El grupo que traigo hoy es uno de esos que, a pesar de su calidad, no logró el éxito comercial que merecieron durante su existencia, y creo que hoy en día tampoco han adquirido el nivel de reconocimiento que merecen. Aunque hace años el amigo Rockología ya se encargó de avisaros con la reseña de su tercer disco (“Restrictions”), yo no me canso de hablar de este a grupo a todos los aficionados al hard rock setentero, o al rock guitarrero en general. Ya sé que esto se dice de muchos grupos, pero es que éste era un supergrupo. Esta palabra, que generalmente se utiliza muy a la ligera, aquí cobra todo su sentido, y, si no, fijaos qué plantel.
Camine Appice à la bateria. Tim Bogert al bajo, Rusty
Day a la voz y la armónica, y Jim McCarty a la guitarra.
Carmine Appice es
uno de los mejores y más influyentes bateristas de la historia del rock. Fue el
primero en comenzar a tocar la batería con una contundencia inusual. Según el
propio Appice, se vio obligado a hacerlo porque debía hacerse oír ante el
aumento progresivo del volumen en las guitarras y el bajo en la segunda mitad
de la década de los 60. Esa impresionante pegada, y la utilización de un doble
golpeo en el bombo, fueron la fuente de inspiración para un tal John Bonham.
Incluso antes de que Led Zeppelin lo hicieran, Carmine Appice ya había
presentado con su grupo Vanilla Fudge una configuración con doble bombo, y
aumentó el tamaño del tom base para dar aún más contundencia a su sonido.
Podéis ir directamente ir a la parte 2 del “Big Mama Boogie” o el “One way … or
another” para apreciar esa pegada y uso del bombo con doble golpeo, tan
innovador, que acabó influyendo a tantos bateristas de rock.
Carmine Appice y
Tim Bogert venían de Vanilla Fudge, uno de los grupos mas influyentes en la
transición del Rhythm and Blues de los 60 hacia el hard-blues-rock. Además de
aumentar el sonido de las guitarras, se hicieron especialistas en ralentizar el
tempo de las canciones, y acentuar el ritmo de manera exagerada para dar esa
sensación de “pesadez” (no existía todavía el termino de sonido “heavy”, pero
esto fue el comienzo). Esta es una de las etapas de la historia de la música
popular que mas me apasiona. El momento en el que del Rhythm and Blues se pasa
a un blues rock pesado, donde yo destacaría sobre todo a Cream, la Jimi Hendrix
Experience y el Jeff Beck Group.
Precisamente Carmin
Appice y Tim Bogert, querían seguir con esa línea más potente, que ya habían
iniciado con Vanilla Fudge, Pero éstos tenían un toque más soul. Ellos querían más
guitarras, un sonido más hard rock. Y presentaron la idea a Jeff Beck (su grupo
acababa de separarse). También querían a Rod Stewart (cantante entonces del
grupo de Jeff Beck), pero éste finalmente se fue con Ron Wood a los (Small)
Faces. Jeff Beck estuvo de acuerdo en comenzar la aventura, pero un accidente
de coche le obligó a retirarse durante 18 meses. El accidente tuvo lugar el día
antes de coger un avión para reunirse con Bogert y Appice para buscar un
cantante. La aventura por lo tanto la siguieron Bogert y Appice por su lado,
aunque en 1972 finalmente lograrían hacer ese trio deseado con Jeff Beck (Beck,
Bogert & Appice).
El teclista Duane
Hitchings, por entonces con The Buddy Miles Express, les presentó a Jim McCarty
(no confundir con el baterista de los Yardbirds). Un guitarrista que había
estado con los Detroit Wheels, y que encajaba perfectamente en el estilo que
buscaban. Fue el propio McCarty quien les presentó a Rusty Day, excantante de
los Amboy Dukes (antiguo grupo de Ted Nugent). Las piezas encajaban, y se
pusieron en seguida a grabar. Ayudó que Bogert y Appice tuvieran ya contrato
con Atlantic (por los Vanilla Fudge) para que el sello se hiciera cargo del
nuevo grupo. Por cierto, Duane Hitchings acabaría formando parte de Cactus a
partir del tercer disco.
