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Foreigner - Head games (Atlantic, 1979)

 


¿Puede una portada destrozar un disco? Este es un ejemplo magnífico. ¿A quién se le ocurrió que "esto" podría vender? Llama la atención, claro, pero la imagen no puede ser más desagradable. El tema de la chica borrando su nombre o su teléfono del baño de los chicos, a finales de los setenta, sería de lo más simpática para los/las adolescentes, consumidores principales de los anteriores discos de Foreigner. Ni aun así. La foto es fea, extraña, mal encajada. Uno observa primero a la chica, parece estar sentada en el urinario, y, luego, se percata del papel higiénico y, por fin, supone lo que está haciendo. El propio Lou Gramm (cantante) reconoce que les machacaron por la portada e incluso les vetaron en numerosas cadenas radiofónicas.

La banda, además de Lou a las voces, la componían el "jefe" Mick Jones a las guitarras y el piano, Al Greenwood a los teclados, Ian McDonald tocando teclados y guitarras, Dennis Elliott a la batería y Rick Willis al bajo. Escogieron como productor a Roy Thomas Backer, famosísimo gurú por entonces (Queen, The Cars, Journey). No se pueden quejar estos tipos de contar con excelentes profesionales a los mandos: el debut con Gary Lions, su secuela (Double vision, 1978) con Keith Olsen y Robert John "Mutt" Lange en el siguiente 4 (1981). 

Head games incide en los elementos característicos de sus hermanos primerizos: una mezcla de diferentes ramas del rock con un toque pop, sencillas melodías y estribillos para cantar a pecho descubierto. Sin embargo, añade crudeza y heavy en varios de los cortes, posicionándose, de algún modo, con un punto más oscuro, despechado quizá. De hecho, aun siendo, quizá, mi favorito, no lo recomendaría para comenzar en el mundo sonoro de Foreigner. 


Dirty white boy es uno de los mayores logros de este álbum. Un comienzo poderoso y energizante, de simple y pegajoso estribillo, un riff de guitarra setentero y Lou siendo... Lou. Una canción para ser rebelde, fiestero y no preocuparse por nada "Don't give a damn what I do to you/i'm just a dirty white boy". Inspirado en los pioneros blanquitos del rocanrol, por cierto, y ese espíritu que gente como Elvis imprimían en sus primeros tiempos a la música, esa actitud. Alcanzó, como single, el número 12. Con un rollo que recuerda a Cold as ice sigue Love on the telephone, de lo más heavy del disco. Hubiera sido un estupendo single. Me encanta el riff de Women y su estribillo, un tema vacilón y macarra con su dosis de boogie woogie (recuerdos a Humble Pie por aquí). Sigue I'll get even with you, con una impronta más calmada, introspectiva, seria quizá, la forma de unir las estrofas y el estribillo y el uso de los sintes en este me retrotraen a algunos momentos de Queen; no en vano Thomas Baker está aquí al mando. En cambio, Seventeen es más divertida y básica, claramente en la liga de bandas como Free. Se aprecia perfectamente el rol de las guitarras en esta época de la banda: marca la melodía, sostiene el ritmo articulándose perfectamente con el bajo, deja espacio a la voz.

Comienza la cara B con el tema más emblemático, Head games, uno de esos momentos geniales de la banda, con un poderoso y aparentemente sencillo riff y una melodía que recuerdan inevitablemente a Bad Company. Te llena de energía rabiosa: "head games/that's all I get from you/head games/I can't take it anymore". The modern day incorpora los sintes a un corte marcado por la rítmica de bajo-guitarra. Jones lo dijo una vez: "somos guitarra-bajo-batería, lo demás son adornos". Pero poco después, Mick se puso a juguetear con los teclados y la tecnología y se convirtió en un mago de fabricar melodías sintetizadas, tanto para Foreigner como para otras bandas (ahí están Van Halen o los Bad Company de los ochenta). Una joyita amorosa con la voz solista del propio Jones. Con un tempo más calmado, Blinded by science es una balada sencilla, contagiosa, que conduce a un estribillo doloroso "what's in the furure, has it just begun/blinded by science, I'm on the run". De nuevo un sinte marca, tras el estribillo, las transiciones del tema, opulento al estilo Queen. Y cómo canta el bicho, tú. Curiosamente, cierran el disco las dos canciones en las que no firma como compositor Jones. McDonald se apunta en Do what you like con energía acústica folk, un tema de ritmo vacilón, sencillo, con pocos adornos, casi un medio tiempo sesentero al estilo Stills. Greenwood firma la final Rev on the red line, con un retorno a la sonoridad de su debut, una estupenda guitarrita de Mike y, claro, el protagonismo del teclado (igual demasiado). Parece que habla de coches de carreras, pero habla de follar y de la juventud descarriada "Got four hundred horses tucked under the hood/but there's no need to panic, it's under control/we're aerodynamic and ready to roll".


