Pues inauguro mi participación en este blog –gracias por la invitación- con Bark at the moon –del que ya he hablado en el twitter-, este clásico imperdible del maestro Ozzy Osbourne. Habrá a quien no le caiga bien o que crea que es un payaso, pero no se puede negar que se trata de un mito viviente –algo perjudicado, eso sí- de la historia del hard rock. Este es el segundo álbum que tuve de él –el primero fue Speak of the devil- y me encantó desde el primer momento. Esa guitarra, esos teclados de Don Airey, la producción y composición de Bob Daisley –en la funda se dice que todos los temas los compuso Ozzy, pero todos sabemos que no es así, al menos no en solitario- y la voz inconfundible del mad man. Recuerdo que el disco fue un regalo de mi hermana del día de Reyes y es uno de los que –entre los cientos que atesoro- más quiero. Esa ha sido la razón por la que he iniciado mi andadura con él.
A partir de ahora se me va a hacer más difícil hablar de mis vinilos. ¿De cuales hablo? ¿qué criterios sigo? En fin, ya veremos como sigue esto. Un abrazo a todos, amantes del vinilo (y de esas tapas y fundas en las que se podía pasar uno el rato leyendo y buscando detalles mientras escuchaba las canciones, no como con los cd y sus –en ocasiones- más que pobres libretos, en los que te dejabas la vista).
Salvaje. Un disco de padre y muy señor mío. Un referente en el hilo musical de mi juventud.
ResponderEliminaro_O
ResponderEliminarEn fin... ¿qué le vamos a hacer?... cada cual con su gustos y manías... que no se diga...
>:-]
Suerte y muchos éxitos...
:)