La química entre
los miembros del grupo fue automática. Esas cosas que suceden a veces donde
cada musico sabe cuál es su papel, y aporta su toque personal.
Sinceramente,
cualquiera de sus tres primeros discos es digno de escucha:
Cactus - 1970
One Way … or Another - 1971
Restrictions – 1971
En su cuarto disco,
‘Ot ‘N’ Sweaty, el nivel bajó algo para mi gusto. Sus giras con los Faces, y la
búsqueda de un éxito comercial que no llegaba, les hicieron buscar un giro en
su sonido, que no funcionó. Ya no estaban ni Jim McCarty ni Rusty Day. El
guitarrista no se sentía demasiado a gusto con el estilo de Bogert al bajo.
Siempre se comparó a Bogert con Jack Bruce, ya que intentaba dar mucho
protagonismo al bajo, buscando arreglos llamativos a lo largo de toda la
canción, en lugar de contentarse con un simple acompañamiento. Esto cansó a
McCarty, que no se adaptó a su estilo. Con él se fue también Rusty Day, cuya
voz nunca gustó a la compañía, y cuyo carácter complicado fue la excusa para
deshacerse de él. Acabó muriendo en 1982 en un tiroteo durante un trapicheo de
drogas (junto a su hijo de 12 años).
¿Qué vais a encontrar en este disco? Pues todos los elementos del hard-blues-rock clásico. Guitarreos trepidantes, baterías contundentes, voz sucia, adrenalina, velocidad, pero atención, también hay tiempo para dinámicas mas suaves, tiempos lentos y relajados, que también sabían interpretar de manera magistral.
De hecho, McCarty
usa su guitarra eléctrica con agresividad en algunos momentos, pasando sus
punteos por el wha-wha, pero en otros se puede escuchar el uso de trémolo
(“Feel so Bad”), e incluso acústicas (qué maravilla esa combinación de acústica
con eléctrica llena de efectos en “Song for Aries”).
Uno de los puntos
fuertes de Cactus eran las versiones. Precisamente el disco empieza una “Long
Tall Sally” irreconocible. Solían meter una o dos versiones por disco, pero
siempre las llevaban a su terreno, hasta hacer de ellas una canción diferente.
Cuenta Appice que cuando Rusty Day proponía estas versiones, él ni siquiera sabía
que no eran canciones originales (reconoce que entonces su cultura del Rhythm
and Blues era escasa).
La segunda versión
es una clásico Chuck Willis, “I Fell so Bad”.
Este disco fue
grabado en los míticos estudios Electric Ladyland de Nueva York. Cambiaron una
mesa 8 pistas de su primer disco (grabado en los Ultrasonic Studios, de Long
Island, de donde ellos eran originarios) por una de 16 pistas, aunque
seguramente les sobró alguna, porque ellos grababan en directo. Todos metidos
en una sala grabando en vivo, como una “auténtica” banda de rock. Era así como
se sentían cómodos. Si acaso algún “overdubbing” para alguna guitarra extra,
pero poco más. Ellos mismos hicieron de productores, pero tuvieron la
inestimable colaboración del mítico Eddie Kramer (el productor de Hendrix,
entre otros). El propio Jimi Hendrix se pasó por la grabación, y también Jimmy
Page, aunque desafortunadamente no hay ninguna grabación que inmortalizara el
momento.
Lanzaos a escuchar
este disco, y buscad después el resto de esa trilogía maravillosa que fueron
los primeros tres discos de Cactus. Luego me decís si no es verdad que merecen
más reconocimiento. Grupos como AC/DC o Van Halen ya se han encargado de reivindicarlos.
Una última
recomendación. En el 96 apareció un interesante recopilatorio que personalmente
me sirvió para conocer a este grupo: “Cactology: The Cactus Collection”. Yo, de
momento, sigo deseando tener en mi colección el resto de los vinilos de esta
trilogía.
P.D.: La edición
que os muestro es una edición francesa del 72, con una portada diferente a la
original.
Y aquí, el disco completo:
Saludos,
Ruben Diskobox.
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