Ir al contenido principal

Damageplan - New found power (Elektra, 2004)

 



Pasó un año hasta que, de verdad, pude contar esta historia. Mi cabeza repetía trozos, imágenes inconexas, gritos, los disparos, repetía pedazos que no acababa de conectar más que en sueños. Tardé un año en explicar qué vi, qué sentí cuando mataron a mi hermano. La escena comienza con Dimebag atacando el riff de Wake up, Patrick se acerca a él, espera unos segundos, se separa y arranca "our lives are entwined..." y sigue andando hasta el borde del escenario. El patrón de esta canción es complejo y me concentro al máximo, golpeo con fuerza mi batería, me siento enorme, hasta cierro los ojos y cuando los abro veo una pistola, una Baretta, saliendo del lado izquierdo del escenario, un tipo camina rápido, Dimebag está de espaldas, va a comenzar el estribillo y tengo que estar atento al cambio, cierro inconsciente los ojos. Escucho los disparos al ritmo de los tambores. Abro los ojos, la gente grita al fondo, mi hermano está en el suelo, la pistola vuelve a disparar. No puedo parar de golpear. El estribillo. Aparece Jeff corriendo, agarra al tipo de la pistola, bum, cae al suelo, el tipo huye, no puedo dejar de machacar el bombo, este ritmo es difícil. Una mujer se acerca a mi hermano. Todo se para. Yo paro. De pronto entiendo. Corro hacia ellos. La mujer y un chaval que apenas tendrá edad para beber están intentando mantenerle vivo. Dimebag se está muriendo y yo no puedo respirar, no puedo mover los pies para hacer nada. Me mira.

Darrell Lance Abbot, alias Dimebag, y Vincent Paul Abbott, conocido como Vinnie Paul, son famosos en el mundo de la música por formar parte de Pantera. A los catorce años Vinnie comenzó a tocar la batería; su hermano, dos años menor, intentó emularle, pero el bueno de Vinnie no le dejaba tocar su instrumento, así que Darrell se agenció una guitarra. Se pintaba como Ace Frehley y hacía poses delante del espejo. Unos meses más tarde, los dos tocaron su primera canción juntos: Smoke on the water. Y desde entonces permanecieron unidos en lo personal y en lo musical. A principios de los ochenta formaron Pantera (Vinnie, 17 años, Dimebag, 15). Su padre, Jerry Abbot, músico country y compositor, quien tenía un estudio, les produjo sus primeros cuatro discos y les hizo de manager hasta que firmaron con Atco Records. A principios de los noventa se convirtieron en un icono del metal con Cowboys from hell (90), Vulgar display of power (92) y Far beyond driven (94). Permanecieron unidos en Pantera hasta el año 2003: los problemas de su cantante, Phil Anselmo, les empujó a formar Damageplan y editar New found power (2004), que hoy os traigo al blog. Pocos meses después una persona con esquizofrenia paranoide y una licencia de armas asesinó a tiros en el escenario a Dimebag. Vinnie volvió al negocio musical como baterista de Hellyeah, donde permaneció hasta su muerte en 2018 editando cinco álbumes de estudio. El amor entre ambos hermanos siempre fue profundo y sincero. Cuentan que Darrell rechazó unirse a Megadeth, a finales de los ochenta, antes de hacerse famoso, porque no podía llevarse a Vinnie al grupo. Descansan ambos juntos en el cementerio de Moore, en Texas.

New found power se editó a comienzos del 2004 tras unos meses de luchas legales y personales de los hermanos Abbot con el cantante de Pantera, Phil Anselmo. Ellos querían seguir con la banda original, hacer más música, pero Anselmo no estaba interesado. Tras esperarle un tiempo, decidieron recomenzar su vida musical. Reclutaron Patrick Lachman como cantante, un tipo que había acompañado a Rob Halford en sus aventuras en solitario como guitarrista, y a Bob Zilla como bajista. Llamaron a algunos amigos durante la grabación, entrando finalmente en el álbum las colaboraciones de Jerry Cantrell, Zakk Wylde y Corey Taylor. Ellos mismos lo produjeron, con la ayuda de Sterling Winfield.

El disco es de lo mejor que han parido estos dos hermanos. Una evolución en su forma de entender el heavy metal, manteniendo elementos de sus obras con Pantera, como los  cambios de ritmo, unas composiciones basadas en riffs machacones y solos gruesos, con buenas líneas vocales y algunos estribillos para desgañitarse. No hay pirotecnia en forma de singles o concesiones melódicas. Caña, velocidad, groove y agresividad. Y tamizadas las influencias de los sonidos de la época, incluso en ocasiones se acercan a Slipknot, a Alice in Chains, a Static-X. Entre los mejores momentos: Wake up, Save me, Fuck you, Reborn, Explode, Breathing new life y Moment of truth. Las canciones dejan muchos recados a su anterior cantante, a los ejecutivos que les abandonaron al dejar la marca Pantera, a los periodistas que les tachaban de traidores y a los fans que dudaban de ellos. En Breathing new life: "you can't take it away/I earned this with sweat and blood/you cant take it away/take what's mine". En Reborn: "you thing you can stop me/you'd best think again/you want a piece of me?/ come get some". En Fuck you: "Fuck you I'm through/I want nothing more from you".

