Ir al contenido principal

Tino Casal - "Etiqueta Negra" (1983).


A muchos les extrañara ver este vinilo hoy aquí, y es posible que a alguno le provoque mas extrañeza aún si cabe la siguiente declaración: este vinilo lo tengo como una de las joyas de mi colección...
Y es que en este artefacto sonoro se concentra toda la brujería de metacrilato y PVC que caracterizaba al asturiano y que hizo de él, el exclusivo y personal artista que sin duda fue.
Tino Casal era cantante, excelente, dotado de una voz elástica y ácida, perfecta para elevar el tono metafísico de sus textos a la promiscuidad estética digna del funky, estilo que corría por las venas de Casal y volaba, escondido en otros estilos mas contemporáneos con el momento en que fue grabado, también por este "Etiqueta Negra". Pero además era compositor, estilista y diseñador de moda, pintor, decorador y escultor...y productor, un buen productor que lanzó al éxito a grupos como los valencianos de fugaz paso por el mundillo: Vídeo y Obús a los que produjo sus dos primeros Lps "Prepárate" (1981) y "Poderoso como el Trueno" (1982).


Tras unos primeros escarceos en el mundo del arte, con segundo premio en el festival de Benidorm en 1978 y militancia en la olvidada banda Los Archiduques, graba sus primeros sencillos que pasan desapercibidos. Decide pasar una temporada en Londres dedicándose a la pintura, otra de sus pasiones y conoce allí las tendencias Glam, que serían decisivas en su carrera y también en su particular e impactante imagen, y la música de David Bowie, quien fue una indiscutible influencia en él.


Finalmente en 1981 llega su primer disco en solitario: "Neocasal", que si bien en su momento pasó bastante desapercibido, años después sería re-descubierto como un interesante y novedoso concepto musical de notable calidad artística.
Pero fue con su segundo trabajo, este "Etiqueta Negra" (1983) cuando Casal se convierte en estrella. Con producción de Julian Ruiz y composición de Tino en todos los temas, este disco se convierte, gracias al hit: "Embrujada" en un número uno que eleva al asturiano a la categoría de icono y superstar multivendedora, además de referencia indiscutible de los ochenta y del tecno que los caracterizo.



Pero en este álbum no solo nos encontramos el discotequero y sugerente "Embrujada", hay un ramillete de canciones que a muchos sorprenderá comprobar, si deciden pinchar el disco, que mantienen una vigencia sónica absoluta y que en modo alguno son temas de medio pelo y reproducidos con el artificial soniquete mecanizado propio de la época, en absoluto, se trata de temas maduros, con sugerentes y metafísicas letras, poéticas y nada desfasadas, con un lenguaje osado y selecto que resultan atractivas, y construcciones melódicas redondas y de fácil transito, inspiradas y fluidas.


El sonido combina de forma seria y elegante el tecno con el funky, el glam con el pop e incluso nos encontramos guiños a sonidos de inspiración africana que conviven con discotequeros teclados muy ochenteros como en: "African Chic".
Pero antes de este curioso corte ya hemos escuchado en esta primera cara la también exitosa: "Poker Para un Perdedor", tema tecno de desamor y soledad que al que suscribe le gusta hasta la desesperación, por perfecto melódicamente y de triste y poético texto.
"Miedo" que abre el disco es un tema lúgubre, de densa capa sónica, rodeando una melodía gruesa, letra sugerente, y ambiental producción para un tema excelente que nos da la bienvenida escondido en las sombras.




Completa la primera cara "Etiqueta Negra", rápida y bailable, tecno de calidad (que lo hubo), en grado sumo.
No voy a negar que la segunda cara baja la calidad, pero consta de un tema grandioso: "Un Mínuto Mas", balada dolorosa y de atosigante letra, bella y fría, cantada con pasión e intención, se trata de un tema impoluto que se acerca a texturas rockeras, se enlaza con la que finiquita el disco: el instrumental "Malaria".
Excesiva y cibernética "Los Pájaros" abre la segunda cara de forma mas tecno, voces pasadas por la electrónica y saturada de sintetizadores, olvidable.
Funky y ganas de bailar para la estupenda y arrítmica: "Legal, Ilegal" dotada de cítricos teclados y concluimos este repaso con "Azucar Moreno", ochentero momento, canción muy balsámica en su concepción sónica y algo excesivo en su funky electrónico y plastificado.



