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Kyuss "Welcome To Sky Valley" (1994)

A mediados de los años 90s Kyuss surgieron de manera silenciosa y pusieron las bases para lo que sería denominado como Stoner Rock. En su momento, como suele pasar en muchos casos, Kyuss pasaron bastante desapercibidos para el gran público y acabaron por disolverse tras un EP y tres potentísimos álbumes.

Welcome To Sky Valley fue su tercer disco y una verdadera joya en su género. Kyuss supieron darle una vuelta de tuerca más al rock y, sin inventar nada nuevo, sí que consiguieron juntar una serie de elementos reinventando así unos sonidos que parecían haber estado relegados al olvido. Jams psicodélicas setenteras, riffs que beben de los ritmos densos y oscuros de los primeros Black Sabbath, guitarras y bajo ultra saturados a lo sonido garaje... y desierto, mucho polvo del desierto (por no hablar de otras sustancias alucinógenas al margen de la legalidad).
Y es que el sonido de Kyuss, el sonido Stoner, te lleva al corazón del desierto. Puedes sentir el calor abrasador del sol y la aspereza de la arena a través de los altavoces.
Con las bases ya bien asentadas en su anterior joya, Blues For The Red SunKyuss dieron un paso más y acabaron de perfilar un sonido único, gracias en parte también al productor Chris Gross. El grupo estaba formado por cuatro jóvenes: a las voces, poderoso e inconfundible, John Garcia, a las guitarras Josh HommeBrant Bjork a la batería y, como único cambio respecto a la formación anterior, Scott Reeder al bajo.



El disco se divide en tres actos, abriéndose el primero con Gardenia. Un riff mastodóntico nos da la bienvenida a este Sky Valley de un modo abrumador, con una verdadera muralla sónica. Uno de los temas clásicos de Kyuss y del género Stoner.
La inquietante Asteroid nos acompaña hacia un viaje lisérgico, no sabemos bien bien hacia donde, pero es relajante hasta que llega Supa Scoopa And Mighty Scoop y nos despierta bruscamente del letargo, cerrando este primer acto. 100º y Space Cadet abren el segundo acto y cierran la primera cara del disco, con un nivel altísimo.
La enigmática e hipnótica Demon Cleaner abre la segunda cara para seguir con Odyssey que es como uno de esos coches destartalados que va a toda velocidad por cualquier carretera polvorienta del desierto. La banda no deja respiro alguno y no baja de revoluciones con Conan Troutman.
Whitewater cierra, de forma magistral, un disco clave para entender la renovación de un género y la segunda mitad de los años 90.
Uno de los pocos discos que viene con instrucciones: “listen without distraction”. Nunca unas instrucciones fueron tan indicadas y es que este disco se ha de escuchar poniendo todos los sentidos en él. Un disco que se disfruta surco a surco y que gana con cada nueva escucha.

Comentarios

  1. No hace mucho, un conocido de todos nosotros también me los recomendó. La verdad es que nunca he escuchado gran cosa de ellos y lo poco que he oído no me atrae demasiado. Sin embargo -una de las cosas buenas de este blog- gracias a su entrada le estoy dando una oportunidad al álbum. Saludos.

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    Respuestas
    1. Me alegra que le des otra oportunidad King...si les pillas el punto son adictivos. Otra vuelta de tuerca al sonido Sabbath.

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  2. No soy tampoco escuchador de Kyuss, y lo curioso es que me gustó mucho la aventura de John García con Hermano y, por supuesto, Homme con sus Queen Of The Stone Age. Tendré que ponerme deberes y pinchar este álbum. Saludos.

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