Ir al contenido principal

Meshiaak. Alliance of Thieves



Como todos sabréis ya a estas alturas, hace mucho que no me dejo caer por aquí. Por aquí y por las Redes Sociales. Mi participación ha quedado reducida a ser un simple mirón, como quien dice.
Podría deleitaros con los motivos que me han llevado a pasar a un segundo o tercer plano, pero creo que esta no es la plataforma para ello. Y en realidad, sea cual sea la plataforma para dar mis motivos, tampoco creo que a nadie le interese mi vida privada.
Las cosas cambian y, lo que sí que puedo decir ahora mismo que pueda resultar relativamente interesante, es que he perdido las ganas de escribir.
Ya no hago críticas de discos en ninguna web o blog.
Y los textos que tengo de historias cortas están en stand by.

Pero el amigo @RockologiaTwit lanzó un guante, y ya que yo acepté de buen grado recogerlo, aquí estoy… y merece la pena.

No solo por el contenido de la obra que os presento, sino por también la historia rocambolesca que le acompaña a modo personal.
Permitidme comenzar por esta parte de la historia, usándolo a modo de curiosa introducción.

            Resulta que en marzo me mudé… hasta aquí nada fuera de lo normal. Cualquiera se puede mudar.
Lo que no es tan corriente –o al menos se debería prestar más atención- es a la actualización de la nueva dirección en los diferentes servicios que requiere el cambio de dirección. Y son muchos.
Cuando me enteré del lanzamiento de Alliance of Thieves de Meshiaak, me dispuse, raudo y veloz, a realizar la reserva del disco. Para ello tenía que realizar la compra a través de Mascot Label Group. Así que, fui corriendo a la web y me di de alta en un santiamén. Esto me llevó tres minutos. Y otros dos minutos más para realizar el pago.
Dos meses después, ya en agosto, recibí un mail que me confirmaba que el paquete ya estaba camino de mi casa. Eso fue ocho días antes de que el disco viese la luz.
El disco salió a la venta y aún no había llegado mi preciado paquete… Y pasaron los días. Y me puse nervioso. Mandé mails a Mascot Records y éstos me pidieron paciencia.
Perdí la paciencia cuando ya había descargado ilegalmente el disco para poder escucharlo. Y se me ocurrió entrar en la web de la compañía y revisar mi perfil… mi estupor llegó cuando descubrí que, en vez de poner la calle y el número 97-99, había tecleado 77-79. Imaginad mi rabia.
Un viernes por la tarde y yo mandando mails con un fin de semana por delante sabiendo que no habría respuesta.
Así que el domingo, se me ocurrió dirigirme al 77/79 para obtener respuestas.
Y en el 79 la obtuve. Era una casa unifamiliar donde me atendió un señor muy simpático de edad avanzada.
Tras explicarle mi situación, dijo:
            -Mira aquí al lado. Creo que se quedó el paquete.
Tras darle las gracias corrí a la casa contigua. Llamé al timbre y, momentos después apareció una mujer.
Le expliqué la situación y que pensé que no perdía nada por desplazarme dos manzanas.
Entró en su casa y salió con mi vinilo de Meshiaak.


La obra en sí.

Meshiaak es un grupo al que le llevaba tiempo siguiendo la pista. Exactamente desde que el que fuese cantante de 4Arm (Danny Tomb) decidió desligarse del que en su momento me pareció la banda revelación. Su Submission for Liberty me pareció uno de los mejores discos de Thrash Metal que haya tenido el placer de escuchar. Y lo dice un thrasher de toda la vida.
Si bien en 2015 4arm sacó un fabuloso Survivalist, con cambios en la formación, al frente seguía Michael Vafiotis, un extraordinario batería. Para sustituir los cambios, la formación se configuró con Andy Hinterreiter al bajo, Evan K. a la guitarra y Markus Johansson como voz y guitarra.
El resultado es realmente bueno, aunque hay que darle bastantes escuchas al disco para sacarle el jugo. Además, la marcha de Danny afectó mucho, ya que es un gran vocalista y su voz agresiva impregna mucha fuerza. Markus J. tiene una gran voz, pero no es tan agresiva y sus derroteros tienen una profunda influencia de James Hetfield.

La formación de estos Meshiaak no es poca cosa. Junto al ya mencionado Danny Tomb, a la voz y la guitarra rítmica, se suman Jon Dette a la batería (Slayer, Testament, Iced Earth o Anthrax), Dean Wells a la guitarra solista (Teramaze) y Nick Walter al bajo.

