Ir al contenido principal

Aerosmith - Permanent vacation (Geffen, 1987/2016)



La semana pasada se despedían de estas pantallas dos clásicos: Paco de La Torre (@Paco_delaTorre), definitivamente, y King Piltrafilla (@KingPiltrafilla), para su descanso veraniego. Eso me convierte en el más veterano del lugar y, qué queréis, me ha dado el gusanillo de mirar para atrás y luego para delante. Llevamos más de 1200 vinilos comentados y creciendo gracias al aporte de muchas personas locos por el formato que han ido y venido y vuelto a ir y, a veces, vuelto a venir. Pero como no quiero pecar de mustio he decidido dedicar esta entrada roquera a los rookies del año, a aquellos/as que os habéis estrenado los últimos meses y que, en cierto modo, sois el futuro de este blog (si lo tiene). Va por Dani Matute (@dmatuteb), Alberto Iniesta (@radioRock70), Quim Carro (@QuimCarro), Marcos (@Piroko23), Tina Jara (@TinaJaraRnRS) y San Free Bird (@sanfreebird72). 

Tampoco podía ser de otro modo. Esta semana en Twitter hemos debatido cariñosamente sobre Aerosmith y he aprovechado para traer uno de los más completos discos de la segunda vida de la banda, el Permanent Vacation. Sin enrollarme demasiado, que el verano invita a la desidia y reduce la concentración, no puedo evitar hacer un poco de previa. La compañía Geffen, y en concreto John Kalodner, decidieron apostar por el regreso de Aerosmith a primera línea a mitad de los ochenta. Juntaron a los músicos de los discos más exitosos, limpiaron un poco las venas del personal y les metieron con Tedd Templeman (Van Halen) en el estudio a parir Done with mirrors. La historia resultó algo irregular, las ventas de discos no fueron malas, la gira resultó correcta, pero Geffen quería más. Así que pusieron todo el dinero necesario y rodearon a los chicos malos de lo mejor de lo mejor: la producción de Bruce Fairbairn junto a su inseparable Bob Rock, Mike Fraser a las mezclas, George Marino en la masterización y los compositores de moda Desmond Child, Jim Vallance y Holly Knight. 


Y esta vez funcionó mejor. Porque además de mantener el toque clásico, se añade un trabajo melódico y armónico distinto, más amable al oído, y las letras siguen sonando sinceras; en fin, si uno acepta el sexo, el amor y la pérdida como leitmotiv.

Editado en la primavera de 1987 se alzó rápidamente en las listas de ventas gracias a canciones como Rag doll, Dude (looks like a lady) o la balada Angel. Junto a ellas, 100% Aerosmith suenan Permantent vacation, Magic touch y Heart's done time. Incluyeron la versión de I'm down de The Beatles, muy roquera, y un tema instrumental para rellenar la cara B.

Por si hace falta. Steven Tyler a la voz, Joe Perry y Brad Whitford a las guitarras, Tom Hamilton, al bajo y Joey Kramer a la batería. Por si os interesa, el guardarropas del señor Tyler se lo confeccionó una tal Teresa Barrick. Ah, y la portada y el workart se lo curraron la propia banda con Kim Champagne con una ilustración de Andy Engel.


El vinilo que traigo corresponde a una reedición de 2016 muy bien acabada, con la funda interior llenita de letras y créditos. 

Pasad un buen fin de semana, roqueros y roqueras.








Comentarios

  1. Este disco tiene unos buenos temas de "Los Chicos malos de Boston"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Igual suena a menosprecio, pero creo que si por algo han destacado Aerosmith, más que por fabricar discos perfectos, ha sido por componer y grabar grandísimas canciones. Y este álbum tiene varias buenas. Un saludazo.

      Eliminar
  2. Eso, eso, mantén la llama encendida y a ver si estos rookies algo gandules -todo hay que decirlo- recogen el testigo y nos liberan un poco de responsabilidades. Sangre fresca para el blog. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Parece que estos últimos meses hay más vida por aquí, sangre fresca, como dices, y eso hace mucho más divertido el asunto. Haced caso al tito Piltri niños y niñas, no os alejéis mucho de aquí.

      Eliminar
  3. Muy buen disco, contiene grandes temas pegadizos, lo veo como un nuevo punto de partida y no lo comparo con su etapa anterior porque en esta su nueva época el hard-heavy estaba vendido al mainstream,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Igual también estaban vendidos, como dices, en sus primeros discos, pero de otro modo totalmente distinto. Ya en este álbum, y en el anterior, se ve la mano directora en busca del éxito sin importar la calidad. Por suerte, en este disco aún hay mucha calidad. Un saludo.

