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Blackfoot - Marauder (ATCO, 1981)

 


En este vinilo encontré un mensaje cuando llegó a casa. 

Siempre me pregunto qué historias tendrán estos discos que han vivido décadas. Y disfruto imaginando las aventuras por las que habrán pasado, como pequeña epopeyas. A veces, esta obsesión está justificada: cuando aparece, por error, un vinilo sin correspondencia con la portada, una funda interior con las letras de otro artista o mensajes escritos por alguno de sus dueños. De todo esto tengo. 

En esta ocasión, hay un mensaje grabado en la funda interior con bolígrafo negro, en la tercera canción, Working man. Las frases subrayadas: "with a tear in his eyes and a pen in his hand/so begins the diary of a workingman" al principio y justo al final "with a tear in his eyes and a gun in his hand/so ends the diary of a workingman". Al lado, recuadrado, a mano, con letras repintadas: "TRUE STORY". ¿Qué cuento se podría contar con estos mensajes? Quizá el propietario de Marauder se sintiera tan identificado con la canción, como nos pasa a veces, que se sentía protagonista o inspirador de ella: el hombre que dedica su vida a trabajar para sacar a su familia adelante y se encuentra, al final, en la edad madura, engañado, sin casa, sin mujer, con una pila de sueños caducados. ¿Agarra entonces la pistola del último verso y la apunta a su cabeza? ¿A la del amigo que le ha robado a la mujer? Imagino la escena, un charco de sangre, el vinilo girando, una mano muerta sosteniendo aún la carátula. Y alguien tiró o regaló el disco. Quizá no sucedió nada de esto y esa rabia que muestran las mayúsculas remarcadas no fue más allá, y el propietario de este vinilo no tuvo más remedio que venderlo, al final, para sacar ese dinero extra necesario para cumplir sus sueños. Ojalá haya podido alcanzar lo que tanto deseaba cuando, escuchando Diary of a working man, se sentía el perdedor mismo que la protagoniza.


Algunos vinilos de mi colección han viajado mucho. Los tengo de diversas partes del planeta; lo sé por el lugar donde se plancharon o por la persona que me los envió. Este, en concreto, fue fabricado en Alemania por WEA Music. Luego el propietario original seguramente sería europeo. Quizá un soldado de una base yanqui; quizá, comprado en el mercado negro, un mecánico de la República Democrática Alemana; quizá un asalariado del norte de Italia con el despido apuntando a su espalda y la mujer en brazos de su mejor amigo. Muchos quizás. Tras las aventuras que sea que hayan sucedido, este quinto disco de Blackfoot llegó a mis manos. Con una historia secreta para mi mente calenturienta.

Marauder, publicado en 1981, cerraba una trilogía excepcional y única de estos oriundos de Jacksonville, Florida, comenzada en 1979 con Stikes y continuada al año siguiente con Tomactin. Para darle más jugo al tema, los tres tienen un animal en la portada: una cobra, una pantera negra y un águila. El colofón de este periodo lo marcó el directo Highway song live (1982). 


El álbum suena incluso más heavy que los anteriores, explotando las estupendas dobles guitarras de Rickey Medlocke (también cantante) y Charlie Hargrett sobre la apisonadora rítmica de Greg Walker al bajo y Jakson Spires a la batería. Contiene su single de mayor éxito, Fly away, y momentos rabiosos en Good morning (puro heavy ochentero), la épica Searching, la cañera Too hard to handle o Dry county, junto a otros más calmados, como la propia Diary of a workingman o la emotiva Fire of the dragon, escrita para un amigo cocainómano metido en sus "dragones".

La edición que comparto, como ya he dicho, se imprimió en Alemania en la época y se conserva en buen estado, a pesar de haber sufrido un tiroteo, un largo viaje y poco cuidado. O no sé, quizá siempre estuvo aquí al lado. Letras y créditos y una foto posterior de bastante mal rollo (¿en qué estarían pensando?).


Por cierto, marauder nombra, literalmente, a una persona o a un animal que merodea buscando otras personas u otros animales que matar o cosas que robar o destruir. Vamos, un depredador cabrón de toda la vida. Si alguna vez ha existido el heavy southern, este álbum es un buen modelo. Disfrutad del fin de semana.














Comentarios

  1. Bueno, pues una buena banda que sin embargo no me llamó demasiado la atención en sus días, Quizás por eso sólo tengo el icónico y recomendable Higway song Live. Lo de mensajes de otros propietarios no me ha pasado, pero lo de comprar un disco que en su interior tiene otro diferente ya puedo decir que, como ya di cuenta en este blog, me ha pasado. En fin, una entrada entretenida y un disco ameno de escuchar pese a no declararme un fan de ellos. Saludos.
    #King

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    1. Rey Anónimo eres ahora. Te han censurado hasta el avatar, ja, ja. Gracias por el comentario. Me apetecía compartir esta historia. Ya comenté en esa entrada que nombras mi "vicio" por el pasado de los vinilos. Volviendo a la música, a mí Blackfoot me gustan bastante y creo que tenían un punto diferenciador en el southern rock de aquellos años. Un abrazo.

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  2. Jaja cómo te entiendo. Seguir esos mensajes subliminales escritos, dibujos, pegatinas, objetos varios dentro de la carpeta... En cuanto a los Blackfoot pues algún tema y poco más. Bonita carátula. Abrazos

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    1. Cada vez más me fijo en esos detalles y, supongo que por casualidad, tengo varios de esos que hacen preguntas en mi cerebro. En cuanto a los chavalotes de Blackfoot, debo reconocer que me gustan mucho y que tengo la mayoría de su obra en formato físico. Ya sabes que a veces nos cebamos en algún disco o en algún grupo y tiramos del hilo hasta deshacer toda la madeja. Un abrazo.

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  3. Wow, qué maravilla eso de descubrir historias en los discos. Yo, más allá de algún nombre suelto sin mayor historia, no he tenido la misma suerte. No es que me haya flipado el disco, pero iba con cero expectativas y me ha terminado sorprendiendo positivamente. Lo mismo en algún momento de la vida una copia de este LP termina descansando en mi estantería. Un abrazo!

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    1. Blackfoot tienen una carrera variopinta en la que seguro encontrarás algo de tu gusto. Este es algo más heavy y sucio que los dos anteriores, por lo que sería una buena recomendación que escucharas "el de la cobra", por ejemplo. Los dos anteriores suenan más sureños y los dos posteriores a este se llenaron de laca y teclados. Una evolución mercadotécnica. Abrazo de vuelta.

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