Si le pones a un disco el nombre del pub al que vas a atiborrarte de cervezas y chupitos durante la grabación, ya estás indicando dónde pasaste tus mejores momentos. Mechanix se llamaba el pub suizo al que iban tras las jornadas de estudio los muchachos de UFO; a veces en medio; a veces, en vez de ir al estudio. Y no era la primera vez: Wild, willing sirvió cervezas y copas durante la grabación de (lo has adivinado) The wild, the willing and the innocent (1981). Eso eran UFO a principios de los ochenta. El propio Phil Mogg (cantante) reconoce que “el disco que grabamos con George Martin (No place to run, 1980) fue el último que grabamos con la cabeza en su sitio”.
Hay que tener en cuenta que, como a otras bandas que consiguieron cierto éxito en la década anterior, adaptarse a los cambios del mercado no fue fácil. Si le añades eso que llaman madurez, vamos, hacerse menos joven, los cambios de miembros, los divorcios, los manager, tienes un cóctel difícil de gestionar, un veneno que acabó con muchas bandas. A las que sobrevivieron, les tocó adaptarse. A las nuevas reglas, al poder de las radiofórmulas al principio, a la televisión después, a la MTV más tarde y, sobre todo, a la tecnología: esos estudios en los que cada vez se podía hacer más con menos esfuerzo y a esos instrumentos que casi ni tenías que saber tocar para que sonaran bien. En ese marco, grupos como Uriah Heep, April Wine, Nazareth o estos UFO dieron pasos adelante, al lado, atrás, para conseguir mantener sus ingresos, su fama, su estatus.
En el caso de los británicos comandados (siempre) por Phil Mogg se unía la pérdida de dos pilares fundamentales en su sonido: el guitarrista Michael Schenker y el productor Ron Nevison. Para suplir a Schenker, ficharon a Paul Chapman, un tipo con un estilo diferente con el que grabaron cuatro discos de estudio, siendo el que traigo hoy el tercero. En la producción no hubo tanta suerte, y cada vez que se acercaban al estudio decidieron que se encargara de ello una persona distinta. Al menos mantuvieron el contrato con Chrysalis.
La rueda giraba sin parar y no podía siempre girar en el sentido correcto. Cuando los muchachos de unieron tras unas breves vacaciones para su siguiente compromiso contractual se dio un hecho muy importante: no tenían canciones nuevas. Sentían, en cierto modo, la presión de la compañía para conseguir un “éxito”. Nunca habían querido ser complacientes, pero, quizá, en esta ocasión lo fueron. Neil Carter, el nuevo, tenía un arsenal de temas, melodías, ideas, que Mogg abrazó como un nuevo maná. Way y Chapman no estuvieron tan inspirados y en el conjunto de Mechanix prima esa melodía, los teclados y los arreglos orquestales sobre los riffs de guitarra y la contundencia añeja. De hecho, aunque ya lo habíamos escuchado antes, el saxofón vuelve a tomar protagonismo. Versión aparte, Mogg firma los nueve temas (aunque básicamente se encargó de las letras), Carter seis, Chapman cuatro y Way cinco. Carter reconoce que: “no he visto en mi vida derrochar a nadie tanto dinero ni perder el tiempo como a los UFO. Entraban al estudio con las ideas justas. Nos tocó componer en Montreaux ¡No me extraña que al final los UFO no ganaran pasta!”. Un “tirar pa’lante” de toda la vida.
El tema de la producción y la propia grabación también tiene su polémica. Se arrepintieron del estudio y del productor. De Gary Lions dijo Pete Way: “había estado con Foreigner, lo cual está bien”, pero no era lo que quería para UFO. Escogieron grabar en los Mountain Studios suizos, que pertenecía a Queen (grabaron allí todos sus álbumes de los ochenta). Curiosamente, como se pasaron de plazo, debieron terminar las sesiones alquilando otros estudios en función de sus ocupaciones, como The Manor, Scorpio o Maison Rouge. Esto hizo que la propia inercia de desconexión del grupo aumentara y el sonido final fuera, básicamente, cosa de Mogg, Lyons y Carter, quienes se encargaron de la mezcla final y la postproducción. A Lyons lo escogieron por recomendación de Paul Chapman, quien había trabajado previamente con él en su banda Lone Star. Y el tipo venía de vender con el debut de Foreigner y había estado sentado en el estudio con Aerosmith.
