El Segundo disco en solitario de Gary Moore se aleja de los dejes progresivos y experimentales de su anterior (y altamente recomendable) Back On The Streets y se entrega totalmente al Hard Rock. Para este disco Moore reclutó a una banda de lujo: Ian Pace (Deep Purple) a la batería, Neil Murray (Whitesnake) al bajo y Tommy Eyre a los teclados. Pero no contento con semejantes fichajes contó también con la colaboración de, nada más y nada menos, Jack Bruce de Cream a las voces en el tema más netamente heavy del álbum, End Of The World. Para la gira de presentación del álbum Tommy Eyre fue sustituido por otro mago de los teclados, Don Airey, que en aquellos años parecía estar en todos lados.
La portada, ideada por Gary Moore, es un fotomontaje bastante curioso donde vemos a un Gary Moore desafiante, guitarra en mano y listo para el ataque pentatónico, encerrado en una especia de túnel formado por mástiles, pastillas y potenciómetros de guitarras. Genial.
Este fue mi primer disco de Gary Moore, con lo que le tengo especial cariño. No creo que me arriesgue mucho cuando afirmo que es uno de sus mejores trabajos. Aquí apenas podríamos decir que hay algún tema de relleno, todo y que un baladón como Falling In Love With You no es muy bien recibido por muchos de sus seguidores, a mí me encanta.
El disco se abre con Don’t Take Me For A Loser, toda una declaración de principios, y un claro ejemplo de lo que nos encontraremos en este disco: buenas melodías vocales, unos estribillos pegadizos y unos solos demoledores donde el feeling bluesero, la agresividad del Heavy Metal y el virtuosismo se dan la mano.
Lo que más destaca del disco es, sin duda alguna, la guitarra de Gary Moore que suena realmente incendiaria. Los solos, con un sonido deliciosamente súper saturado, entran a muerte y no dan respiro alguno al oyente. Te puedes imaginar perfectamente la guitarra de Moore sacando humo tras la introducción de End Of The World, para seguir con el riff a lo Maiden que da paso a la voz estridente de Jack Bruce.
Gary Moore no ha destacado nunca por ser un portento a las voces, pero su voz se ajusta perfectamente a los temas y transmite mucho en los medios tiempos como el Gonna Break My Heart Again o Always Gonna Love You. Esta última, con una bonita introducción de piano y la susurrante voz de Gary Moore, fue editada como single junto a un sencillo pero efectivo videoclip.
Rockin’ Every Night es, probablemente, la estrella del disco con un riff demoledor y, junto a End Of The World, de lo más potente del disco. Cold Hearted es otro gran tema, con un solo magnífico.
Moore también se atreve con el Wishing Well de Free, mucho más dura que la original, que encaja perfectamente con el sonido global del disco.
I Can’t Wait Until Tomorrow es la power ballad que cierra el disco y el tema que menos me gusta, pero aun así no empaña un disco perfecto que no debería faltar en ninguna discoteca que se precie.
Muy buen disco del Sr Moore y menudas compañías! Siempre me ha gustado, tanto su época más hard rockera como sus discos de blues rock; por suerte tuve la oportunidad de verlo hace unos años y me encantó. Una pena su pérdida
ResponderEliminarTengo pendiente de escucharlo. Yo ya le pillé con el inmenso Run for cover.
ResponderEliminarRun For Cover es otro de los grandes discos de Moore, junto con este Corridors que le gustará seguro!!
Eliminar¡Qué voy a decir! Me fascina Gary Moore. Este contiene muchas grandes canciones, aunque reconozco que me gustan otros álbumes más. ¡Y sí lo tengo también en vinilo!
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