Ir al contenido principal

Opus - Live is life (1984, Polydor)

 



Segundo grupo/artista austriaco que os traigo. Podría quedar de snob y cultureta pero, precisamente, son los dos mayores exponentes de la música de aquel país, al menos, de éxito comercial: Falco con su “Rock me Amadeus” y Opus con su “Live is life” han sonado y siguen sonando en todas las radiofórmulas, comerciales, retransmisiones deportivas, etc…

Como siempre, primero la parte “emotiva” de mis reseñas. Los recuerdos vienen a mi pues mi hermano Carlos tenía (y me imagino que seguirá teniendo en su casa) el single famoso, en formato pequeño. Y muchas veces puse el adaptador en el tocadiscos para pinchar el 45rpm. La cara B era para “Up and down”, de su anterior disco de estudio que, después del exitazo, fue reeditado en USA. Por tanto, cuando vi este plástico en una cubeta en un mercadillo de discos a un precio irrisorio, estaba claro que se iba a venir conmigo, a pesar de ser una austera versión española, sin insert ni nada.

Como se me hace tarde y me he medio comprometido con el King a que hoy le acompañaba en el blog, voy a hacer un poco copy-paste de la historia del grupo.

Se forman en 1973 con Kurt Rene Plisnier a los teclados, Ewald Pfleger a la guitarra y el ex-cantante Walter Bachkönig al bajo. Además de versiones de Deep Purple y Colloseum, entre otros, se ensayan las primeras composiciones originales: "Opus Null". También se hacen versiones rockeras de "Little Night Music" o "Sabre Dance". Con este repertorio dan sus primeros conciertos en Burgenland y Estiria. Con Günther Grasmuck en la batería ya están un paso más cerca del Opus - Sound. Se mudan a Graz y fichan al cantante Herwig Rüdisser a través de un anuncio de periódico. En 1980 publican Daydreams, con un sonido muy afín a la música clásica. A partir de ahí, Walter deja el grupo para dedicarse en exclusiva la música clásica y entra en su lugar Niki Gruber. Ya tenemos el lineup clásico. En el 81 publican Eleven, con el productor Peter Müller, cosechando éxitos con “Eleven” y “Flyin’ High” que les vale actuar en el Arena de Verone con Christopher Cross y Lou Reed. En el 82, publican el álbum conceptual Opusition, se inflaron a hacer conciertos y publicaron fuera de su país. En el 84, publican Up and down y deciden hacer un concierto por su undécimo aniversario y grabarlo en directo. Y aquí es cuando componen “Live is life” , compuesta en una playa de Ibiza por Pfleger, y el resto es historia (incluida una gira en USA con Stevie Nicks). A partir de ahí, siguieron a lo suyo, pero sin conseguir más trascendencia fuera de sus fronteras.

Pasemos al disco en cuestión, que no llegamos a la hora.

El inicio con “Opuspocus” es un poco desconcertante, donde lleva el peso la potente batería, los teclados y la peculiar voz de Rüdisser, con un registro típico del heavy y del hard rock, a pesar de ese bigotillo que me llevaba. Pertenece al disco del 81, Eleven. “Positive”, una canción con muy buen rollo en la que invitan a ver el lado positivo de todo, del Up and down del 84. Sigue sonando muy pop quizás de nuevo por la influencia de los teclados, pero la voz la confiere un estilo muy AOR, muy rock arena. “No job”, que aparece en la versión americana del Up and down, sigue en la misma estela: un solo de teclado en vez de guitarra, todo muy progresivo. “The opusition” ya nos muestra el lado más rockero de estos austriacos. Con una línea de bajo y batería poderosa, comienza esta canción extraída del LP Opusition, del 82. Por fin tenemos un solo de guitarra. A mí me mola el tema, por fin se asemeja más al rock clásico que tocaban al inicio de su carrera. “Again and again” me suena a Toto, no sé muy bien por qué. ¿O quizás a Chicago? Oye, que podría perfectamente ir en la banda sonora de Rocky IV, así que, ¿Survivor? Para cerrar la cara A, “Double bubles”, también del Opusition, comienza con un gran riff de guitarra, y la forma de cantar me recuerda a algún clásico pero ahora no caigo. Luego deriva a un corte casi funky terminando más cañero al final gracias a un solo de batería y un energizante final.

En la cara B empieza con el clasicón “Live is life”, una de esas canciones que SON los ochenta. Sí, no una de las más famosas de la década dorada de los ochenta, sino una que representa esos años a la perfección. Y nadie va a creerte si dices que nunca has tarareado el “nah nah na na ná”. Poco más que añadir a parte de contar que fue una canción compuesta exprofeso para el directo, por lo que fue la primera vez que la gente la escuchó…aunque la versión que se grabó fue la segunda que cantaron en ese concierto, porque la primera toma no se registró por un fallo en la mesa de sonido. Lo que hizo que la gente ya se supiera el “estribillo” y a la segunda cantasen como si ya la conociesen. “Flyin’ High” es una power balad muy al uso de los ochenta, era su mayor éxito hasta entonces. El amigo Falco la tocaba con ellos en muchos directos. “Follow me” nos devuelve a la energía rockera. Entre medias, las presentaciones de rigor de los músicos. Con “Eleven”, del disco homónimo, tenemos la otra balada del directo.  Por alguna razón el “Keep your mind” me recuerda al “I was made for loving you” con ese inicio. Sea como sea, mi preferida del álbum si obviamos el pelotazo antológico, y última de cuatro canciones consecutivas extraídas del Eleven. Se cierra la cara con “The last note”, que más adelante dio título al último directo de la banda, con el que se despedían en el 2022 (el título muy adecuado).

