El pasado miércoles tocaron los Stones en Madrid. Hoy hace 11 años que hicieron lo mismo. A bote pronto veo cuatro grandes diferencias entre ambos eventos. La principal es que en el 2003 pude disfrutar del concierto; el recinto, ayer aterrizaron en el Bernabeu en lugar de en el Calderón; el precio, de 42,50 euros que costó una entrada de pista hasta el pastón que se ha pagado ahora; y los teloneros, de los Pretenders de la increíble Chrissie Hynde a un tal Leiva . En relación a la banda invitada, en ambos casos lo ideal e inolvidable es que hubieran calentado el cotarro los Burning . No ha habido en este país una banda de rock con más actitud y tan fieles a su propio estilo: rock provocador, enérgico, hecho con sentimiento y para se sentido, condimentado con ese puntillo macarra, melancólico y derrotista que estos mendas ponían (ponen actualmente a lomos de Johnny ) a la mala vida que llevaban los protagonistas de sus temas. El fin de la déc