Finalmente, está el tema de sus relaciones personales. En aquella época estaban bastante pasados y las reuniones de trabajo se asemejaban más a un jardín de infancia que a una reunión de adultos, con pullas, escaqueos, risas y mentiras. El joven Neil se convirtió en el pegamento, el que traía las ideas, el que las pulía, el que las recordaba al día siguiente.
Recapitulemos. Si vas a una boda y ya en el cóctel los camareros tiran las bandejas, los invitados vomitan en las esquinas y la cocina está sucia, el resto seguramente tenga peor aspecto. ¿Tan malo es este Mechanix? Como dijo hace poco un compañero en (X)Twitter: “malo por mis cojones”.
Se editaron dos singles. El primero, de adelanto, Let it rain, un claro ejemplo de “compongamos un single”, es un tema basado en una melodía vocal que se apoya en un riff y un ritmo sencillo que lo juega todo al estribillo, muy suave sobre una cama de acústicas y teclados y un coro. Funciona como canción, pero falló como single. Lo intentaron con un medio tiempo con recuerdos a Nazareth, muy popero, donde Mogg canta de maravilla, por cierto. Back into my life tampoco tuvo suerte en las listas a pesar de su “la-la-la” romántico.”please put a little love back into my life/Won't you please put a little love back into my life”. Curiosamente, este tema fue de los pocos que trajo Pete Way, quizá por eso mantiene cierto poso viejuno.
La cara A, además de Back into my life, contiene cuatro cortes. Comienza con The writer, uno de los más roqueros y genuinamente UFO, riffazo de Chapman (uno de sus mejores momentos) y un solo en el que escuchamos alternativamente a Carter con el teclado, a Chapman y, de nuevo, a Carter con el saxo. La versión de Somethin’ else, que grabaran Eddie Cochran en 1959, pega bastante poco, pero se hace amena. Sex Pistols o Tom Petty también se atrevieron con ella. Lo de las mejores versiones de UFO da para un especial. You’ll get love nos devuelve al roquerío setentero con una parte central melódica, tema algo simplón en su construcción y en su letra que goza de un solo inspirado de Chapman. Cierra la cara Doing it all for you, de las pocas en las que Parker se luce un poco, tema arrastado, lento, de los que tantas veces han grabado estos muchachos, que se acelera hasta un estribillo fácil de recordar sobre unas acústicas y una pequeña orquestación: “and I'll do it all for you, oh yes I will/This time I'm coming through, oh yeah”.
La cara B comienza roqueando con We belong to the night (¡qué me dices? ¡Una canción fiestera en UFO?) tan adorable y simple que podían haberla acabado en dos minutos. Tras Leti t rain, uno de los momentos más interesanes y raros del álbum, una canción dedicada a Terri que comienza con Phil cantando sobre una orquesta “Terri every time we talk we just disagree/Every chance we had is passing by” una canción de despedida sentida en el que predomina lo acústico y la orquesta. El conjunto funciona muy bien y Chapman aprovecha para dejarse llevar por la melodía en un solo ágil. Se calzan las botas de Bad Company (los de Paul Rodgers) para Feel it, un buen tema con una producción algo fofa: un poco más de trabajo en la instrumentación y habría quedado mejor. Aun así, moverás el pie al ritmo de Way y Parker mientras el grupo te saca una sonrisilla setentera. Cierra la edición vinílica con Dreaming, hard bueno de guitarras, curiosamente compuesta por Carter (quizá por eso tiene ese rollo Gary Moore o quizá es casualidad). Ojito a Chapman aquí.
