Ir al contenido principal

UFO – No place to run (Chrysalis – 1980)


Hoy os traigo una vez más a mis queridos UFO, a quienes ya he dedicado varias entradas en este blog. A modo de resumen, os recuerdo que se trata de una banda británica formada a finales de los 60 que editó un par de discos de space rock psicodélico –mucho más interesante el primero que el segundo en mi opinión– y que despuntó a lo grande con su fichaje por Chrysalis records y la entrada en sus filas de Michael Schenker, un genio con tan solo 18 años, nacido para tocar la guitarra eléctrica y que convirtió al grupo en un icono del hard rock setentero. Durante esa década editan álbumes imprescindibles como Phenomenon, Force it, Lights out u Obsession que culminan con uno de los mejores directos de la historia del hard rock. Y entonces, lo impensable –al menos para los fans, porque en el seno de la banda ya estaban algo cansados del carácter impredecible del alemán–, la desaparición de Schenker la víspera de un concierto teloneando a Rush en su gira norteamericana que obligó a Mogg y los suyos a reclutar con carácter de urgencia a Paul Chapman, un viejo conocido que les sacaría las castañas del fuego y acabaría quedándose en el grupo varios álbumes más. Comenzaba una nueva década y UFO tenían ante ellos el desafío nada fácil de sobrevivir sin Schenker. Y lo cierto es que fueron años turbulentos con diversos cambios importantes de formación, pero al menos no desaparecieron. 
 
El primer pasito para ello fue este No place to run, para el que tuvieron a su disposición al mítico George Martin –para siempre asociado a los Beatles y conocido mundialmente como su quinto miembro–, que grabó, produjo y mezcló el disco en sus A.I.R. studios de Londres y la isla caribeña de Montserrat. Así pues, una vez más con Phil Mogg a las voces, Pete Way al bajo, Andy Parker a la batería, Paul Raymond a los teclados y guitarra rítmica pero con el recién llegado Chapman a la guitarra –que en la portada creada como de costumbre por Hipgnosis aparece en un tímido segundo plano– UFO editaron nueva obra. 
 
Y hablando de portadas, mi copia es una primera edición manufacturada por Ariola Benelux en los Países Bajos, con la foto en tono verdoso y la tipografía en color mandarina. Digo esto porque del disco se llegaron a editar diversas versiones con el logo del grupo en grande, con el logo del grupo en pequeño, con el título en la parte superior, con el título en la parte inferior, con letras en blanco, en naranja o azul..
 

El track list fue: 
 
A
Alpha centauri 
Lettin’ go 
Mystery train 
The fire burns tonight 
Gone in the night 
 
B 
Young blood 
No place to run 
Take it or leave it 
Money, money 
Anyday 
 
El inicio del disco es algo extraño, con Alpha Centauri, un tema instrumental de Paul Chapman –como diciendo, aquí estoy yo– lleno de sintetizadores, que sirve de introducción a la hardrockera Lettin’ go que tiene un solo que evidentemente no posee el sonido Schenker característico de la banda, pero que tampoco es moco de pavo. Mystery train es una acelerada versión del blues de Junior Parker en la que Chapman también pone de manifiesto que no es el alemán rubio, pero que sabe cómo tocar rápido su guitarra. Le sigue This fire burns tonight, un temazo pese a que no solo la guitarra de Chapman sino la producción de Martin imprime a la composición un sonido un pelín diferente al que había caracterizado a la banda hasta el momento. Lo mismo puede decirse de Gone in the night, otra de mis favoritas del elepé y una canción estupenda aunque no suene exactamente a los UFO de la década anterior. 
 
En la cara B seguimos con la misma tónica, ramalazos del sonido UFO clásico envueltos en un celofán que aporta matices que en ocasiones se hacen extraños y con una guitarra enérgica que por muy bien tocada que esté nos hace pensar “estos no son mis UFO, que me los han cambiado”. No place to run es otra de mis preferidas del disco, un temazo que nos obliga una vez más a olvidarnos de Shenker –al menos como tripulante del platillo volante, que lo que comenzó a hacer al margen de ellos también forma parte de la historia imprescindible del hard rock de la época– y a dar la bienvenida a los UFO renovados. Take it or leave it es una composición de Raymond delicada y elegante que precede a una Money, money algo más hardrockera con un estupendo solo de Chapman. E igualmente reivindicable es la final Anyday, en la que el bajo de Way adquiere protagonismo en los pasajes tranquilos del tema y donde Chapman pone su sello dejando claro que tenía calidad suficiente como para ganarse un lugar entre Mogg y los suyos. 
 