            Ante nosotros tenemos una obra de un Thrash Metal muy elaborado, con muchos toques de la vieja escuela donde se puede apreciar los gustos por los clásicos del género, como Metallica, Megadeth o Testament, pero con un sonido que se decanta por la modernidad y unos alardes técnicos que, lejos de ser pretenciosos, dotan a los temas de un enriquecimiento muy amplio.
Como cabe esperar, al grabar con estas características, es inevitable que aflore la influencia de otras bandas, como Machine Head, por ejemplo. El sonido de Alliance of Thieves en este sentido tiende a acercarse mucho a esta onda de Thrash Metal más moderno.
He de confesaros que los pequeños toques progresivos, sin que estos sean un abuso, le dan mucha calidad a la forma de componer. Sin duda, todo esto no serviría de nada si las canciones no fuesen buenas, pero tranquilos: lo son. Han sabido solventar ese problema con creces, ya que todo el disco, de principio a fin, es de gran calidad. No estamos ante uno de esos redondos que tiene un par de temas buenos y el resto es relleno.

Pero, lo que creo que realmente llama poderosamente la atención de todo el disco y es lo que convierte a Meshiaak un grupo que dará que hablar, es la voz de Danny.
Si en 4Arm era todo un alarde de agresividad que daba cuerpo a un Thrash Metal perfecto, en Meshiaak ha sabido explorar vías en cierto modo ya abiertas por otros para combinar resultados.
En los estribillos se puede ver influencias de los años noventa, de aquel Grunge que captó la atención de muchos y que ha dejado nombres muy importantes.
Poder captar las voces dobladas de Alice in Chains o el estilo de Chris Cornell en algunas melodías vocales, es algo que llamó mi atención desde el primer momento.

El hecho de que Metallica (y pido disculpas por mentarlos ahora mismo) hayan colgado un adelanto de su nuevo disco, solo restará importancia a un grupo que realmente han creado algo importante. Olvidáos de los grandes del 2016 si no os lleváis a los oídos este disco…
Y no pienso decir nada más. El resto depende de vosotros y vuestras ganas de descubrir algo que realmente merece la pena.




Track List


1. Chronicles of the Dead
2. It Burns at both Ends
3. I am among You
4. Drowning, fading, falling
5. At the edge of the World
6. Last breath Taken
7. Maniacal
8. Alliance of Thieves
9. Death of an Anthem


Formación

Danny Camilleri. Guitarra, Voz
Dean Wells. Guitarra, coros
Nick Walker. Bajo
Dette. Batería



-xentrix-

Comentarios

  1. Pues yo me lo voy a escuchar, a ver qué tal. Un abrazo, amigo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por recoger el guante. Un placer leerte de nuevo por aquí y más con una historia tan interesante. Menuda cara le quedaría a la señora con el paquete y con tu visita. No conozco al grupo (sí a 4arm que ya me recomendaste hace tiempo) así que le daré su escucha inmediatamente. Un abrazo. No nos abandones mucho tiempo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Rainbow – Down to earth (Polydor-1979)

Sin vinilos raros o exóticos para comentaros esta semana, echo mano de mi fondo de armario vinílico y como en mi anterior visita, dedico la reseña de hoy a otra de esas obras incontestables de finales del siglo XX de las que nadie quiere hablar porque todo cuanto pueda decirse, sobra o es redundante. Pero para eso estoy yo, para redundar en lo obvio. Y para dar a la reseña un enfoque diferente, más que del álbum –que también–, os hablaré de su vocalista. Total, que después de saber de él en Alcatrazz [ aquí ] o MSG [ aquí ], hoy os traigo de nuevo al incombustible Graham Bonnet para presentaros otro enorme disco en el que participó aportando su personalísimo estilo. Poneos cómodos.    Érase que se era el británico Graham Bonnet , un adolescente nacido en una localidad costera del condado de Lincolnshire que se ganaba unas libras cantando jingles para la radio. Su primo Trevor había emigrado con sus padres a Australi...

Helloween - Pink bubbles go ape (1991, EMI)

  Aprovecho la reciente visita a nuestro país de la banda multigermánica Helloween para compartir aquí contigo, lector con orejas inquietas, otro de esos discos que me gusta catalogar con la etiqueta de “síndrome del disco de después”: aquella obra musical editada tras un pelotazo, éxito o gloria en forma de DISCARRAL y que palidece a su sombra independientemente de su calidad o éxito. Discos que han sido “un fracaso” porque vendieron la mitad que su predecesor o porque, simplemente, no respondió a las expectativas. En este contexto, queda claro que casi cualquier cosa que nuestros protagonistas hubieran editado después de “Keeper of the seven keys II” (más aún si lo consideramos un solo disco con su primera parte) iba a ser valorado con el rasero de una(s) obra(s) catalogadas aún hoy como Obras Maestras del Discarralismo (OMD para los entendidos). Si añadimos que las acciones (o inacciones) de algunos de los protagonistas de la banda y alrededores contribuyeron a dificultar la pr...

