Pocas obras de Neil Young disfruto tanto como On the beach . No digo que sea su mejor trabajo, que probablemente no lo es, ni que deba considerarse un imprescindible, que debe, si no que de toda la discografía de este tipo se ha convertido en una escucha recurrente a la que vuelvo con cierta frecuencia. Desconozco la razón, pero quizá sea porque condensa en menos de cuarenta minutos los atributos que le hicieron grande: composiciones sobresalientes, sensibilidad, depresión y mala leche a paladas, su particular mezcla de rock, folk, blues y country, un grupo de músicos haciendo bien su arte, letras sinceras y una producción básica que deja en el oído un poso de simplicidad genial. Hay una larga discografía parida por Neil Young, pero todo se resumen en On the beach . El periodo de opresión emocional que atravesaba se refleja en muchos aspectos del álbum. Las letras oscuras, la producción, la languidez de muchas melodías. No quiero verlo como un disco “triste”, más bien desespe