una letra espinosa, sobre los
exiliados, sobre las calamidades que pasan para huir de su país y llegar a otro
y convertirse en refugiados en tierra de nadie. Un final muy Led Zeppelin, por
dar una idea aproximada. Un final perfecto para el final del disco. Os dejo la versión
que hicieron en el concierto de Boadilla que vi con mi familia y conté aquí.
Larga vida al ROCK AND ROLL
Un buen regalo de cumpleaños y buen componente emocional para esta completa entrada. El tipo es una figura del rock español -y no digamos Carlos Raya-, pero aunque se me hace muy cómodo de escuchar, no está entre mis preferencias por lo que pocos juicios de valor puedo hacer sobre su música. Un saludo y buen finde!
ResponderEliminarCarlos Raya a veces me parece lo más heavy y otras lo más comercial. Pero es un tipo insustituible en nuestra música. Como Tarque. Gracias por comentar y por leer. Un abrazo
EliminarEmotiva entrada. Mezclas varios recuerdos que nacen con Tarque y crecen con él. Respecto al disco, una excelente obra, mezcla de varias influencias siempre con la impronta personalísima de la voz de este tipo singular. He sido (más o menos) seguidor de la banda desde sus principios. Debo reconocer que he disfrutado mucho estos últimos años con sus obras en estudio y sus conciertos. Por si te interesa, le dediqué hace poco una entrada en el blog a Carlos Tarque. Un abrazo.
ResponderEliminarhttps://rockologia.wordpress.com/2019/08/01/las-mejores-colaboraciones-de-carlos-tarque-m-clan/
Me lo leí y me sorprendió su colaboración con Sobre que no conocía. La de Pablo Perea sí, tengo debilidad por la voz de ese hombre... En un concierto de jarabe de palo, que me tocaron entradas, salió y moló un huevo...y eso que Pau Donés no me mola. Lo de los perros del boogie, su amistad con Ovidi viene de lejos... En fin, Tarque, un gran rockero. Gracias por comentar
EliminarSiempre mola cuando hay una historia detrás. Carlos Tarque sin duda es uno de los grandes frontman de nuestra historia, y este disco es una pasada. Muy en la onda del Coliseum. RnR!
ResponderEliminarHas dado en el clavo con eso de ser unos de los grandes frontman de este país. Y en directo lo demuestra. Dónde está la revolución? Qué pedazo disco. Un saludo.
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