      Eliminar
  4. Por partes. Gracias por la mención. No sé si os servirá de algo, pero se aprende mucho a vuestra vera. Por eso se echará de menos a Paco porque con si visión y espíritu de coleccionista te hacía llegar y conocer cosas que no lo harías nunca de otra manera. Llevo poco por aquí pero lo echaré de menos.
    En cuanto a Aerosmith, aunque me pese ,yolo conocí a partir del Get a Grip por lo que de este LP me llegaron las conocidas más adelante. Grupo imprescindible en el rock aunque sólo sea por Hold on. Y porque está en mi cuadro de grupos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Dani por tus palabras, seguiré pillando vinilos raros de heavy rock español y quién sabe si algún día... Leeros y comentar lo voy a seguir haciendo.
      En cuanto a Aerosmith y como dice la canción "no fueron al principio santos de mi devoción pero mi vida se fue ensuciando al ritmo de su rock and roll", poco más puedo añadir.
      "Abu" Manu buena entrada. Un abrazo a todos.

      Eliminar
    2. Aquí aprendemos y compartimos todos, juntos; esa es la gracia. Un abrazo de vuelta.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Boikot - Los ojos de la calle (Discos Barrabás, 1990)

  Hay música que corresponde a un momento concreto de nuestra vida y que, por edad usualmente, por cuestiones personales a veces, queda ahí anclada, como un bonito recuerdo. Música a la que no suelo volver casi nunca. Y ese caso lo representa perfectamente el debut de Boikot. En el devenir de la cultura rock madrileña se conformó, en la segunda mitad de los ochenta, un grupo de bandas jóvenes con unas sonoridades muy particulares, emparejadas con eso del rock urbano, pero tintado de una manera particular en la que escuchábamos las raíces de Leño o Burning junto con ramalazos unas veces punk, otras más metaleras, otras más seventies, incluso algo de blues. Ahí puedes meter a Esturión, Casablanca, Porretas o los mismos Boikot.  En medio de ese “fregao” musical cobró protagonismo Mariano García, polémico personaje, especialmente en sus últimos años. Generó negocio, oportunidades y ayudó a crear y mantener “la escena” madrileña a través de varias salas (Canciller, Barrabás), su labor promo

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Paice Ashton Lord - Malice in Wonderland (Polydor, 1977)

Esto no estaba previsto. Este disco no estaba en la lista de títulos para reseñar en #FFVinilo. Pero es que el fin de semana pasado por fin pude hacerme con él, y tenía ganas de compartirlo. Los que leéis esto ya conocéis esa sensación de ir pasando discos y encontrar de repente esa portada que tienes en la cabeza desde hace tiempo. Qué sensación. Se que vosotros me entendéis, así que no encuentro mejor foro para compartir ese momento que este blog, lleno de melómanos “vinileros”. Lo curioso es que no solo encontré una, sino dos copias, una francesa (“gatefold”) y una inglesa (sencilla). Con buen criterio, me quedé con la inglesa. Y claro, eso se nota en el sonido. ¡Como suena esta maravilla! Si os gustan esas producciones típicas de los 70 con mucha profundidad y dinámica lo vais a disfrutar (nada que ver con las producciones actuales, cada vez más “planas”). A la producción, la leyenda, Martin Birch (Deep Purple, Whitesnake, Black Sabbath, Iron Maiden, …). ¿De dónde sale este grupo?

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Creedence Clearwater Revival - "Green River" (1969)

  Las canciones, conscientes de su pegada y su carácter de inmediatez, se liberan de artificios y apéndices instrumentales.... Por Jorge García . Pocas bandas a lo largo de la historia han conseguido hacer tanto y tan bueno en menos tiempo que el que emplearon los cuatro componentes de la  Creedence Clearwater Revival . Aunque de los tres años que la formación empleó en grabar discos (con John Fogerty al frente), 1969 fue el que se llevó la palma con tres álbumes publicados en menos de doce meses. Y para más inri, podemos afirmar que al menos hasta el tercer catálogo publicado por el grupo, el nivel fue a más, alcanzando con su tercera entrega,  "Green River",  su mejor trabajo hasta aquél momento. Precisamente de esta tercera intentona discográfica vamos a hablar hoy. Un disco en el que el menor de los Fogerty alcanza un status como compositor y líder ciertamente demoledor, tomando el mando de la situación y construyendo un disco de apenas media hora de duración pero con tod