El grupo que hoy
traigo por aquí es uno de esos al que se le encuadra gerealmente como dentro del
género del Jazz Rock. Siempre he renegado algo de esta denominación “Jazz Rock”
que se dio a los primeros grupos que comenzaron a mezclar rock con metales. Esta
etiqueta empezó sobre todo con los “Blood, Sweat & Tears” o los “Chicago
Transit Authority”. Aunque esto grupos si tenían influencias del Jazz, a mí
personalmente me gusta mas llamarlos grupos de “Rock con metales“ (Brass Rock).
Mi objetivo es diferenciarlos del “verdadero” Jazz Rock, es decir, el de los
grupos de fusión como la Mahavishnu Orchestra, Weather Report, o el
acercamiento al Jazz de guitarristas como Jeff Beck o Santana. No olvidemos
que, antes incluso que los BS&T o los primeros Chicago, el grupo de Mike Bloomfield,
The Electric Flag, ya había incorporado ese sonido de metales en el ámbito del
blues rock.
Así que, los que tengáis
algo de reparo con el Jazz, que no os asuste esta denominación. Musicalmente
hablando este disco esta mas cerca del hard rock que del Jazz. Aunque si hay algún
ramalazo jazzero, aquí vais a encontrar un sonido eminentemente roquero, con
buenas guitarras distorsionadas con wha-xha, un sonido potente, y unos desarrollos
instrumentales, en general, mas alineados con el rock setentero que con el Jazz.
Hecha esta aclaración,
hay que decir que esta fue una de esas bandas con un solo disco. Pero vaya
disco. Cuando uno va pasando lista de los componentes del grupo, se da cuenta
de la tremenda calidad que hay detrás.
James Litherland, guitarra y vocalista, había sido miembro fundador del grupo Colosseum, otro de esos grupos pioneros de la primera generación del “Jazz-rock”. Un grupo que veo que aun no has pasado por aquí, así que tomo nota para una futura entrada.
John Wetton, al
bajo, guitarras y voces. Para mí es la estrella del disco. Y una vez investigado
su posterior bagaje musical, creo que no andaba muy desencaminado, ya que, una
vez finalizada la aventura de Mogul Thrash, formó parte de unos cuantos grupos históricos:
King Crimson, UK, Family, o Asia, por citar algunos.
Bill Harrison, a la
batería, y por supuesto, hay que citar a la sección de vientos: en la mayor
parte de las canciones formada por 2 saxos (tenor y barítono) y una trompeta,
aunque hay algunas variaciones a lo largo del disco. Por ejemplo, la utilización
puntual de un Melófono, una mezcla de trompeta y trompa (yo también he tenido
que buscarlo porque no conocía este instrumento).
Hay que señalar que
Malcolm Duncan y Roger Ball, tras esta aventura, formarían parte de otra banda
que os puede interesar si sois fans de esos sonidos de vientos, aunque esta vez
orientados mas claramente al Funky, en la Average White Band.
Lo que me pasa siempre
con este disco es que tengo que hacer un esfuerzo para que toda mi atención no
se vaya exclusivamente al sonido del bajo. Menuda lección de fraseos, líneas ascendentes
y descendentes. Olvidaos de este musico si os gustas los bajistas que no
destacan, que pasan desapercibidos. Es una barbaridad toda la variación de serpenteos
que realiza durante todo el disco, sin descanso, en todas las canciones.
Absolutamente abrumador (es posible que a alguno le canse tanto protagonismo
del bajo). Con razón, y de forma muy poco habitual, el sonido del bajo esta en
el centro de la mezcla, de forma muy destacada. Y no sólo en el paneo, sino que
su sonido se puede distinguir de forma muy destacada sobre los metales, la batería
o la guitarra. Es evidente que le producción esta orientada a sacar a relucir el
virtuosismo del bajo de John Wetton. Y el responsable del sonido (además de tocar
el piano en una de las canciones) es el célebre Brian Auger.
Es lo que tiene poder
tener en la mano la edición física de los discos, que uno se pone a leer todos
los textos del interior y de la contraportada, y de repente encuentra datos y
nombres que le hacen atar cabos con otros discos, productores o músicos (creo
que no soy el unido friki por aquí que se estudia todos los créditos de los
discos, ¿no?).
Brian Auger, uno de
los grandes del órgano Hammond, liderando a Brian Auger & The Trinity, con participación
de Julie Driscoll, en una de los grandes grupos del Rhythm and Blues británico de
loa segunda mitad de los 60, con un sonido que integraba también unas fuertes dosis
de Soul-Jazz.
Luego, en los 70, lideraría
a los grandes Oblivium Express, ya metidos en plena edad dorada de la fusión
jazz-rock.
El es el
responsable de ese sonido, al que el único “pero” que le puedo poner es quizás la
falta de un poco mas de agresividad en la batería, pero esto es básicamente un
gusto personal, nada que ver con una carencia técnica del señor Auger (me
declaro ferviente admirador de Brian Auger, así que no pienso decir nada malo
de su labor técnica).
