Y digo esto porque un milagro es lo único que hasta la fecha encuentro razonable para explicar el porque a un servidor, no solo le gusta el disco "Talking Book" de Stevie Wonder, sino que le parece una total y absoluta maravilla, un obra maestra con todas las de la ley.
Pero es que, simplificando quizás demasiado, este disco esta formado por dos mitades en lo musical, o así lo entiendo yo,: una parte formada por temas de clara tendencia funky, estilo que no aguanto ni un minuto por regla general, y cuya inclinación al mismo en la trayectoria de determinados artistas a dado al traste a que quien suscribe haya seguido como Dios manda a tales músicos, quizás el ejemplo mas claro sea Prince, un tipo al que no he seguido casi nada debido a sus temas funkys; y otra parte formada por baladas de carácter romántico con unas elevadas dosis de azúcar, ni siquiera edulcorante no, azúcar...elemento que en la música ha provocado, frecuentemente en mis arterias, el mas radical rechazo a tales tonadas, siendo tal el empalague que como única forma de sobrevivir me he visto forzado en mas de una ocasión a tirar del cable del equipo con el propósito de desenchufarlo en un acto último de salvar mi vida, ahogado y desesperado entre los fatídicos estertores que preceden al empacho y enfermedad por sobredosis de azúcar.
Por buscar una explicación a este misterio, explicación que realmente no necesito, se me ocurre que lo que Stevie Wonder hace aquí es un ejercicio de "plástica musical", por decirlo así, totalmente extraordinario, como un arquitecto excepcional, el genial Esteban maravilla dibuja unas lineas de sutil belleza y calmosa elegancia en sus baladas, así como diseña una ligera y sencilla estructura sónica en los juguetones y nerviosos ritmos de sus temas mas funkys, un ejercicio que nos hace "ver" la música, entender la parte plástica de las canciones, algo inaudito y sorprendente para un hombre, el creador de estos temas, que es ciego y que sin embargo, nos hace casi contemplar la arquitectura de sus temas, plasmados en gloriosos bocetos llenos de equilibrio y geometría, los genios son así.
El disco, grabado durante el año 1972 y publicado el día 28 de octubre de ese mismo año bajo producción de Robert Margouleff y Malcom Cecil junto al propio Stevie Wonder cuenta con diez temas de extraordinaria factura, en los mismos además de lo ya comentado destaca el novedoso y prometedor uso que de los sintetizadores hace el genial Wonder, uso que ojalá hubiese tenido mas aplicación por parte de los sucesivos teclistas que hicieron de este instrumento en la siguiente década una utilización indecorosa y dolorosa para la música.
Diez temas formaban este Lp, diez gemas a cual mas perfecta y encantadora, por destacar alguna citaremos la famosísima "You Are The Sunshine of my Life", preciosa canción de cálida melodía, pegadiza y acariciadora que sigue sonando a gloria. La funky y temblorosa "Maybe Your Baby" de sensual estribillo que cuenta con el fantástico apoyo vocal de las damas: Gloria Barley y Shirley Brewer. "You and I" es una balada con acompañamiento de piano de una belleza que casi duele, plácida, honesta y emotiva cuenta además con una interpretación vocal por parte de Wonder de una comedida intensidad, directa e incisiva gracias a un fraseo de maestro y a unos agudos que suenan desesperados y tirantes pero llenos de intencionalidad dramática, sublime balada, inolvidable, irresistible...
No le va a la zaga en grandeza "Superstition", uno de los funkys mas grandes jamas escritos y grabados, éxito abrumador en su momento, sigue sonando como un tiro, un tiro de ritmo, de música caliente lanzada como vaporizada, como dispersada por un aspersor gigante que la reparte alrededor, llenándolo todo de caluroso ritmo, de ácida y húmeda base rítmica que te atrapa y de la que no puedes escapar, una POM en toda regla.
En "Big Brother" Stevie se mete diréctamente en contenidos de denuncia social y política, atacando a los candidatos blancos y su indecente actitud en cada campaña acudiendo a barrios de gente de color a "cazar" votos, un gran tema, cuyo contexto literario tendría su continuidad en el siguiente Lp, el imprescindible "Innervisions". Vuelve el riesgo de subidón de azúcar colectivo con la escucha de "Blame It On The Sun", pero el milagro comentado hace que la belleza melosa y confitada se convierta en fluido nectar de dulce pero ligero aroma, gracias a una rebaja habilidosa con agua fresca consigue esquivar el empalague y dejar un poso de agradable sabor. Algo parecido ocurre con "Looking For Another Pure Love".
El resto de temas no desmerecen para nada los mencionados, incisivos y perféctamente construidos por una acertada producción y una fina instrumentación en la que Wonder es protagonista absoluto, siendo ejecutor de la mayor parte de los instrumentos, teclados y anexos especialmente y que además cuenta con la colaboración de profesores como Jeff Beck y con una extraordinaria y acertada ejecución vocal de todas y cada una de las melodías, perfectamente construidas y de cimientos melódicos notables.
Un gran disco en definitiva que además obra un milagro en este que firma esta reseña, ya que contiene elementos que no son del gusto del retorcido Sr. De Witt pero que en esta ocasión no le queda otra que sucumbir ante el sudoroso y abrasador laberinto sonoro y melódico de este sublime grupo de canciones que es "Talking Book".
Este post fue escrito originalmente para su publicación en el blog Rock and More By Addison de Witt en el que aparecio el dia 21 de agosto de 2012, he querido recuperarlo y traerlo aquí debidamente rectificado por tratarse de uno de mis artistas favoritos, uno de mis mas admirados y este álbum una de sus grandes obras maestras, como homenaje al gran Stevie Wonder, uno de mis vinilos mas queridos.
En este enlace encontraréis la reseña en su primera localización.
Como imaginarás, Stevie tampoco es santo de mi devoción. Y mucho menos sus temas más melífluos. Sin embargo, cuando abro el cajón del eclecticismo y me maravillo por canciones alejadas del mundillo jebimetalero, entre estas podemos encontrar temazos como Superstition sin duda. Saludos y feliz fin de semana.
ResponderEliminarImaginaba que no era esto lo mas ávido de tu discoteca jajaja, pero es que hay temas que molan mucho.
EliminarSalud.
Hace mucho tiempo que no escribía por aquí pero tu reseña de este magnífico disco me ha animado.
ResponderEliminarEl rechazo al funky que aludes te puedo asegurar que lo comparto, pero no creo que este disco y otras maravillas del Wonder como Music of my Mind o Innervisions puedan etiquetarse con tan bastardo término.
El funky es el resultado del boom discotequero de los años 80 y esto que presentas por aquí, como mucha otra música negra de los 70, no es funky, en mi opinión es sólo funk, cosa muy distinta por la que han navegado grandes músicos y de la que disfruto habitualmente.
Buena entrada.
Saludos.
Bueno no he sido tan concreto en lo que a etiquetación se refiere, en cualquier caso el disco es una POM absoluta independientemente de terminos definitorios de canciones y veo que en eso estamos bastante de acuerdo.
EliminarGracias por el comentario, interesante por cierto.
Un saludo.
Funky versus funk. Me ha gustado ese matiz, aunque para estas horas, encuentro que es hilar fino de narices jajajaja
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