En definitiva, un disco que no sé muy bien cómo etiquetar, moviéndose entre el rock clásico, el rock arena, el AOR, el poprock, el progresivo, pero es muy suyo y marca de la casa…Y que no es sólo LA CANCIÓN, es bastante aprovechable y disfrutable, sobre todo la segunda cara. Y había que traerlo por el blog aunque sólo fuese para poder cantar todos juntos:

Live (na, na, na, na, na)
Live is life (na, na, na, na, na)
La-ba-ba-la-ba-ba life (na, na, na, na, na)
Live is life (na, na, na, na, na)

PD: No nos olvidemos del famoso video de Maradona calentando con el Napoli al ritmo del “Live is life”.

PD2: Recientemente, Dani de la Torre dirigió una película a la que puso por título “Live is life. La gran aventura”, que es una mezcla entre los Goonies y Cuenta conmigo, aprovechando el tirón de la nostalgia ochentera que destapó Stranger Things, que cuenta las aventuras de un adolescente barcelonés cuando va a veranear al pueblo gallego de sus padres. Recomendable.

PD3: os dejo el link en youtube del disco, con temas extras, porque en Spotify no hay nada de ellos de los 80.(si estás con el móvil, para aligerar y que suene la música sin tener el youtube encendido, yo uso una aplicación que se llama YMusic, que reproduce sólo el sonido, aunque también hace más cosas)

https://www.youtube.com/watch?v=aR-4-jrRRDc&t=797s

 

Comentarios

  1. Chavalote, que sepas que me has sorprendido. El típico caso de la canción megafamosa y cansina y mi ignorancia me han privado durante todos estos años de escuchar a un grupo que a la vista está que es mucho más válido que la ñoñez del temita de marras. Un puntazo enrerarme que lo grabaron sólo para promocionar el diecto. Así que, al ver lo que habías publicado con nocturnidad y alevosía, he pensado que tocaba comenzar el sábado escuchando basura. Y para nada. Estos tipos eran un grupazo al parecer. Como dices, es una extraña y muy interesante mezcla de hard-pop-arena-rock. La primera canción es estupenda, con ese tal Rüdisser que me recuerda a Jon Anderson de YES, mucho más evidente en No job o en Again and again sobre todo. Lo que no veo es lo de Toto o Survivor. Follow me hubiese estado mejor si el solo hubiese sido de guitarra en lugar de ese teclado poppy, pero bueno, es otro ejemplo de que esta banda no son sólo na-na-na-na-nianos. De las baladas, me gusta más la primera que Eleven. Joder, y Keep our mind también es mi preferida de lejos del disco. Entiendo el paralelismo que haces con las líneas de bajo del principio, pero ahí finaliza toda semejanza. Es un temazo. En fin, que ya sé que en el futuro me tendré que tragar dieta blandengue, pero hoy el menú ha estado muy pero que muy bien, sobre todo por la sorpresa. Y es que este blog es la leche. Un abrazo y a disfrutar el finde. KING

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sabía que iba a sorprender a más de uno, incluso a ti, y que árbol no suele dejar ver el bosque. Pero no que te iba a molar tanto. Yo lo tenía pendiente de adquirir porque hace mucho lo escuché y tenía buen recuerdo. Y claro, por 4 pavos, lo adopté enseguida. Llevo dos semanas poniéndolo muy a bebido, tanto que la peque me dice que a ver si cambio aunque le suena bien jaja.
      Y sí, si consigo mantener el ritmo y auto exigirme escribir más, blandenguerías te comerás entre otras menos suaves (a quién quiero engañar jeje)
      Lo de disfrutar el finde, lo dejamos para más adelante

      Eliminar
  2. Para haber escrito esto deprisa y corriendo te ha quedado de puta madre. Me uno, aunque moderadamente, al club del King. Obviamente un jevilorro como yo se saltó este disco, y escucharlo, acompañado de tus palabras, ha sido una experiencia muy agradable. Cosas de este blog por las que merece la pena seguir dedicando tiempo a mantenerlo en marcha. Un abrazo, Dani.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, me alegro que también te haya sorprendido aunque no te entusiasme tanto como al King. Suele pasar que una mega canción nos eclipse el resto o nos sature tanto que no queremos escuchar más. Pero, por ejemplo, tío no hubiese conocido a Extreme o cosas así. Está claro que soy necesario en este blog para redescubriros blandenguerías de calidad. Un abrazo.