Musicalmente
hablando, esto es lo que os vais a encontrar en el disco:
Something Sad
El grupo marca
terreno, con un poderoso acorde de guitarra distorsionada para empezar. Aunque
enseguida comienza a marcar la melodía el bajo, de la que toma el relevo justo después
la sección de metales. Cuando entran los metales, el bajo se pone en su papel
de bajista de fraseos nerviosos y enrevesados, que no dejará ya hasta el final
del disco. Y las voces con ese toque “soul” van a marcar de aquí al final del
disco ese color “negro” del sonido del disco. Atentos también al “Wha-wha” de
la guitarra, y ese solo super roquero y eléctrico.
Muy interesante la
forma en que combinan un compás de regular de 4/4, con un compás compuesto en las
estrofas, de 7 tiempos, que hace que parezca que las estrofas “cojean”.
Elegy
Esta canción es la
muestra de que si al grupo le quitamos le sección de vientos, podrían ser unos
dignos representantes del sonido hard-rock de power trio setentero, con una
guitarra poderosa y frenética, y un bajo lleno de fraseos que se convierte en
un instrumento principal. Esa guitarra no tiene nada con ver con el jazz. Es
puro hard rock.
Dream of Glass and Sand
Ese ritmo sincopado
de la batería y el riff de los metales le da un toque funk a la canción, y aquí
sí que, armónicamente, existen claros ramalazos jazzísticos. Lucimiento para la
trompeta en el solo.
Going North Going
West
Aquí el sonido y
los arreglos están mas orientados al soul mas ortodoxo, con un puente donde los
riffs de los metales dan un toque funk bailable a la canción. Claro, es una
pena tener esa maravillosa sección de metales y no aprovecharla para crear ese “groove”,
sustentado por el inevitable sonido del bajo.
Otro ramalazo jazz
en el solo de saxo tenor, donde Malcom Duncan se explaya a gusto, y da rienda
suelta a sus influencias jazzísticas, con giros claramente inspirados en el
hard-bop. Impecable.
Pero los 12 minutos
de canción dan para mucho más. Lucimiento de todos los instrumentos, cambios de
dinámica, momento de calma, crescendos, y nueva explosión instrumental para
acabar en todo lo alto, con ese riff bailable de los metales. Personalmente
siempre tengo una forma de medir el nivel de calidad de los instrumentistas, y
es escuchar lo que hacen cuando otro instrumento esta haciendo un solo. Cómo acompañan
a la canción, y como crean los diferentes ambientes que se necesitan en cada momento.
La prueba esta superada con creces.
Insisto en esa
guitarra, capaz de hacer pequeños acordes muy sutiles, para luego, clavarse un
solo roquero salvaje e intenso.
St. Peter
Una necesaria
bajada de intensidad, tras el climax de la canción anterior. Con el piano de
Brian Auger, y en una vertiente claramente soul. Con protagonismo para los
metales, y la guitarra que se balancea de un lado a otro en el medio de la canción.
What’s this I hear
Una melodía suave,
esta vez interpretada por un saxo alto, se convierte de repente en un poderoso
riff que, de ser interpretado por guitarras eléctricas en vez de metales, podría
ser digno del catálogo de Black Sabbath. Y no exagero. Poderoso y contundente.
Y si no, esperad a la estrofa. Cuando desparecen los metales, estamos en un
riff “hardrockero” en toda regla, eso sí, adornado con esos toques de metales, que,
para mi gusto, le dan un color tremendamente original. He hablado al comienzo
de rock con metales, pero ¿esto no podría ser “heavy con metales”? Ahí lo dejo.
Incluso la parte lenta, con arpegios de guitarra de fondo; muchas veces me la
imagino con una melodía interpretada por una guitarra super eléctrica, en vez
de por el saxo. No encuentro en los créditos referencias a sintetizadores, pero
se pueden escuchar varios efectos presumiblemente realizados con uno de ellos.
Me
hice con esta copia hace muy poco tiempo, una de esas reediciones con precio
asequible (he dado por imposible encontrar a un buen precio y estado aceptable la
edición original), y, la verdad, suena estupendamente, aunque sin “insert” ni ningún
detalle remarcable (solo que el vinilo es transparente, pero vamos, tampoco es
que sea algo que me llame especialmente la atención). Editado por Absinthe
Records en 2015 (en el título de la entrada he puesto los datos de la edición original).
Eso sí, aparece una canción extra, que he decido no incluir en la reseña, porque
creo que no aporta nada al disco original y tampoco aparece acreditada en la
contraportada del disco, aunque si esta listada en la galleta como la cuarta canción
de la cara A.
En el link de Youtube que comparto para que escuchéis el disco, se incluye una canción extra, la n° 7 “Smoke”, que se sale claramente del concepto hard rock / funk del disco original, y parece claramente sacada del “Britches Brew” de Miles Davis. Aquí si hay experimentación, fusión, y free jazz “controlado”, como a Miles Davis le gustaba calificarlo. Vamos, que también da una muestra de la valía y polivalencia de los músicos del grupo, aunque no encaja con el estilo del disco original. De cualquier modo, os invito también a escucharla.
Espero que lo disfrutéis.
Un saludo,
Ruben Diskobox
Comentarios
Publicar un comentario