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Mostrando las entradas etiquetadas como 1982

Parálisis Permanente - "El Acto" (1982)

...Parálisis Permanente permanecerá para los restos como grupo clave en el histórico musical patrio... Por  Jorge García . ¿Qué es lo que hace de  "El Acto"  un disco especial, diferente, definitivo? . "El Acto" es la herida infringida por unos jóvenes héroes que ignoraban que lo eran, a un corazón viejo y terrible. Herida que no deja de manar sangre infectada, negra y podrida. Ese veneno se lo beben estos chicos a cucharadas, haciéndolo pasar por el alambique de su rebelde juventud, expulsándolo transformado como gritos de libertad por sus voces, sus instrumentos, su sudor, su aliento..."El Acto" es el viejo brebaje infecto convertido en néctar que grita: ¡Se acabó!, ¡Hasta aquí!...¡A partir de ahora!!!... Denominada banda maldita y nacida de un conato de escisión de  Alaska y Los Pegamoides.  Según parece, los momentos mas oscuros y punkarras de  Nacho Canut  y  Eduardo Benavente  tenían poca salida en el grupo de  Alaska , mucho mas proclive a una visió

Manolo Tena – Sangre Española (1992-Sony)

El paso de ser miembro de banda o bandas más o menos de éxito a intentar llevar con el mismo éxito una carrera en solitario no siempre lleva acarreado el éxito anterior. No es el caso del añorado  Manolo Tena . Como sabéis Manolo pasó por  Cucharada  y por los míticos  Alarma!!! , banda esta última que a pesar de su corta existencia es uno de mis grupos preferidos. Entre sus méritos, marcarse una de las mejores canciones del rock español, “ Frio ”, que pertenecía a un disco no menos importante,  El lado oscuro  (1985), que, por su puesto, ya habéis degustado por el barrio un par de años antes de fallecer Manolo, el 4 de abril de 2016. Aunque en 1988 inició su carrera en solitario de la mano de  Joaquín Sabina  con su álbum  “Tan raro” , el  ÉXITO , así con mayúsculas y negrita, le llegó en 1992, aparcando su faceta más roquera -sin olvidarse en su totalidad- y edulcorando su sonido con  Sangre Española , mi sugerencia vinílica para esta semana que me hace salir de mi zona de confort. E

Magnum - Chase the dragon (Jet Records, 1982)

  Magnum es el vehículo artístico de Tony Clarkin, compositor, guitarrista y principal cerebro de todas las canciones que en sus más de cuarenta años de Historia ha editado la banda. A su lado, fiel escudero, su amigo Bob Catley, cantante singular de fantástica voz, lleno de matices y giros, uno de esos tipos que no solo entona, si no que interpreta cualquier historia.  Para este Chase the dragon incorporaron a otra herramienta fundamental, el teclista Mark Stanway, quien permanecería acompañando a la pareja protagonista hasta 2016. Su impronta marca el gran cambio sonoro tomando gran protagonismo en melodías, intros y arreglos. Wally Lowe, al bajo, y Kex Gorin, a la batería, completan con su sobrio y consistente trabajo el quinteto. Juntos, se metieron a las órdenes de Jeff Glixman en los estudios Town House de Londres dos semanas a finales de 1980 con un presupuesto que apenas cubría la minuta de Jeff. Exacto, dos años antes de su publicación. El jefe de la compañía de discos, Jet

Scorpions - Lonesome crow (EMI-1982)

Amiguitos, de los Scorpions adoro sin paliativos desde el Lovedrive hasta el Savage amusement , el World wide live porque los vi en directo en esa gira, sin duda la de su mejor momento, y el Tokyo tapes porque es una puta pasada y uno de los mejores directos de la historia. Pero eso no impide que sienta atracción –por raro que parezca– por el álbum que hoy os presento, el menos Scorpions de los discos de Scorpions , un bicho raro. Y es que, aunque la copia que poseo es una reedición francesa de 1982, Lonesome crow se grabó diez años antes a lo largo de una semana en los Star studios de Hamburgo con Konrad 'Conny' Plank a los mandos.    Es el único lanzamiento con el batería Wolfgang Dziony y el bajista Lothar Heimberg en la formación –unos buenos músicos, no obstante– y el único también con el genial Michael Schenker como miembro de la banda, aunque como muchos sabéis el guitarrista estuvo a punto de regresar años despu

