Ir al contenido principal

Ratt – Invasion of your privacy (Atlantic-1985)


Amigos, a Ratt los descubrí alucinando con su videoclip de Round and round, el primer single que Atlantic records lanzó del Out of the cellar, magnífico álbum de debut de los californianos. Ese sonido era totalmente novedoso, ningún grupo de Los Angeles sonaba así de bien. Así que, como supongo que a muchos de vosotros os pasó, quedé prendado por Pearcy y compañía. Sin embargo, le quiero dedicar mi entrada a su segundo elepé. La razón es sencilla. Tras verlos en televisión caerse de aquella buhardilla sobre una mesa presidida por Milton Berle –supongo que sería en Tocata o algún programa similar–, corrí a la calle Tallers para hacerme con el Out of the cellar. Sin embargo, tengo el total convencimiento de que la excitación que viví cuando, después de escucharlo una y otra vez, leí que ya estaba en las tiendas su nuevo Invasion of your privacy, no la he sentido con ninguna otra banda o disco. Las expectativas eran muy altas y debo deciros que los Ratt cumplieron con creces. No entraré en discusiones sobre si su segundo trabajo fue mejor o peor que el primero, me da igual. Para mi, es una de esas obras que forman un todo con su predecesora. 


Así es como en el ecuador de la década por la que tengo más cariño –tanto musicalmente como en la vertiente personal–, Ratt editaron de nuevo con Atlantic records y producción de Beau Hill una colección de canciones imperecederas de lo que por entonces se etiquetó como glam metal. El line up de la banda fue el mismo que grabó su anterior disco –de hecho, se mantuvo hasta después de editar Detonator (1990), cuando se disolvieron por primera vez– y consistió en Stephen Pearcy a las voces, Robbin Crosby y Warren DeMartini a las guitarras y coros, Juan Croucier al bajo y coros y Bobby Blotzer a la batería y coros. 

Grabado entre los angelinos Rumbo recorders y los Atlantic studios de Nueva York, la portada –con diseño de Bob Defrin, el mítico director artístico de Atlantic– mostraba a la playmate Marianne Gravatte en ropa interior fotografiada por Nels Israelson (atención frikis de estas cosas, en la funda interior ponía Isrealson) y su track list era: 

A 
You’re in love 
Never use love 
Lay it down 
Give it all 
Closer to my heart 

B 
Between the eyes 
What you give is what you get 
Got me on the line 
You should know by now 
Dangerous but worth the risk 


You’re in love y ese inicio con la guitarra de Warren que era el preámbulo de un estupendo álbum, seguida de Never use love y ese sonido marca de la casa caracterizado por las guitarras de Robbin y Warren –una máquina, el tío– y la característica voz de Stephen. Luego Lay it down, con su riff inicial, su melodía, ese solo... qué decir de un tema que me tenía obsesionado, con esa producción limpia que Hill se sacó de la manga para ese vinilo y que me me encantaba. Sin bajar el ritmo ni un ápice llegaba Give it all, otra estupenda canción aunque quizás desmerecía un poco por culpa de las tres precedentes. Y entonces, Pearcy y Crosby –que tenía un estilo menos llamativo que DeMartini a la guitarra pero era muy buen compositor– nos regalaban Closer to my heart, lo más parecido a una balada que podéis encontrar en el disco. La cara B comenzaba con otro temazo titulado Between the eyes y luego venía la estupenda What you give is what you get, una composición de Juan Croucier de alto nivel –en Japón se lanzó como tercer single– con un gran trabajo de guitarras. Got me on the line aceleraba el ritmo y nos ofrecía otro solo alucinante. Casí sin descanso, a continuación llegaba You should know by now con más caña y un duelo de guitarras de infarto. El punto final lo ponían con Dangerous but worth the risk, otro fantástico tema que –junto a todos los demás– convertía a este Invasion of your privacy en mi disco favorito de los Ratt para los restos. 






A modo ilustrativo, os acompaño los clips oficiales de You’re in love y Lay it down, más las grabaciones de What you give is what you get, Got me on the line y You should know by now. Pero mejor que os hagáis con el álbum completo amigos. 

¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. ¡Cómo se nota que te encanta este disco! Una producción perfecta y modélica de los ochenta. Lo que más me enganchaba de Ratt eran las guitarras. Aún escucho este álbum, que tuve en casete y ahora en cedé. El vinilo está pendiente, pero ya llegara. Una buena elección. Abrazos, King.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En efecto, es uno de mis preferidos. Ratt y Dokken en esos años eran el paradigma del hard rock ochentero angelino. Imprescindibles.

      Eliminar
  2. De Ratt hasta los andares, fiesta y marcha de calidad asegurada.

    ResponderEliminar
  3. Tengo ese mismo vinilo, así que poco que añadir a tus sentidas palabras. Le tengo cariño y objetivamente creo que es el disco más completo de Ratt (hasta Detonator, a un excelente nivel).Hoy me lo pongo!
    Un abrazo a todos.

    ResponderEliminar
  4. 0inumQmai Jill Smith Crack
    limengunscor

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

CJ Ramone "Last Chance To dance" (2014)

En 1989 poco después de la publicación de   Brain Drain ,  Ramones  se encontraban en un momento de crisis interna. El bajista y principal compositor del grupo, el carismático  Dee Dee Ramone , abandonaba el combo definitivamente. Para cubrir su plaza  Johnny  reclutó al joven  Chris Ward , rebautizado para la ocasión como  CJ Ramone . Al principio, como es normal, costó que los fans del grupo lo aceptasen pero a lo largo de los siguientes siete años  CJ  llegó a tener un fuerte rol dentro del grupo, llegando a grabar hasta cuatro temas en  Adiós Amigos  (1995), el disco póstumo de  Ramones.

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Boikot - Los ojos de la calle (Discos Barrabás, 1990)

  Hay música que corresponde a un momento concreto de nuestra vida y que, por edad usualmente, por cuestiones personales a veces, queda ahí anclada, como un bonito recuerdo. Música a la que no suelo volver casi nunca. Y ese caso lo representa perfectamente el debut de Boikot. En el devenir de la cultura rock madrileña se conformó, en la segunda mitad de los ochenta, un grupo de bandas jóvenes con unas sonoridades muy particulares, emparejadas con eso del rock urbano, pero tintado de una manera particular en la que escuchábamos las raíces de Leño o Burning junto con ramalazos unas veces punk, otras más metaleras, otras más seventies, incluso algo de blues. Ahí puedes meter a Esturión, Casablanca, Porretas o los mismos Boikot.  En medio de ese “fregao” musical cobró protagonismo Mariano García, polémico personaje, especialmente en sus últimos años. Generó negocio, oportunidades y ayudó a crear y mantener “la escena” madrileña a través de varias salas (Canciller, Barrabás), su labor promo