Tras la edición, ocurrió algo inesperado. Los dos primeros habían vendido muy bien. De hecho, Double vision había alcanzado el millón de copias sin mucho problema. Así que la compañía preparó un millón y medio para empezar. A las pocas semanas les habían devuelto un millón de discos. Mick Jones lo recuerda como "el disco de la devolución de platino". Sin embargo, gracias sobre todo al impulso del siguiente 4 y el recopilatorio Records (1982), hoy en día ha despachado más de cinco millones de copias. El grupo (vamos, Jones y Gramm) se asustaron un poco y decidieron tirar de la manta: McDonald y Greenwood recibieron la patada. 

La edición que os comparto fue prensada en la Alemania Federal. No es, precisamente, una joya estética. No solo por la portada, que hemos despachado ya, si no por esos colores sepia y las caras de tontainas de los músicos. Si alguna vez hay que hacer un remix de este disco, que empiecen por la estética.

Disfrutad del fin de semana. 














Comentarios

  1. Ahora necesito este disco en mi colección...

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    1. ¡Es un imprescindible! O, como dicen ahora, un "must". Una inversión justificable. Además, suele encontrarse barato. Igual porque les sobraron muchos. Un saludazo.

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  2. Yo también me lo apunto en la lista de deseos. Aunque no está entre mis grupos de cabecera, siempre es agradable escucharles. Solo tengo su disco "4", pero creo que merece la pena ir haciéndose con el resto. Buena propuesta, y buena reseña.

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    1. Gracias por la parte que me toca. Fueron una banda "segundona" en mis escuchas muchos años, hasta que les "pillé el punto" y desde entonces soy un asiduo de sus discos. Siempre hay un punto de gusto personal, por supuesto. Gracias por comentar. Un saludo.

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  3. Anónimo8/7/23 12:32

    Hard rock y buenas melodías, con esa voz tan carismática. Foreigner son una de mis bandas favoritas... hasta que la saturación diabética por el I want to know what love is me hizo renegar de elles. Tengo todos los discos con Gramm excepto el Agent provocateur. Algún día lo remediaré. Este álbum no es el mejor del grupo, en mi opinión claro –que ya veo que es tu preferido– pero tiene grandes temas y varios TEMAZOS imprescindibles como Head games o Blinded by science, sobre todo. Y en cuanto a la portada –en esa vertiente hay tema para echar un rato, que se lo digan a Scorpions por ejemplo–, también discrepo contigo. No sé si es de buen gusto o no, a mi no me desagrada por ejemplo, pero llama la atención. Y no olvidemos que para eso son las portadas y por ello se gastaban a veces los sellos grandes cantidades de pasta en portadistas de renombre. En fin, gran disco y como siempre completísimo análisis. No lo he reseñado yo de milagro porque, tontísimo de mi, pensaba que ya lo había hecho en el pasado jajaja. Un abrazo KING

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    1. Exactamente el mismo proceso hice yo. Escuchando el disco, poniéndolo en más valor que la media, como suele ser habitual en mí, revisé si estaba publicado y al no encontrarlo dije: "pa'mí". No sé si realmente pasa siempre como el favorito. Obviamente, 4 es una puta obra maestra y no admite comparación con ningún otro. Pero a este le tengo especial cariño. Suena más crudo, menos ostentoso, y eso siempre me atrae. En fin, que cualquiera de estos primeros cuatro (casi cinco) discos de Foreigner pueden pasar por el favorito de uno. Abrazos.

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  4. Justo hoy he estado a punto de pillarme un vinilo de Gramm pero estaba rayado...y mientras ojeaba discos, he estado escuchando el que nos traes. A mi Foreigner me gusta, es un hard rock facilón para mis oídos.

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    1. Eso viene a ser una crítica sencilla y perfecta de lo que intentaron hacer en este disco. Hard rock muy accesible para hincharse a vender. Y si, además, lo haces con buen gusto, pues una joyita. Un abrazo, Dani.

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