Motörhead - Go to hell/Iron fist (Bronze Records, 1982)

  Igual resulta algo irreverente y nada casual acudir un viernes tan santo como este con una copla en la que, directamente, te mandan al infierno, pero la inspiración ha querido que así sea. Por aquel entonces, en Motörhead convivían Lemmy Kilmister a la voz y el bajo, "Fast" Eddie Clarke a las guitarras y Phil "Animal" Taylor a la batería. Hay dos cortes, cara A y cara B, en este single.  Go to hell , por un lado, sin ninguna referencia religiosa. Lemmy se encarga de dejarle claro a su (hasta entonces) pareja que se pire: "Ya told me that ya wanted it/I knew it wasn't true/Turned out to be the facts, babe/You know what you can do/You can go to hell, you can go to hell/Goodbye for you". Apenas tres minutos con un riffazo de "Fast" Eddie Clark y la gruesa voz de Lemmy mandando a paseo a la señorita de marras. Sí, también puede interpretarse que Lemmy se deshace en elogios con la crítica y los medios de comunicación poco amigables con la banda,

Scorpions – Blackout (Harvest-1982)

Antes de comenzar os diré que no sé ya si escribo para mi o para los dos o tres gatos que caemos habitualmente en esta cubeta de vinilos. Y es que de un tiempo a esta parte estoy viendo que el compromiso por este blog está decayendo. A ver, que a uno también le cuesta escribir sobre sus discos y tal. Por eso convertí mi colaboración semanal en una quincenal. No me daba la vida para escuchar, analizar y escribir cada viernes sobre uno de mis vinilos. Sin embargo –tampoco cuesta tanto hacerlo– tengo por costumbre escuchar los discos sobre los que escribís los demás, todos –incluso el de C Tangana me lo tragué enterito– y comentar vuestras entradas. Por respeto. Porque sé que no resulta fácil hacer una reseña con algo más que un copia y pega líneas de la Wikipedia . Por eso, cuando veo que hay quien ya no entra nunca en el blog o no comenta nunca... incluso hay quien ni responde a los comentarios a sus propias entradas, que en algunos ca

The Alan Parsons Project - Eye in The sky (1982, Arista)

Se suponía que esta semana Alan Parsons iba a subirse a escenarios de varias ciudades de nuestro país. Pero, al final, ha cancelado la gira por los problemas asociados al COVID, tales como la subida de casos con las restricciones de público y, sobre todo, las cuarentenas obligatorias a las que debían enfrentarse para entrar y salir de nuestras fronteras. La verdad es que, a día de hoy, aventurarse a comprar con antelación (de meses e incluso años) entradas para grandes conciertos, es un ejercicio de fe casi al mismo nivel que creerse que un ente supremo manda a su hijo a la tierra para que le ejecuten o pensar que un gobierno de izquierdas va a luchar a brazo partido por los trabajadores y oprimidos en vez de beneficiar a los de siempre. En fin, como todos sabemos, Parsons fue ingenierio de sonido en los estudios Abbey Road, blah blah blah. Aparece en los créditos de discos esenciales de la historia de la música blah blah blah. Luego se monto un grupo de lo que se dio por llamar prog

Jethro Tull - The Broadsword and the Beast (Chrysalis, 1982)