Megadeth – Peace sells... but who’s buying? (Capitol records-1986) [Resubido]

Hay álbumes que se resisten a aparecer por estos pagos porque son obras tan incontestables y sobre las que se ha dicho y escrito tanto que parece que sobra regresar a ellas. Pero hoy me siento en la necesidad de que eso no me afecte y he venido a expresar obviedades. Creo que no miento si os digo que descubrí a los Megadeth con el So far, so good... so what! [ aquí ] y es un disco que adoro, como otros de la banda. Sin embargo, creo que es en este Peace sells... but who’s buying? en el que se sientan las bases de la carrera de Dave Mustaine y sus Megadeth . Y sí, desde un punto de vista comercial o de calidad compositiva o de sonido, quizás otros álbumes están por encima... pero la importancia de esta obra es capital (sí, yo también utilizo mucho los tres puntos), desde su icónica portada hasta su última nota. Por eso, aunque Omar Sandoval ya comentó [ aquí ] hace más de una década este disco desde una apro...

Asteroid B-612 - "Roads, Stars" (2025)

…guitarras distorsionadas, más sutiles y cromáticas creando un paisaje más amable que el poderoso y furibundo bramido de antaño… Por  Jorge García . Cuatro discos como cuatro soles en la década de los noventa, cuatro toques de queda indispensables para aquellos que gustan del rock de fuerte pegada con ascendentes de Detroit y de su Australia natal. Un cuarto de siglo de silencio discográfico, y ahora podemos  decir con pruebas físicas y sonoras en la mano, que  Asteroid B-612   ha vuelto.   Para este retorno, que según palabras de la propia banda  ha nacido del simple deseo de subirse a un escenario con viejos amigos , publican un nuevo álbum titulado  "Roads, Stars"  que ha sido grabado en Australia y España durante el año 2024 y que ha mezclado  Pepe Gomar  y  Mike Mariconda . Por supesto  Johnny Spittless  en la guitarra y el vocalista  Grant McIver  continuan capitaneando la nave junto al batería  Ben Fo...

Mötley Crüe - Too Fast For Love (Leathur Records,1981)

  Mötley Crüe en los días en los que grabaron " Too Fast For Love " vivían como auténticos vagabundos, de casa en casa de quien tuviese las pocas luces de dejarles entrar, lugares abandonados, furgonetas cutres y un sinfín de cuchitriles a cual peor donde los cuatro solían dejarse caer totalmente colgados de caballo.  No era algo exclusivo de ellos, así coexistían muchas de las bandas de la ciudad de los Angeles justo cuando entraron a grabar su debut en Octubre de 1981. La cosa fue muy rápido, en cinco días ventilaron las canciones en una vieja consola API de 24 pistas con Michael Wagener de ingeniero de sonido, el alemán venía directamente de terminar con Accept su tercer disco en estudio " Breaker" .  La grabación se la costeo el propio manager de la banda, y les costó unos cinco mil dólares. Vince, Nikki, Mick y Tommy no tenían casi ni para comprar hamburguesas, pero se las arreglaron para prensar inicialmente 900 copias de Too Fast For Love y venderlas con ...

Audioslave - Audioslave (2002, Sony Music)

    Retomo mis colaboraciones en el blog tras una ausencia para compartir con vosotros unos vinilos con los que me hice en un ataque de nostalgia y dejándome engañar, ejem, por una tienda que ofrecía una 20% de descuento si me compraba varios discos. Y decidí llevarme tres o cuatro referencias que fueron muy importantes para mi al inicio de este siglo (que parece que fue ayer cuando empezó, pero ya va a cumplir un cuarto de su existencia). Son discos que escuché hasta la saciedad en aquellos años. Que recomendé a mis compañeros de trabajo, unos mayores que yo otros menores, y que alguno me ha confesado últimamente que también le marcó y sigue oyéndolos hoy en día, cuando ya ni trabajamos juntos.   Y voy a empezar por este trabajo que podría entrar en esa categoría de “supergrupo” al estar formado por artistas que ya triunfaron en otros proyectos:   Audioslave fue una banda estadounidense formada en 2001 como resultado de la unión entre Chris Cornell (ex– Soundg...