      Eliminar
    2. A ver, tampoco nos flipemos. Entusiasmarme, tampoco. Pero cuando uno espera un truñaco y encuentra calidad, aunque sea pop-rock, se alegra. Además, tiene destellos y pinceladas hard y prog, por lo que muy bien. Pero hasta aquí, eh. Sigo siendo jebi. Que tengo una reputación, joder. ;P

      Eliminar
    3. Te estás ablandando con la edad, no pasa nada, es lo normal cuando te metes en la tercera edad...

      Eliminar
  3. Buena entrada Dani, me uno a que me salté el disco en su día, no por nada sino porque con la canción de marras, con la que la banda aún sigue comiendo y girando por todo el orbe incluido locales de Benidorm, y solo por haberlo recomendado en el blog le pegaré una escucha. Un abrazo man. p

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hazlo, merece la pena. Hay veces que el árbol no deja ver el bosque, y esta es una de ellas.

      Eliminar
  4. Esto demuestra la importancia de este blog. Antes de leer esta reseña nunca se me habría ocurrido escuchar este disco. De hecho, para mi este grupo no tenía más canciones que la susodicha “Life is life” que, como muchos de vosotros, yo también acabé aborreciendo desde ese verano del 84. Finalmente, no ha sido para tanto, el disco tiene incluso buenos momentos. No va a ser mi disco de cabecera, pero gracias a #ffvinilo me he curado de otro trauma de la infancia. ¡Muchas gracias!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jaja, me alegro de haberte destraumatizado. Pero pasa muchas veces: un tema hace que puedas odiar a un grupo. Mira el More than words, nada más lejos de lo que es Extreme y si te quedas ahí te puedes mucho.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Boikot - Los ojos de la calle (Discos Barrabás, 1990)

  Hay música que corresponde a un momento concreto de nuestra vida y que, por edad usualmente, por cuestiones personales a veces, queda ahí anclada, como un bonito recuerdo. Música a la que no suelo volver casi nunca. Y ese caso lo representa perfectamente el debut de Boikot. En el devenir de la cultura rock madrileña se conformó, en la segunda mitad de los ochenta, un grupo de bandas jóvenes con unas sonoridades muy particulares, emparejadas con eso del rock urbano, pero tintado de una manera particular en la que escuchábamos las raíces de Leño o Burning junto con ramalazos unas veces punk, otras más metaleras, otras más seventies, incluso algo de blues. Ahí puedes meter a Esturión, Casablanca, Porretas o los mismos Boikot.  En medio de ese “fregao” musical cobró protagonismo Mariano García, polémico personaje, especialmente en sus últimos años. Generó negocio, oportunidades y ayudó a crear y mantener “la escena” madrileña a través de varias salas (Canciller, Barrabás), su labor promo

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Paice Ashton Lord - Malice in Wonderland (Polydor, 1977)

Esto no estaba previsto. Este disco no estaba en la lista de títulos para reseñar en #FFVinilo. Pero es que el fin de semana pasado por fin pude hacerme con él, y tenía ganas de compartirlo. Los que leéis esto ya conocéis esa sensación de ir pasando discos y encontrar de repente esa portada que tienes en la cabeza desde hace tiempo. Qué sensación. Se que vosotros me entendéis, así que no encuentro mejor foro para compartir ese momento que este blog, lleno de melómanos “vinileros”. Lo curioso es que no solo encontré una, sino dos copias, una francesa (“gatefold”) y una inglesa (sencilla). Con buen criterio, me quedé con la inglesa. Y claro, eso se nota en el sonido. ¡Como suena esta maravilla! Si os gustan esas producciones típicas de los 70 con mucha profundidad y dinámica lo vais a disfrutar (nada que ver con las producciones actuales, cada vez más “planas”). A la producción, la leyenda, Martin Birch (Deep Purple, Whitesnake, Black Sabbath, Iron Maiden, …). ¿De dónde sale este grupo?

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Creedence Clearwater Revival - "Green River" (1969)

  Las canciones, conscientes de su pegada y su carácter de inmediatez, se liberan de artificios y apéndices instrumentales.... Por Jorge García . Pocas bandas a lo largo de la historia han conseguido hacer tanto y tan bueno en menos tiempo que el que emplearon los cuatro componentes de la  Creedence Clearwater Revival . Aunque de los tres años que la formación empleó en grabar discos (con John Fogerty al frente), 1969 fue el que se llevó la palma con tres álbumes publicados en menos de doce meses. Y para más inri, podemos afirmar que al menos hasta el tercer catálogo publicado por el grupo, el nivel fue a más, alcanzando con su tercera entrega,  "Green River",  su mejor trabajo hasta aquél momento. Precisamente de esta tercera intentona discográfica vamos a hablar hoy. Un disco en el que el menor de los Fogerty alcanza un status como compositor y líder ciertamente demoledor, tomando el mando de la situación y construyendo un disco de apenas media hora de duración pero con tod