Tras más de diez años de dar guerra por los escenarios y las orejas de medio mundo, a comienzos de los años 80 Uriah Heep se encontraban en una encrucijada. Sin cantante, el teclista y compositor principal Ken Hensley se largaba junto al carismático bajista Trevor Bolder. El guitarrista Mick Box y al batería Lee Kerslake quedaban como únicos miembros. Tras muchas vueltas, decidieron continuar con el nombre de la banda, más que nada por eso de la fama (que más vale tenerla mala que ninguna) y reclutar a un nuevo equipo. Se decidieron por el cantante Peter Goalby, con un rollo un poco Lou Gramm (Foreigner), al teclista John Sinclair (el tipo acabó tocando con Ozzy Osbourne o The Cult, entre otros) y al bajista Bob Daisley (que había sido despedido por Ozzy y señora).
Juntos se lanzaron a una aventura que duró poco más de dos años y que se reflejó en dos discos y sus correspondientes giras: Abominog (1982) y este Head first (1983). Ambos discos los produjo Ashley Howe y la banda se monta una colección de canciones donde se mezcla el AOR de radiofórmula predominante en la época (Journey, Foreigner) con buenos riffs metaleros y estribillos polifónicos.
En Head first incluyeron nueve temas y un pequeño corte instrumental. De estos nueve, seis los compone la banda y otros tres personajes ajenos. La inicial The other side of midnight tiene un riff hard y un buen estribillo, con fuerza y excelentes armonías vocales, una constante a lo largo del disco. El siguiente Stay on top resulta un poco extraño con su ritmo sincopado (compuesto por Tom Jackson) pero de nuevo el arreglo vocal salva el tema. Sigue una versión del Lonely nights de Bryan Adams y Jim Vallance, muy acertada, quizá algo excesiva de azúcar. Recuperan fuerza en Sweet talk, con un teclado casi new wave al inicio pero que evoluciona a un tema roquero al estilo de Styx. El cierre de la cara A con una de las mejores, Love is blind (compuesto por Richie Zito, quien se haría famoso como productor, entre otros, de Heart, White Lion o Bad English); buen rock melódico de gran línea vocal.
La cara B, tras una breve introducción instrumental que no pega con el resto, se adentra en lo mejor de Head first. La veloz Red lights, con el mejor trabajo de Mick Box, y la final Weekend warriors son pura dinamita hard rock. El medio tiempo, algo edulcorado por los teclados, Rollin' the rock (las letras no son la bomba, pero en esta canción ya roza lo ridículo, puro 80s, pero qué pegajosa es) gana con el crescendo final. Y queda uno de los mejores trabajos vocales de Peter Goalby y, quizá, el mejor estribillo, en Straight through the heart (esta la firmaría el mismo Neal Schon).
El vinilo que tengo es una redición de Sanctuary Records, publicada en 2015 sin amor alguno. El vinilo está muy bien prensado, suena a gloria, pero el cartón va justito; tampoco incluye créditos. De la portada original se encargó el ilustrador Peter Goodfellow bajo la tutela artística de Martin Poole. Hay que ver el poco gusto para las fotos de la banda.
Un gran disco del género, que si no conoces deberías poner a girar ahora mismo.
Pasad buen fin de semana.
Abominog y Head First son mis álbumes preferidos de Uriah Heep... ¡y no tengo ninguno! Son dos de los que persigo en las ferias vinílicas. A ver si algún día. Gran disco. Lo voy a escucha ahora mismo. Saludos y muy buen fin de semana.
ResponderEliminarTengo ambos en vinilo, reediciones. Si las pillas baratas, como es mi caso, merecen la pena, pero al precio "normal" mejor ahorrar un poco y comprar una buena copia "de época". Abominog lo tenía en cedé también. Creo que son discos poco valorados, muy por debajo de su contenido. En cualquier caso, me encantan. Un gusto haber acertado esta semana. Un abrazo.
EliminarYo de Uriah Heep no tengo, de momento, ningún LP. Me gustan, pero no me enamoran. Igual este disco lo consigue, veremos a ver... saludos!!
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