Amigos del vinilo, este primer día de febrero le quiero dedicar mi entrada al guitarrista norteamericano Joey Tafolla, ese músico con nombre de chiste. “¿Está Yogüi Tafoya?, pues que me coma...”, en fin, que seguramente se pronunciará Tafol.la y en su California natal no tendrá tanta gracia. Pero no dejéis que me aleje del tema principal, y permitidme que os hable de Out of the sun, el primer álbum en solitario de este tipo. En 1984, Joey estaba en las filas de Jag Panzer, una banda de Colorado Springs con la que grabó su Ample Destruction, pero en 1986 abandonó la formación –llevándose con él a Reynold Carlson, el batería del grupo- e ingresó en un sello del que ya os he hablado varias veces, Shrapnel Records, esa especie de discográfica de guitarristas fundada por Mike Varney. Y así fue como en 1987, Joey sacó al mercado uno de esos típicos álbumes instrumentales que por aquella época me llamaban la atención.
El disco se llamó Out of the sun y estaba protagonizado por la guitarra de Joey –una mezcla estilística de los compañeros de sello Vinnie Moore y Tony Macalpine, nada raro si pensamos que este último produjo el álbum- y los aportes de otro colega de la familia Varney, nada menos que Paul Gilbert. Así, además de Tafolla, su amigo Carlson y los mencionados Gilbert y Macalpine –que además de producir tocó los teclados-, este disco contó con la impresionante colaboración de Wally Voss, un bajista de Fort Lauderdale bregado en mil batallas –incluso estuvo en el grupo de Yngwie Malmsteen en la gira del Trilogy- y todo un virtuoso de su instrumento. Tal cantidad de excelsos músicos no podía dar a luz otra cosa que un impresionante álbum que sin embargo, al tratarse de una de esas -para muchos- aburridas obras instrumentales, no contó con demasiado éxito a nivel mayoritario.
El track list era:
A
Eternity's End
Out of the Sun
Zero Hour
The Summon
B
Stalingrad
Truce with Kings
Fire in the Lake
Samurai
Nine Tomorrows
Y poco más hay que decir de este Out of the sun, un estupendo ejemplo de lo que eran capaces de hacer unos magníficos músicos con sus instrumentos, temas que –pese a no contar con un vocalista- eran pegadizos y perfectamente tarareables, al menos para este que escribe. Por cierto, que siendo de Shrapnel Records, ya os podéis imaginar que los estudios fueron los Prairie Sun de Cotati y el diseño de la portada obra de Guy Aitchison.
Acompaño los clips de Eternity’s end, Stalingrad, Samurai y el que para mi es el mejor tema del álbum, una canción en la que Joey aúna técnica y emoción, The summon.
Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Los álbumes instrumentales son mi talón de Aquiles. Reconozco que me faltan conocimientos de técnica para apreciarlos de verdad. Ahora, un pedazo de guitarrista el amigo Tafolla.
ResponderEliminarNi idea del grupo ni de Tafolla. Disfrutando cada viernes de tus entradas King. Me estoy dando cuenta que en su día me centré en el metal español y en los clásicos del hard y del metal, y había otro mundo ahí fuera... Lo pongo en pendiente.
ResponderEliminarA mi me pasó todo lo contrario. En aquel tiempo estaba por lo alemán, lo británico, lo estadounidense... y dejé de lado lo español.
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