Ir al contenido principal

Sobredosis - Sangre joven (Chapa discos - 1985)



Sobredosis cantan por un lado cantan en Dinosaurios a los viejos roqueros: "dinosaurio del rock, vuelve, no me dejes solo" y por otro gritan con rabia en Sangre joven "sangre joven para el rock and roll, savia nueva para que nunca muera". Y eso es Sobredosis, una mezcla de los sonidos heavies de los setenta, en especial mucho Judas Priest y UFO, y la conversión explosiva patria de principios de los ochenta, tanto Barón Rojo como Obús. Una mezcla de calidad de oído, técnica en todos los componentes y ganas de comerse los escenarios y las radiofórmulas. En Dinero, mujeres y rock se vuelven casi comerciales, con un ritmo machacón, un sencillo estribillo con voz y batería. En Corriendo salvajemente se marcan un himno de la época con esa letra amenazante: "miles de sombras en la oscuridad, dominan la noche, esperan caer sobre ti. Coge tu chica, no esperas para escapar del horror". Suenan muy duros en Bajo el fuego y Vuelve a mí, con un tono agresivo machista precioso.
No podía faltar la "balada heavy", una minicopia del Still loving you de Scorpions en toda regla, titulada No puedo vivir sin ti. Adorable pero flojilla, la verdad. Cierran el disco una versión pasable del Doctor, doctor de UFO y un brillante instrumental de título Noches de pasión y lujuria.
Grabaron en los por entonces famosos Mediterraneo Studios de Ibiza (donde grabaron Judas Priest, por ejemplo) a las órdenes de Fortu Sánchez y Francisco Laguna (cantante y guitarrista de Obús). En los mando estaba Dennis Herman, gurú del sonido heavy de los años ochenta. Buenas canciones, buen sonido, buena actitud. Pero el proyecto no cuajó y hasta aquí llegaron. Dos discos excelentes en su discografía, hasta que volvieron en 2012. 
Por cierto, la portada con la profesora jevilorra y los chavales dándolo todo en clase no puede ser más casposa. Sí, perdón, la propia foto de la banda en la cotraportada. Adorable heavy metal vallekano de 1985.

Como hoy me he hecho un pacodelatorre, tengo que despedirme de la siguiente manera. Sed felices, es una orden.





Comentarios

  1. Buena entrada, Paco. ¡Ostias, no, que eres tú! jajajajajaja.

    Pues nada, ya sé con qué voy a comenzar esta soleada mañana sabatina.

    Como sabes, en hard nacional estoy más que verde. Salvo conocerme casi todos los nombres y portadas de los más famosetes -los Paco style ya ni eso-, lo cierto es que nunca me compré un solo vinilo. Enorme error. Al menos ahora puedo repasar Niagaras, Sangres azules o estos Sobredosis. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Paco paquito es inimitable, qué le vamos a hacer. No compré muchos vinilos tampoco, alguno, porque era más de casés. Como dices, lo bueno de la tecnología es que te permite acceder (mientras nos dejen) a una cantidad de música imposible hace tintantos años. Un abrazo.

      Eliminar
  2. "tono agresivo machista precioso" es también una forma de decir que antiguamente no importaba la corrección política tanto y a nivel artístico había mucha mas libertad.

    Un album tan duro para el jebi como lo fueron las drogas en los 80s.. un grave impacto que todos hemos vivido aunque sea en familiares y el cual ha dejado secuelas a nivel educacional y un miedo a las drogas a todas ellas a veces totalmente irracional.

    ResponderEliminar
  3. Eres el mejor, el que más como dirían los Obús. La verdad que de los dos de los ochenta de Sobredosis no hay color con Caliente como un Volcán. Sobredosis, mezcla de todo y de nada, pero unos currantes a los que pillo Chapa. En el 12 sacaron un pedazo cd que de vez en cuando escucho, muy bueno. En cuanto a mis vinilos, creo que lo he comentado alguna vez, sí, cuando teníamos pelas, incluyo a mi chica, pillábamos el heavy nacional porque me sentía más identificado, que lo voy a hacer soy realista y me crié en una barrio obrero de una pequeña capital de provincias... y daba francés ;D. Se feliz amigo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Boikot - Los ojos de la calle (Discos Barrabás, 1990)

  Hay música que corresponde a un momento concreto de nuestra vida y que, por edad usualmente, por cuestiones personales a veces, queda ahí anclada, como un bonito recuerdo. Música a la que no suelo volver casi nunca. Y ese caso lo representa perfectamente el debut de Boikot. En el devenir de la cultura rock madrileña se conformó, en la segunda mitad de los ochenta, un grupo de bandas jóvenes con unas sonoridades muy particulares, emparejadas con eso del rock urbano, pero tintado de una manera particular en la que escuchábamos las raíces de Leño o Burning junto con ramalazos unas veces punk, otras más metaleras, otras más seventies, incluso algo de blues. Ahí puedes meter a Esturión, Casablanca, Porretas o los mismos Boikot.  En medio de ese “fregao” musical cobró protagonismo Mariano García, polémico personaje, especialmente en sus últimos años. Generó negocio, oportunidades y ayudó a crear y mantener “la escena” madrileña a través de varias salas (Canciller, Barrabás), su labor promo

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Paice Ashton Lord - Malice in Wonderland (Polydor, 1977)

Esto no estaba previsto. Este disco no estaba en la lista de títulos para reseñar en #FFVinilo. Pero es que el fin de semana pasado por fin pude hacerme con él, y tenía ganas de compartirlo. Los que leéis esto ya conocéis esa sensación de ir pasando discos y encontrar de repente esa portada que tienes en la cabeza desde hace tiempo. Qué sensación. Se que vosotros me entendéis, así que no encuentro mejor foro para compartir ese momento que este blog, lleno de melómanos “vinileros”. Lo curioso es que no solo encontré una, sino dos copias, una francesa (“gatefold”) y una inglesa (sencilla). Con buen criterio, me quedé con la inglesa. Y claro, eso se nota en el sonido. ¡Como suena esta maravilla! Si os gustan esas producciones típicas de los 70 con mucha profundidad y dinámica lo vais a disfrutar (nada que ver con las producciones actuales, cada vez más “planas”). A la producción, la leyenda, Martin Birch (Deep Purple, Whitesnake, Black Sabbath, Iron Maiden, …). ¿De dónde sale este grupo?

Creedence Clearwater Revival - "Green River" (1969)

  Las canciones, conscientes de su pegada y su carácter de inmediatez, se liberan de artificios y apéndices instrumentales.... Por Jorge García . Pocas bandas a lo largo de la historia han conseguido hacer tanto y tan bueno en menos tiempo que el que emplearon los cuatro componentes de la  Creedence Clearwater Revival . Aunque de los tres años que la formación empleó en grabar discos (con John Fogerty al frente), 1969 fue el que se llevó la palma con tres álbumes publicados en menos de doce meses. Y para más inri, podemos afirmar que al menos hasta el tercer catálogo publicado por el grupo, el nivel fue a más, alcanzando con su tercera entrega,  "Green River",  su mejor trabajo hasta aquél momento. Precisamente de esta tercera intentona discográfica vamos a hablar hoy. Un disco en el que el menor de los Fogerty alcanza un status como compositor y líder ciertamente demoledor, tomando el mando de la situación y construyendo un disco de apenas media hora de duración pero con tod

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d