Histórico disco del pop que vivía en vecindad con la movida sin llegar a pertenecer a ella, que supuso un éxito para el tristemente desaparecido Tino Casal, figura barroca, intrépido en su oferta y polémico en su modo de vida y de crear arte, siempre me gustó y me sigue gustando, y de hecho, insisto, este disco lo tengo en un especial afecto, la casette fue una de las primeras que compre en mi vida y los recuerdos se mezclan con los sonidos cada vez que pincho este vinilo histórico y hermoso.


Este artículo esta dedicado a mis hermanos Ana y Arthur que hoy han tenido a bien de traernos un nieto a los aitas y un sobrino a quien suscribe, además de un tesoro para ellos y una nueva oportunidad para el mundo, pues todo ser humano que se incorpora a este transcurso vital es susceptible de generar esperanza en un futuro mejor, Ian, es fruto del amor y la vida y es por ello que no tengo duda de que será un ser especial, como lo son también sus padres, va por ellos tres.

Comentarios

  1. "Viejo loco, no me comas el coco"... en fin.
    No te lo creerás, pero he comenzado mis escuchas de hoy contigo y los temas que adjuntas. Definitivamente, me quedo con Embrujada. Por muy metalhead que sea uno, me encanta ese tema y su final "param pam pam parara para para pa paaaaa u-uuuuuuuuu".
    Eso sí, ahora déjame que regrese a la música "buena" antes de que me dé un colapso.
    Un abrazo!.

    ResponderEliminar
  2. Estupenda review, desde luego. A Tino Casal nunca le he tenido en mi discoteca, aunque es uno de esos tipos al que respeto como artista. Pincho las canciones que propones pero ya estoy mayor para esto... ¡Los recuerdos! Qué buenos son. Enhorabuena por la crecida familiar. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Pues a mi no me extraña nada tu reseña y me alegro por ella. Tino Casal era todo un crack y se permitía incluso producir a los Obús. La primera vez que lo escuché me sorprendió la calidad de los temas, la imagen, etc., aunque no era mi rollo. No tengo ni vinilos, ni cds, ni casete de él, pero estoy mirando las canciones que llevo en el móvil y llevo 6: Billy Boy, champú de huevo, embrujada, pánico en el edén, pocker para un perdedor y eloise (versión muy bien defendida). Algo me debe gustar y recuerdo ni te cuento .... Gran entrada master. Saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Boikot - Los ojos de la calle (Discos Barrabás, 1990)

  Hay música que corresponde a un momento concreto de nuestra vida y que, por edad usualmente, por cuestiones personales a veces, queda ahí anclada, como un bonito recuerdo. Música a la que no suelo volver casi nunca. Y ese caso lo representa perfectamente el debut de Boikot. En el devenir de la cultura rock madrileña se conformó, en la segunda mitad de los ochenta, un grupo de bandas jóvenes con unas sonoridades muy particulares, emparejadas con eso del rock urbano, pero tintado de una manera particular en la que escuchábamos las raíces de Leño o Burning junto con ramalazos unas veces punk, otras más metaleras, otras más seventies, incluso algo de blues. Ahí puedes meter a Esturión, Casablanca, Porretas o los mismos Boikot.  En medio de ese “fregao” musical cobró protagonismo Mariano García, polémico personaje, especialmente en sus últimos años. Generó negocio, oportunidades y ayudó a crear y mantener “la escena” madrileña a través de varias salas (Canciller, Barrabás), su labor promo

Creedence Clearwater Revival - "Green River" (1969)

  Las canciones, conscientes de su pegada y su carácter de inmediatez, se liberan de artificios y apéndices instrumentales.... Por Jorge García . Pocas bandas a lo largo de la historia han conseguido hacer tanto y tan bueno en menos tiempo que el que emplearon los cuatro componentes de la  Creedence Clearwater Revival . Aunque de los tres años que la formación empleó en grabar discos (con John Fogerty al frente), 1969 fue el que se llevó la palma con tres álbumes publicados en menos de doce meses. Y para más inri, podemos afirmar que al menos hasta el tercer catálogo publicado por el grupo, el nivel fue a más, alcanzando con su tercera entrega,  "Green River",  su mejor trabajo hasta aquél momento. Precisamente de esta tercera intentona discográfica vamos a hablar hoy. Un disco en el que el menor de los Fogerty alcanza un status como compositor y líder ciertamente demoledor, tomando el mando de la situación y construyendo un disco de apenas media hora de duración pero con tod

Paice Ashton Lord - Malice in Wonderland (Polydor, 1977)

Esto no estaba previsto. Este disco no estaba en la lista de títulos para reseñar en #FFVinilo. Pero es que el fin de semana pasado por fin pude hacerme con él, y tenía ganas de compartirlo. Los que leéis esto ya conocéis esa sensación de ir pasando discos y encontrar de repente esa portada que tienes en la cabeza desde hace tiempo. Qué sensación. Se que vosotros me entendéis, así que no encuentro mejor foro para compartir ese momento que este blog, lleno de melómanos “vinileros”. Lo curioso es que no solo encontré una, sino dos copias, una francesa (“gatefold”) y una inglesa (sencilla). Con buen criterio, me quedé con la inglesa. Y claro, eso se nota en el sonido. ¡Como suena esta maravilla! Si os gustan esas producciones típicas de los 70 con mucha profundidad y dinámica lo vais a disfrutar (nada que ver con las producciones actuales, cada vez más “planas”). A la producción, la leyenda, Martin Birch (Deep Purple, Whitesnake, Black Sabbath, Iron Maiden, …). ¿De dónde sale este grupo?

Triumph - Just a game (RCA, 1979)

  Mi adoración por este trío canadiense es relativamente reciente. De hecho, la adquisición de sus vinilos ha ido a la par con la evolución de este blog. Y hoy me apetecía compartir y reivindicar este tercer largo para completar el magnífico repaso que el compañero de barrio KingPiltrafilla ya ha hecho anteriormente. En mi opinión, Triumph atravesó tres etapas: la primera, la inicial, como casi todas las bandas, buscando el éxito, que consiguieron a partir de este Just a game (alcanzaron el platino en su país natal y el disco de oro en Estados Unidos) y certificaron con el siguiente Progression of power (1980); encadenaron varios excelentes discos hasta cerrar su segunda etapa con Thunder seven (1984); los últimos discos les llevaron a una deriva más AOR aún, y a la pérdida progresiva de ventas y fama que acabó con la formación tras Surveillance (1987). Escuchar estas tres obras seguidas es un manual de evolución del hard rock en los ochenta, por cierto. Hoy comparto Just a game ,

Loquillo y Trogloditas - Mientras Respiremos (Hispavox, 1993)

  Revisando los discos de los que he hablado en este blog me he dado cuenta de que aún no he reseñado ninguno de mi artista español favorito. Así que esta entrada va a servir para saldar esta deuda con una de las grandes leyendas en la historia del rock en España, y uno de los grupos que más alegrías musicales me ha dado a lo largo de mi vida: Loquillo y Trogloditas. Con una carrera de más de 40 años, puede que se antoje difícil la elección de un solo disco. En este mismo blog ya tenéis algunas reseñas de otros discos de Loquillo, pero, paradójicamente, tenía muy claro a qué disco dedicar mi primera entrada sobre “Loquillo y Trogloditas”. Al que considero el disco más importante de su carrera: “Mientras respiremos”. Es también probablemente mi disco favorito. Es difícil elegir entre su abundante discografía, tanto con Trogloditas, como en solitario, pero cada vez que hago mentalmente una lista de mis discos favoritos de Loquillo, éste nunca baja del pódium. Si, puedo afirmar sin mied