La década de los ochenta atopelló a Jethro Tull y dejó muchos cadáveres sonoros en su camino. Desde que decidiera abandonar el folk-rock que tan feliz le hizo en los setenta, reformar la banda e introducirse en la modernidad de la nueva década, la irregularidad se apoderó de sus grabaciones en solitario y bajo el nombre de "los Tull". Sin embargo, de aquellos extraños trabajos rescatamos hoy el que puede que sea su último gran disco para ponerlo en valor. El propio Anderson aún hoy está satisfecho con él y un músico tan poco sospechoso de tener mal gusto como Steve Hackett (Genesis) adora The broadsword and the beast .  Decimocuarto trabajo de estudio, cuenta con Ian Anderson en la voz principal, las guitarras acústicas y la flauta, el imprescindible y poco valorado Martin Barre a las guitarras, el bajista David Pegg (Fairport Convention) y los nuevos Peter-John Vettese al piano y los sintetizadores y Gerry Conway (Cat Stevens) a la batería. Las composiciones corren todas a c

Bruce Springsteen – Nebraska (CBS, 1982)

Corría el año 1989, quizá 1990. Yo era una adolescente, y ya llevaba algunos años escuchando a Springsteen . El primer disco que escuché de él (y compré) fue “ Tunnel Of Love ”, el siguiente fue “ Born In The USA ” y la secuencia lógica hubiera sido que me hubiera hecho con “ The River ”, “ o “ Born to Run ”, pero no. Aquella tarde en Madrid Rock, decidí comprar el disco que traigo hoy. Ni siquiera lo había escuchado (ya sabéis, no había YouTube, ni Spotify) y el disco era de hacía algunos años ya, de 1982. Me llamó la atención su portada, su sobriedad, y no sé por qué motivo, por alguna fuerza del espacio exterior, me lo llevé a casa. Lo puse en el tocadiscos y cuando empezó a sonar el primer corte, “ Nebraska ” sentí el escalofrío, sentí que había hecho bien en traérmelo, y me encantó su oscuridad, sus guitarras acústicas y su armónica. En definitiva, me volví fan de “ Nebraska ”, pero cuando me puse a buscar información sobre él vi que mi entusiasmo no era compartido.

Obús - Poderoso como el trueno (Chapa Discos, 1982)

  Adoro traer a este blog un vinilo de metal rancio patrio o de heavy poppy ochentero, por aquello de provocar sarpullido en los puretas del hard rock o el heavy metal. Grupos como este levantan odios y pasiones a partes iguales entre los fanes del género: si viviste en esta época o celebras el rock en nuestro idioma, poco menos que son himnos mesiánicos; si te la saltaste, no entiendes el metal más que en inglés o eres de los que creen que la movida era pop y tecno y se la inventó Almodóvar, los odias y los desprecias. Aquí está, pues, el mejor disco de Obús . Así lo digo. Publicado entre los más famosos y admirados, el inicial Prepárate (1981) y el pelotazo comercial El que más (1984), me atrevo a defender que las canciones que conforman Poderoso como el trueno son su mejor colección. Y eso a pesar del sonido que, en ocasiones, no llega a ser tan limpio como en producciones posteriores (cuestión de dinero y estudios de grabación). Suena buen heavy metal al estilo de Judas Priest,

MSG - One night at Budokan (Chrysalis, 1982)

Ya no se hacen discos como los de antes. O ya no hay bandas como las de antes. O ya no hay negocio para el rock como el de antes. O todo a la vez. Algo de esto ya se oía en los ochenta, cuando el negocio de los mastodónticos discos dobles empezó a no ser tan rentable para las compañías de música. En los noventa era mejor sacar dos discos separados por varios meses (o el mismo día): los Illusions de Guns N'Roses, los Load/Reload de Metallica o los Real Live/Dead de Iron Maiden. También se perdió la costumbre de sacar esos directos grabados en una o varias noches de una gira y escoger las mejores tomas y empaquetarlo como si fuera un solo concierto, para empezar a editar recopilatorios en directo que perdían buena parte de su gracia. Y, claro, uno nunca podía saber cuándo un disco era de verdad en directo y cuando había sido retocado mucho o muy mucho en el estudio. Hasta empezó a ponerse de moda editar falsos directos o directos "en el estudio". Que ya me diréis el m