La edición que os traigo es una pasada. Doble vinilo (180 gramitos) en color naranja, edición limitada de 2500 copias (a quién le importa eso), con una separata incluyendo letras y créditos. Una edición muy chula que suena realmente bien. 



Caña burra para acabar el mes de marzo en el blog y desearos un buen fin de semana.














Comentarios

  1. Por fin, ya necesitaba algo de caña aunque, para ser sincero, no había escuchado nada del grupo. Y es que con The great southern trendkill ya quedé algo saturado de ese sonido. Evidentemente, no es Pantera, ni creo que los Abbott lo deseasen. Es un disco producto de su tiempo en el que, como dices, encontramos buena parte del estilo que los encumbró en su anterior banda pero también cosas de heavy grunge y nu-metal de la época. Aún así, ha sido muy entretenido de escuchar. Una bonita edición y una estupenda entrada que complementa los otros aportes de esta semana. Feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un poco de caña por aquí nunca viene mal, desde luego, que los compañeros proponen música excelente y la explican muy bien, qué gusto, pero poco ruidosa. El álbum es de una calidad indudable. Otra cosa es que guste más o menos. Fueron evolucionando, como buenos músicos, a lo largo de los ochenta, los noventa y, no iba a ser menos, el siglo XXI. Creo que Dimebag era un músico inquieto que gustaba de probarse con variaciones en su estilo. Si comparas lo que hacía en 1987 con lo que hacía diez años después, no tiene nada que ver. En fin, una pérdida lamentable. Un abrazo.

      Eliminar
  2. Los tenía pendientes. Quizás porque la última época de Pantera no me gustó demasiado. Pues a mí sí me suena a Pantera tamizada por el post grunge, Korn y el guturalismo. Un rato está muy bien, te sube la energía. El disco entero me satura así que voy por partes. Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sea que te vaya a gustar y te salga pelo en el pecho, ja, ja. Siempre se valora el esfuerzo por escuchar la música que se propone (yo lo hago) aunque no sea de nuestro gusto. De vez en cuando nos sorprendemos. Saludazo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Boikot - Los ojos de la calle (Discos Barrabás, 1990)

  Hay música que corresponde a un momento concreto de nuestra vida y que, por edad usualmente, por cuestiones personales a veces, queda ahí anclada, como un bonito recuerdo. Música a la que no suelo volver casi nunca. Y ese caso lo representa perfectamente el debut de Boikot. En el devenir de la cultura rock madrileña se conformó, en la segunda mitad de los ochenta, un grupo de bandas jóvenes con unas sonoridades muy particulares, emparejadas con eso del rock urbano, pero tintado de una manera particular en la que escuchábamos las raíces de Leño o Burning junto con ramalazos unas veces punk, otras más metaleras, otras más seventies, incluso algo de blues. Ahí puedes meter a Esturión, Casablanca, Porretas o los mismos Boikot.  En medio de ese “fregao” musical cobró protagonismo Mariano García, polémico personaje, especialmente en sus últimos años. Generó negocio, oportunidades y ayudó a crear y mantener “la escena” madrileña a través de varias salas (Canciller, Barrabás), su labor promo

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Paice Ashton Lord - Malice in Wonderland (Polydor, 1977)

Esto no estaba previsto. Este disco no estaba en la lista de títulos para reseñar en #FFVinilo. Pero es que el fin de semana pasado por fin pude hacerme con él, y tenía ganas de compartirlo. Los que leéis esto ya conocéis esa sensación de ir pasando discos y encontrar de repente esa portada que tienes en la cabeza desde hace tiempo. Qué sensación. Se que vosotros me entendéis, así que no encuentro mejor foro para compartir ese momento que este blog, lleno de melómanos “vinileros”. Lo curioso es que no solo encontré una, sino dos copias, una francesa (“gatefold”) y una inglesa (sencilla). Con buen criterio, me quedé con la inglesa. Y claro, eso se nota en el sonido. ¡Como suena esta maravilla! Si os gustan esas producciones típicas de los 70 con mucha profundidad y dinámica lo vais a disfrutar (nada que ver con las producciones actuales, cada vez más “planas”). A la producción, la leyenda, Martin Birch (Deep Purple, Whitesnake, Black Sabbath, Iron Maiden, …). ¿De dónde sale este grupo?

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Creedence Clearwater Revival - "Green River" (1969)

  Las canciones, conscientes de su pegada y su carácter de inmediatez, se liberan de artificios y apéndices instrumentales.... Por Jorge García . Pocas bandas a lo largo de la historia han conseguido hacer tanto y tan bueno en menos tiempo que el que emplearon los cuatro componentes de la  Creedence Clearwater Revival . Aunque de los tres años que la formación empleó en grabar discos (con John Fogerty al frente), 1969 fue el que se llevó la palma con tres álbumes publicados en menos de doce meses. Y para más inri, podemos afirmar que al menos hasta el tercer catálogo publicado por el grupo, el nivel fue a más, alcanzando con su tercera entrega,  "Green River",  su mejor trabajo hasta aquél momento. Precisamente de esta tercera intentona discográfica vamos a hablar hoy. Un disco en el que el menor de los Fogerty alcanza un status como compositor y líder ciertamente demoledor, tomando el mando de la situación y construyendo un disco de apenas media hora de duración pero con tod