Como muchos sabréis, Black Sabbath  debe su nombre a la película homónima de Mario Bava  (aunque ésta se titule originalmente Las tres caras del miedo)  y esta denominación fue un acierto de la banda de Iommi y compañía: primeramente, porque tiene una sonoridad cojonuda (mucho mejor que las anteriores denominaciones, Polka Tulk  o Earth ) y segundo, porque representa perfectamente lo que es el grupo. Black Sabbath  quisieron hacer música de miedo , es quizá la banda más relacionada con el satanismo y el terror del rock de los 70, pero tal y como reconocen ellos mismos (y aunque no lo quisieran ver así los sectores más conservadores) detrás de esa iconografía diabólica y esas letras no había nada más que diversión y ganas de provocar.     Al igual ocurre en la película de Bava, donde, tras tres historias terroríficas (una más que las otras dos) llega un maravilloso y divertido final donde Boris Karloff  nos enseña que todo es simplemente ficción con un plano que se abre viendo as...