Curiosamente dejaron fuera una de mis canciones favoritas: Heel of a stranger, que sí salió en la versión japonesa y en la reedición del 2009 en cedé. En la gira de 1982 (y en la de 1983) solían comenzar con We belong to the night y Leti t rain. Después añadían The writer o Doing it all for you y, en ocasiones, Terri. El disco dura exactamente 44 minutos y 44 segundos y no da para más. Un disco que se escucha del tirón de manera muy agradable, que, obviamente, no entra en los top de ningún fan de la banda, pero que, seguro, estará entre los secretamente preferidos de mucho/as. Heme aquí.
La edición que comparto es una copia yanqui de la época. Y no quiero pasar por alto el tema de la portada. Debió ocurrir más o menos así. “Oye, John, mañana hay que imprimir lo de UFO”. “Qué dices? Si no hemos encargado la portada ni nada”. “¡Llama ahora mismo al departamento estético!”. “Imposible, están de vacaciones”. “¡My God! Qué podemos hacer”. “Tranquilo, Peter, tengo en casa a mi sobrino de cinco años, mañana te lo tenemos preparado”. Y así fue, más o menos, como se diseñó la portada de este Mechanix firmada por David Juniper según una idea de John Pasche (el sobrino y el tío).
Disfrutad del fin de semana.
Qué ilusión visitar este viernes el blog y que placer cumplir a rajatabla la ley autoimpuesta de escuchar absolutamente todos los álbumes reseñados. De UFO tengo siete vinilos y ninguno es este, con eso te lo figo todo. A ver, no está Schenker y tampoco tenemos aquí el genuino sonido UFO, pero por supuestísimo comparto eso de “malo, mis cojones”. Esa voz es tan icónica como la de Lou Gramm de otros imprescindibles que mencionas en la entrada. Así que, palante con el disco y a disfrutarlo. Lo que sí es de puta pena es la portada. Pasar de años con Hipgnosis a esto da vergüencita ajena. Los mejores temas, el primero y el último. En fin, feliz fin de semana, amigo. KING
ResponderEliminarHoy te ha costado menos comentar el vinilo, pillín. Me apetecía traer este disco desde hace tiempo. Es de esos que viven en el olvido, en un rincón, y del que, por supuesto, no hay criatura cuerda que se ponga una camiseta. La banda tuvo unos años de bajón tremendos, supongo que por los excesos y la mala organización, de los que milagrosamente salieron, gozando de una ¿quinta? juventud con Vinnie Moore. En fin, me alegra haber coincidido contigo. Un abrazo.
EliminarAunque ya conocía el tema "Let it rain", no había escuchado el disco entero. Y me alegro de que lo traigas por aquí, por que si no creo que no es un disco que hubiera escuchado de no ser por que está en este blog (es que esa portada "tira para atrás"). Como mucha gente, me quedé en los UFO de los 70, pero es verdad que esa voz de Moog es inconfundible. Y suena bien. Vamos, que el disco no esta en mi colección, pero podría estarlo sin ningún problema. Aunque, tras una primera escucha, mi favorita del disco sigue siendo "Let it rain". Un saludo!
ResponderEliminarUna de las mejores cosas de este blog es descubrir música nueva o revisitar la que dejamos atrás. Y compartidas por entusiastas de ese disco concreto. Me alegra haberte acercado a este disco. Seguramente, Let It rain sea la canción con más gancho del disco. Fue la que a mí.e llevó a escucharlo y, a pesar de la horrorosa portada, comprarlo. Un saludazo.
EliminarA los UFO no los tengo trabajados en absoluto. En casa, mi hermano tenía el Strangers in the night. Pero, a parte del Doctor Doctor y Rock Bottom, no podría decir ningún título suyo, ya sabéis que soy así
ResponderEliminarEste lp que has traído es fácil de escuchar, me quedo con You'll get love, por encima del resto. Quizás un día me atreva a escuchar algo más de ellos.
¡Escuchar las propuestas que traemos ya es suficiente! UFO tiene de todo en una carrera tan larga, claro, y algunos discos te entrarán mejor que otros. Este pasa bien, sin ambiciones, hecho rápido para escuchar rápido. Buena elección ese You'll get love: quizá el más sencillo de todos los cortes, pero con un punto de lucidez estupendo por parte de la banda. Si te atreves a ampliar tu oreja UFO encantado te guío en el camino. Un abrazo.
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