En fin, que este no sería el álbum que recomendaría a alguien que quisiera escuchar a UFO por primera vez –para eso siempre consideraré que la formación con Schenker setentera es la que le otorgó su sonido distintivo, llamadme viejuno nostálgico– pero ni por asomo penséis que se trata de un lanzamiento de relleno o sin calidad. La valía de la banda y la solvencia del mito que estuvo a los controles en la mesa de grabación hacía impensable tal cosa. 
 





¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla
 

Comentarios

  1. Hace pocas semanas repasé los discos de UFO con Chapman y me sonaron mejor de lo que recordaba. Obviamente, los discos de los setenta son lo mejor de la banda, pero los disfruté. Quizá me quede con Mechanix. De hecho he empezado la búsqueda para pillarlos en vinilo. A ver si hay suerte. Como bien dices, no sería un disco que recomendaría para iniciarse en UFO, pues ni es de sus mejores ni representa ese sonido "clasicazo" del grupo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo contigo. Y luego, por ejemplo, tenemos a Misdemeanor con Atomik Tommy M que me encanta. Pero UFO sin Schenker, no sé.
      Esta mañana he estado a punto de pillar el Mechanix de segunda mano, pero me pedían 30 euracos porque llevaba póster. Con gran dolor lo he dejado para otro enfermo vinílico con más presupuesto que el mío jajajaja

      Eliminar
  2. Había escuchado temas sueltos de ellos, pero nunca un disco entero de principio a fin. Así que me he puesto el primero (UFO 1) y me ha gustado mucho, es muy de mi rollo, de final de los 70 y buenas guitarras. De este me ha gustado especialmente "Gone In the Night" y "Lettin'Go". Me los pongo en pendientes para escucharles con más dedicación, porque me parece que tienen mucho que rascar. ¡Buen finde!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El UFO1 también me gusta mucho... pero no tiene nada que ver con el sonido que la entrada de Michael Schenker dio a la banda y que se extendió hasta el final de los años 70. Este es un disco muy bueno pero si quieres conocerles, mete mano a los anteriores comenzando por el imprescindible Phenomenon. Un beso y buen finde.

      Eliminar
  3. De UFO solo he escuchado el Strangers in the Night, del que está todo más que dicho. Lo mismo me escucho el Phenomenom u otro de la era Schenker cuando acabe el Omega de Morente y Lagartija Nick que tengo sonando ahora, sospecho que este disco será para los muy cafeteros. También intuyo que no tendrá mucho sentido ponerme este antes que uno de esos. En fin, no será por no intentarlo. ¡Un abrazo King!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que si no te ha dicho nunca nada UFO, este disco es notable, así, independientemente e otras consideraciones.
      Si eres fan de la era Schenker, en efecto, este es para muy cafeteros... a no ser que Schenker no te guste nada y odies los UFO setenteros jajaja ¡Saludos!

      Eliminar
  4. Mi hermano tenia de UFO y de Michael. Pues no suenan mal, tendré que empezar por un grandes éxitos para hacerme pronto a su estilo, pero este me ha sonado bien.

    ResponderEliminar
  5. UFO es una de las mejores bandas de los 70. Shenker un dios, sin dudas. Los 5 álbumes con el rubio teutón más el fantástico Stangers in the night son IMPRESCINDIBLES. Si no han escchado a estos platillos voladores, se perdien de lo mejor del hard rock británico. Sin dudas

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Joe Satriani - Flying in a Blue Dream (1989)

Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco.  ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia.  Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas.  En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo.  Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

Surgin' – When midnight comes (Music For Nations, 1985)

  Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Cream - Wheels of Fire (Polygram Records, 1968)

Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.  Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura