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Mostrando las entradas etiquetadas como 1979

Christopher Cross – Christopher Cross (1979, Warner)

Hago una pequeña trampa y aprovecho que este año el LP del amigo Cross cumple 40 tacos. La trampa es que la fecha de publicación de este disco es de diciembre de 1979, pero en realidad hay que hablar de él como el gran disco del año 1980 y que le llevó a arrasar en los Grammy celebrados a principios del 81. Al menos hablando de USA: varios singles números 1 y más de 5 millones de LPs vendidos. Fue el primer y único artista hasta el 2020 que ganó las cuatro principales categorías en un mismo año: Grabación del año, Disco del año, Canción del año y Mejor artista novel. Además, ganó el Oscar a la mejor canción ese mismo año, aunque el tema no estaba incluido en este álbum, el " Arthur's theme ". Pero bueno, como siempre, en esto de los premios hay que tomarlo con cierta perspectiva. Baste decir que competía, nada más y nada menos, que con The Wall de los Pink Floyd en aquellos Grammys . ¿Seguro que es mejor este álbum de Cross que el de los psicodélicos y progr

Toto - Hydra (1979, CBS)

El modo en que adoramos (u odiamos) algunos discos sigue sorprendiéndome. De toda la discografía de Toto, que por otro lado tampoco me vuelve loco, discos puntuales a parte, este Hydra me parece el mejor. Y no porque estén las mejores canciones o los singles más bombásticos, que no están, si no porque lo considero un ambicioso trabajo de composición y ejecución a cargo de músicos excelentes en cada uno de sus instrumentos. Y con tres cantantes nada menos.  Hydra fue el segundo largo de Toto, después del mega éxito de su debut homónimo, y la banda, en especial el teclista, cantante y principal compositor David Paich, quiso construir un universo sónico propio, con influencias del progresivo, el soul e, incluso, la música electrónica. La mezcla de voces del propio Paich, Bobby Kimball y Steve Lukather (guitarrista) permite registros muy diversos, con un halo pop en ocasiones y más roquero en otras. Junto a ellos, el bajista David Hungate y los Porcaro: Steve (teclista) y Jeff (

Dire Straits - Communiqué (Vertigo, 1979)

Aunque, seguramente, sin el megaéxito de Brothers in Arms no sería un grupo tan icónico, la fórmula de éxito que Mark Knopfler fabricó desde un bar de Londres consiguió llevarle a girar por Europa y Estados Unidos desde la edición de su primera obra. En diciembre de 1979, con buen presupuesto, se marcharon a los estudios Compass Point de Nassau (donde grabaron The Rolling Stones o Eric Clapton antes que ellos) a las órdenes de Jerry Wexler y Barry Beckett. Mark tenía muy claras las ideas, las canciones preparadas, la guitarra a tope y parieron este Communiqué . Enviaron el máster a mezclarlo el enero siguiente en los Muscle Shoals Sound de Alabama y en verano de 1979 se puso en la calle. Recogieron la esencia de su debut y, en cierto modo, la pulieron, añadiendo teclados, aún poco protagonistas, y reduciendo la rigidez de algunas composiciones. El resultado: la fórmula de la cocacola Dire Straits. Porque en este disco está todo lo que les hizo grandes, en especial esas fabulosa

Styx - Cornerstone (A&M Records, 1979)

Llegué hace muy poco tiempo a esa música de finales de los setenta y principios de los ochenta que se metió en el saco del AOR, incluyendo soft-rock, pop progresivo, hard rock de sintetizadores y toda una amalgama de bandas que incluye a REO Speedwagon , Boston , Journey y otros grandes nombres entre los que están los protagonistas del vinilo de hoy: Styx .  Este quinteto de Chicago encadenó cuatro discos multiplatino entre 1977 y 1981, entre los que se encuentra Cornerstone . La banda la formaron los hermanos Panozzo, John a la percusión y Chuck al bajo, quienes se juntaron para sus años de gloria con James Young a las guitarras, Dennis de Young a los teclados y la voz cantante y Tommy Shaw a las guitarras y, también, a la voz cantante (en este, cinco canta Young y cuatro Shaw).  Lo curioso es que tras ocho álbumes de estudio, los dos últimos despachando más de tres millones de copias en los USA, en primera línea del rock melódico, alcanzaron, su primer y único número

Whitesnake "Lovehunter" (1979)

Recuerdo perfectamente el momento en que me compré el   Lovehunter   de   Whitesnake . Era un sábado por la tarde, en la monumental y efímera  Virgin Megastore   de Barcelona, a mediados de los años 90s. Hasta ese momento sólo conocía el homónimo disco de la banda (más conocido cómo  1987 )   y tenía clasificados a   Whitesnake   como una banda   Heavy   de pelos encrespados, pero con un cantante de gran carisma y personalidad.  Gracias al ridículo precio y a la explicita portada de  Lovehunter  no pude resistirme y me lo llevé a casa. Cuando empezaron a sonar las primeras notas de la melancólica  Long Way From Home  no había ni rastro de guitarras estridentes, ni de estratosféricos y forzados gritos agudos, ni de pomposas producciones… sólo una colección temas de puro hard rock, con pinceladas blues y mucha calidad.

Madness "One Step Beyond..." (1979)

Madness  es uno de esos grupos que algunos consideran una mera broma, unos payasos con algunas canciones simpáticas. Pero seguro que más de uno de los que se mofan de ellos se ha dejado llevar por el frenético ritmo de  One Step Beyond , toda una oda a la fiesta y al buen rollo, irresistible desde el inicio hasta la última nota.

Thin Lizzy – Black rose: A rock legend (1979)

En este triste inicio de año en el que varios de los músicos con los que muchos de nosotros crecimos nos han abandonado –en el aspecto físico, claro, porque su legado artístico pervivirá mientras escuchemos su música–, uno de los artistas de los que menos se ha hablado en los noticiarios ha sido James Bain , Jimmy para sus seguidores. El bajista escocés es conocido, sobre todo, por haber tocado en Rainbow y en la banda de Ronnie James Dio , en donde desarrolló la mayor parte de su carrera. Aventuras como los Wild horses o WWIII quedan para sus fans más acérrimos. Sin embargo, pocos conocen que también colaboró con Phil Lynott y en Thin Lizzy , llegando a tocar en un tema del álbum que hoy os quiero comentar. Esa es la razón por la que este viernes os traigo Black rose: A rock legend .  El disco es el noveno álbum de estudio de los irlandeses y supuso el ingreso de Gary Moore en Thin Lizzy al acudir en apoyo de su amigo Phil Lynott –con quien ya había trabajado en el pasa

Medina Azahara – Medina Azahara (CBS – 1979)

Decíamos ayer… Este verano al pasar por Córdoba de vuelta de vacaciones, no pudimos resistir la tentación de hacer de nuevo una visita, aunque fuera relámpago, a su fabulosa y universal Mezquita.  Y cómo no, nada más pisarla me acordé de ese himno inolvidable “ Paseando por la Mezquita ” de  Medina Azahara , tema  puesto de nuevo en valor -más aún si cabe- a raíz de la polémica surgida en la ciudad por su nombre y por la titularidad pública o no del monumento omeya. El caso es que ya en casa me di cuenta de que no había dedicado ni unas palabras a la incombustible banda cordobesa capitaneada desde sus orígenes por el carismático  Manuel Martínez .  Seguramente, si en esos juegos organizados vía twitter, en los que todos alguna vez hemos participado, ninguno, o muy pocos, de nosotr@s nombraríamos a  Medina Azahara  en el top ten de los grupos del rock español, a pesar de ser uno de los grupos imprescindibles de la época más productiva del rock nacion

Roxy Music - "Manifesto" (1979).

Roxy Music  es una banda que durante las últimas tres décadas ha estado yendo y viniendo en mis escuchas, lo mismo me he pasado semanas escuchando sus discos compulsivamente que he pasado meses e incluso años sin escucharlos. Cuando los conocí, fue el álbum  "Avalon"  el que me engancho al glamouroso modo de ver la música de Ferry y compañía, me gustó el grupo desde el principio, siempre me hizo sentir un  'no se que'  de artificial postmodernidad, como una trascendencia vanguardista que enarbolaba mi snobismo intelectual, que me hacían sentirme un dandy interesante y distante como Bryan, como los maniquíes que bailan en la portada de  "Manifesto" , y eso con 15 años, pues que quieren que les diga, tiene su aquel. Fueron pasando los años y este sentimiento tan idiota se fue difuminando, pero la música de los ingleses me seguía gustando, es posible que  "Manifesto" , que fue mi favorito durante la adolescencia fuera pasando a un segundo plano co

Neil Young & Crazy Horse - Live Rust (1979)

A estas alturas de su carrera musical,  Neil Young  había pasado por gran cantidad de estados emocionales, había pasado de lo eléctrico a lo acústico, de lo solitario a lo colectivo (CSN&Y), de la depresión a la euforia más salvaje. Al final de la década de los setenta juntó de nuevo su arte con  Crazy Horse  para completar un proyecto multimedia: disco en estudio, gira, película y disco en directo, todo en un año de trabajo. Y consiguió acabar su proyecto y entregarnos uno de esos álbumes imprescindibles en la historia del rock, este  Live Rust .  El álbum se editó en noviembre de 1979 y contenía dieciséis canciones en sus cuatro caras de vinilo (años después se editó en cedé cercenando algunos momentos del concierto) grabadas en diferentes fechas. El que se grabó para el film fue el de San Francisco y de él se recogen la mayoría de temas. Se estructura este artefacto en un  crescendo  hipnótico. Comienza con Young armónica y guitarra en mano dando cabida a sus tema

Burning - El fin de la década (1979 - Ocre)

El pasado miércoles tocaron los  Stones  en Madrid. Hoy hace 11 años que hicieron lo mismo. A bote pronto veo cuatro grandes diferencias entre ambos eventos. La principal es que en el 2003 pude disfrutar del concierto; el recinto, ayer aterrizaron en el Bernabeu en lugar de en el Calderón; el precio, de 42,50 euros que costó una entrada de pista hasta el pastón que se ha pagado ahora; y los teloneros, de los  Pretenders  de la increíble  Chrissie Hynde  a un tal  Leiva . En relación a la banda invitada, en ambos casos lo ideal e inolvidable es que hubieran calentado el cotarro los  Burning . No ha habido en este país una banda de rock con más actitud y tan fieles a su propio estilo: rock provocador, enérgico, hecho con sentimiento y para se sentido, condimentado con ese puntillo macarra, melancólico y derrotista que estos  mendas  ponían (ponen actualmente a lomos de  Johnny ) a la mala vida que llevaban los protagonistas de sus temas. El fin de la déc

Accept – Accept (1979)

Amigos del vinilo, muchos años antes de que este que os escribe se convirtiese en seguidor de la carrera de Udo , Wolf y compañía, una joven banda tomaba cuerpo en la población de Solingen, que casualmente es la ciudad natal de una de mis sobrinas –su hermana es de Köln-, precisamente de la que soy padrino y esta primavera tendré que ir a visitar para acompañarla en – oh my god! - el día de su primera comunión. Pero eso son anécdotas que no interesan a nadie, por lo que me ceñiré al guion. A Accept llegué un verano –supongo que el de 1984, no me acuerdo- al escuchar en la radio su Balls to the wall . Como podéis imaginar, la impresión fue fantástica y me llevó a comprar rápidamente ese elepé que –por supuesto- precedió a la adquisición de su hermano cuasi gemelo, Metal heart . Atrapado ya en el embrujo de los alemanes, Restless and wild y Breaker no tardaron en llegar a mi colección antes incluso que Russian roulette y el controvertido Eat the heat . Objection overruled sería