Ir al contenido principal

Roger Daltrey - Ride A Rock Horse (Polydor 1975)





Hola de nuevo, mis queridos vinileros y vinileras (¿alguna chica por aquí?).

Después de un merecido descanso veraniego, que casi se me junta con la Navidad, vuelvo con más fuerza a hablaros de mis vinilos.

En este caso, un vinilo al que le tengo especial cariño, ya que supuso el punto de inflexión que me llevó a pasar de escuchar música de radio-fórmula a lo que yo considero buen rock.

Era yo un jovenzuelo, y en la televisión pública (la única que existía y en la que por entonces se podían ver buenos programas de música), vi a un tío melenudo cantando unas canciones que no estaban nada mal. Pero sobre todo me atrajo su gran voz. Ese señor es nada más y nada menos que Roger Daltrey, cantante de la gran banda inglesa The Who.

Me puse a buscar el disco como loco, y lo encontré tras varias semanas en unos grandes almacenes. Lo compré en cassette (aunque el vinilo que os muestro aquí lo adquirí hace poco muy barato y también es de época).

Ahora no recuerdo bien, si poco antes ya me había comprado en una pequeña tienda de fotografía del barrio el inigualable álbum de The Who 'Meaty, Beaty, Big & Bouncy', que no es más que una recopilación de caras A de singles de la banda, no es un álbum de éxitos a la zaga, sino que contenía muchos de los singles del grupo nunca antes aparecidos en Lp.

Sea como sea, uno me llevó a otro, y de oír a Rubettes y Beatles (a los que admiro también), pasé a oír Who, Stones, Bowie, Zeppelin, Purple y otros bichos raros, y en cierta manera yo también pasé a ser otro bicho raro que en los guateques de la época ya no me conformaba con arrimar cebolleta.

Roger Daltrey decidió, como el resto de sus compañeros, probar con su carrera en solitario. John Entwistle fue el primero en hacerlo, con discos de bueno rock'n'roll clásico, y el último Keith Moon con sus locuras de siempre.

Mientras el resto de sus compañeros siguieron la senda del rock, Daltrey probó una fórmula más comercial, con discos desiguales y también con desigual suerte. Carrera que nunca acabó de despegar con fuerza, a pesar de que se rodeó siempre de grandes músicos y compositores.

No es un álbum que pudiese recomendar a cualquier rockero que se precie, canciones algo ñoñas, facilonas y sin pretensiones, pero poseen la gran fuerza de la voz de Daltrey, inigualable y sólo eso merece la pena. La portada del disco también está realmente lograda.
A destacar el single extraído del mismo 'Walking The Dog', un clásico del rock de Rufus Tomas.

Por cierto, en el disco colabora Russ Ballard de la banda Argent, con gran acierto y que lo hizo en varios discos más en solitario de Daltrey.

Hasta la semana próxima. Rock On.


Comentarios

  1. A mi, de Daltrey en solitario, sólo me gusta aquella de Friiiiiii miiiiii -cha na na nan-, enijau orenigüi. Este no lo conocía, pero he escuchado varias y no son muy de mi estilo. Eso sí, la portada me encanta.

    ResponderEliminar
  2. Hola King,
    el disco del que hablas es la banda sonora de la película 'McVicar', y esa canción ('Free Me'), es justamente de Russ Ballard de la banda Argent, que tan buenas canciones le dió a Daltrey en su no muy afortunada carrera en solitario, que no ha retomado desde 1992.
    Como bien dices, los discos de Daltrey no son precisamente una maravilla, apenas aportan nada aparte de su gran voz.
    Sea como sea, es un disco que significó mucho para mi, y que me llevó a escuchar a otros grandes del rock, y siempre le tendré especial cariño.
    Saludos y a rockear.

    ResponderEliminar
  3. Aunque no es el estilo, un Who siempre es un Who, y encima tu mentor a los grandes. Muy raro que componentes de grandes bandas hayan tendido una carrera en solitario que superase al grupo. A bote pronto no me sale ninguno a estas horas, pero lo mismo lo hay. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Casi todos los álbumes de Roger Daltrey tienen un par de canciones, a veces más, valiosas, pero la aportación de Daltrey, aparte de su voz, es el hecho de que fusiona de una manera muy personal rock y soul (Grande Funk fusionan hard rock, soul y chulería gringa). Los álbumes de Daltrey no son tan buenos como los de Townshend, pero merecen la pena.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Varios - Rock Del Manzanares. Visca El Rollo Vol. 2 (Chapa Discos, 1978)

Si no conocéis el significado de la palabra “tronco”, “pasota”, o no sabéis lo que es ser un “enrollao”, quiere decir que sois insultantemente jóvenes. No solo la generaci ó n "Z"  tiene su propio lenguaje. Cada generación ha tenido también una manera de expresarse, y hoy nos acercamos con este disco a finales de los años 70. Una época marcada musicalmente en España por una corriente que se denominó “Rock Urbano”. Aunque, como con cualquier tipo de etiqueta, nos podemos encontrar dentro de este saco grupos de muy distinta índole o con diferentes influencias, por lo general compartían una estética (musical y visual) muy particular, y sobre todo, una actitud vital marcada por las circunstancias sociales de la España de finales de los 70. Como con cualquier etiqueta que se otorga a un movimiento musical, donde muchas veces el mero hecho de nacer en una determinada época o cuidad te hace merecedor de esta etiqueta, se pueden encontrar dentro de este saco una mezcla de estilos q

CJ Ramone "Last Chance To dance" (2014)

En 1989 poco después de la publicación de   Brain Drain ,  Ramones  se encontraban en un momento de crisis interna. El bajista y principal compositor del grupo, el carismático  Dee Dee Ramone , abandonaba el combo definitivamente. Para cubrir su plaza  Johnny  reclutó al joven  Chris Ward , rebautizado para la ocasión como  CJ Ramone . Al principio, como es normal, costó que los fans del grupo lo aceptasen pero a lo largo de los siguientes siete años  CJ  llegó a tener un fuerte rol dentro del grupo, llegando a grabar hasta cuatro temas en  Adiós Amigos  (1995), el disco póstumo de  Ramones.

Storm – Storm (Capitol records, 1983)

Pues nada, ya estoy aquí con un nuevo caso de compra a ciegas.    Lo primero que me llamó la atención del disco fue la colorida y enérgica portada de Gary Ruddell –autor también de la del Battle hymns de Manowar según supe luego–, con lo que parece un avión de combate rompiendo los cristales de una casa, destrozando el tendido eléctrico y haciendo volar las hojas de los árboles con su vuelo rasante. O sea, portada molona, años 80 y melenudos en la contraportada con el añadido de frontwoman liderando el cotarro... Y lo segundo que me llamó la atención es que se trataba de una edición venezolana. No recuerdo tener ninguna de ese país en mi colección, así que se trataba de otro punto a favor. ¿Cuánto es, amable vendedor de vinilos mallorquín? Pues, por nueve euritos, a la saca. Y así es como ha llegado a casa un nuevo plástico con el que me dispongo a escribir esta reseña en modo unboxing total. Vais a