Amigos, hoy toca hablaros de Cenicienta, es decir, Cinderella. Comúnmente nos empeñamos –yo el primero- en calificar el segundo álbum de los de Filadelfia como su obra cumbre, algo que no creo que discuta nadie. Sin embargo, si os soy sincero, creo que pese a lo redondo de la misma, no superaron la frescura y ganas de éxito que emanaba de este primer Night Songs. Descubiertos por el todopoderoso Jon Bon Jovi en 1985, estos tipos claramente influenciados por el blues rock que fusionaban slide guitars con sonidos construidos con retales de Aerosmith, Led Zeppelin y –sobre todo- esa voz rota que tiene innegables reminiscencias eisidisianas, dieron a luz una opera prima impresionante. El hecho es que, con los de New Jersey y la maquinaria de la MTV detrás –ambas fuerzas tenían un enorme poder a mediados de los 80 en los States- la banda lo tenía bastante fácil. Eso no quita mérito al enorme empeño que pusieron en conseguir el éxito, una gran cantidad de trabajo a la que se sumaba una incuestionable calidad escénica y musical que llevaron a Cinderella a conseguir vender tres millones de copias de Night Songs en dos años.
Bueno, todo eso y el buen hacer de Andy Johns a los controles, grabando, produciendo y mezclando los temas compuestos en su totalidad por Carl Thomas Keifer de Springfield (no es broma, no). La banda que grabó el Night Songs fue la formada por el mecionado Tom Keifer a las voces, guitarra y piano, Eric Brittingham al bajo, Jeff LaBar a la guitarra –aunque en tres temas fue un tal Barry Benedetta el solista-, Jeff Paris a los teclados –aunque el teclista oficial “oculto” de la banda durante casi diez años sería Rick Criniti- y Jody Cortez a la batería, aunque cuando el elepé salió al mercado ya aparecía en portada como miembro oficial en todas las fotos Fred Coury. Así pues, tras grabar tomas y tomas en los Bearsville de Nueva York y en diversos estudios de Philadelphia como los Warehouse o los Sigma con la participción de los músicos antes mencionados y algunos otros como un tal Jon Bon nosequé en los coros de un par de temas, Cinderella acabó en la soleada California en donde Night Songs acabó de grabarse y mezclarse. Y en verano de 1986, PolyGram Records sacó a la calle el primer vinilo de unos rockeros cargados de laca, haciendo morritos envueltos en pañuelicos de colores que –por obra y gracia de Karen Ragozzine, algo así como la Raquel Mosquera de Hollywood Boulevard- se convirtieron en adalides del glam metal y el hair metal, algo de lo que con su segundo álbum pretendieron alejarse.
El track list era:
A
Night Songs
Shake me
Nobody’s fool
Nothin’ for nothin’
Once around the ride
B
Hell on wheels
Somebody save me
In from the outside
Push, push
Back home again
Y eso es todo amigos. Mark Weiss ideó la portada y la fotografió, Emily Pember diseñó el logo, Jon Bon Jovi telefoneó a sus contactos, se rodaron alguno vídeos... y la carrera de Cinderella echó a andar. Para finalizar mi entrada os acompaño una selección de canciones, en concreto el tema título Night Songs con el que se inicia el vinilo, la genial Nobody’s fool, las rockeras Shake me y Hell on wheels, una Somebody save me en cuyo clip podemos ver a Jon Bon Jovi y Richie Sambora y Nothin’ for nothin’.
Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Un gran álbum, sin duda, y una referencia del hard de los ochenta. Somebody save me o Shake me son pelotazos.
ResponderEliminarOtro grupo que conozco más de nombre que de escucharlos, los 80 eran una mina de oro para el hard rock
ResponderEliminarSi te digo la verdad, aunque su música me gustaba un motón, era ver esas pintas y ... jaja siempre fui más heavy duro y thrash. Pero mira que ahora me encanta el rollo hard ochetero.
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