Ir al contenido principal

Glory – Danger in this game (LAD, 1991)


Resulta que después de conocer Escandinavia, mi intención era dedicar mis vacaciones estivales a visitar Rusia para pasar unos días en Moscú y otros tantos en San Petersburgo. Y si tenía muchas ganas de conocer los lugares más interesantes de esas ciudades, lo que también me hacía salivar era que iba a tener la oportunidad de acceder a numerosas ediciones soviéticas de vinilos de heavy metal ochentero. Sin embargo, la escalada bélica que tuvo lugar tras la invasión de Ucrania dio al traste con esa idea, todo indica que por muchos años. No obstante, aunque sin pisar suelo de la Federación, he aprovechado mis viajes a países que en el pasado han formado parte de la URSS o su órbita para hacerme con algunos de esos objetos de mi deseo. Así, de Estonia me llevé un recopilatorio de Rainbow, de Bulgaria el debut de los Kruiz y de Polonia me he traído a casa este verano el disco que hoy os presento, este Danger in this game de los suecos Glory, un grupo de hard rock melódico que tuvo un éxito discreto a finales de los 80 a rebufo de Talisman o Treat y que pese a ser una banda de solvencia instrumental más que aceptable –el momento musical quizás tampoco fue el mejor– vio como su estrella iba perdiendo brillo con cada álbum. 
 
Formados en 1985 en Estocolmo por el guitarrista Jan Granvik y el batería Mats Förare con el nombre Glory North, llegaron a grabar un disco que nunca fue editado por lo que cambiaron su nombre por Glory y con Anders Loos al bajo, Jonas Sandkvist a los teclados y Reine Alexandersson a las voces grabaron un single en 1988 para Bozz, subsello de los suecos Electra (nada que ver con el sello neoyorquino Elektra). Eso les proporcionó la oportunidad de editar su debut al año siguiente, aunque ya con Peter Eriksson a las voces en el primero de los innumerables cambios de formación que a lo largo de los años sufriría la banda. 
 

Así, grabado en los estudios Stockholm Recording con Mats Lindfors a la producción y mezclas, Glory editaron en 1989 este Danger in this game que en 1991 –con la URSS ya disuelta y el sello estatal Melodiya desaparecido– se prensó en San Petersburgo por el sello Sociedad Anónima LAD, lo que otorgaba a este vinilo –como si la valía musical de la obra no fuese ya lo suficientemente atractiva– el plus de interés necesario para llamar mi atención desde una de las cubetas de una pequeña tienda de discos del barrio de Praga en Varsovia. 
 
Respecto a los temas, el disco comienza con el que le da título, un estupendo Danger in this game de estribillo pegadizo y repetitivo, unas voces muy melódicas de Eriksson y un solo de guitarra enérgico con un manto de teclados cubriéndolo todo. Empezamos bien. Le sigue Never stop, otro hard rock alegre y con ritmo en el que los teclados tienen una presencia preeminente acompañando otro tema de estribillo machacón con un solo muy conseguido. Es más de lo mismo. Y estamos sólo en la tercera canción cuando hace su aparición –quizás demasiado pronto– la balada siempre presente en discos de este estilo, una Feel the fire en la senda de los temas precedentes aunque con las revoluciones mucho más bajas y mayor presencia de coros. Con This is the love, los Glory recuperan el estado de ánimo inicial y regresan a los ritmos alegres con el tema con más fuerza de los escuchados hasta ahora, sin dejar de lado los teclados pero con una batería con más punch y un bajo más presente. La cara finaliza con más de lo mismo, una Runaway de estribillo pegadizo, ritmo alegre y unas guitarras más que aceptables de Granvik que, sin llegar al nivel de un guitar hero, cumple de manera muy notable con su cometido. 
 

Ya en la cara B, una intro de teclados nos presenta Like an eagle, que con sus casi cinco minutos es el tema más largo del álbum. Otro temazo resultón en la senda de lo escuchado hasta el momento, con ritmo, buenas voces, unas estupendas guitarras y teclados por doquier. Una de mis canciones preferidas del disco, sin duda. Harmony es un medio tiempo con varios cambios de velocidad, conducido por la voz de Eriksson y los teclados de Sandkvist y vestido con guitarrazos aquí y allá, incluyendo un solo muy acertado. Lo mismo puede decirse de I’m hurt, un tema con unas buenas guitarras y ramalazos a los Rainbow de Turner y los Europe de Norum. El elepé concluye con una Tell me (if I’m wrong) de la que no puedo deciros nada que no haya escrito hasta ahora y la estupenda Survivor, un digno final de hard melódico con estribillo pegadizo envuelto en teclados, una batería con fuerza y las florituras de la guitarra de Granvik
 

Con varios cambios de discográfica posteriores y diversos cambios de formación en la que llegaron a constar Göran Edman, Svante Henryson o Mats Olausson –todos ellos de la banda de Yngwie Malmsteen–, los Glory sacaron cuatro aceptables discos más con cada vez menos repercusión, lo que propició su desaparición en 1999. Pese a ello, este álbum de debut es de lo más recomendable –el mejor de su carrera en mi opinión– así como de fácil digestión para todos los oídos, indicado incluso para los lectores más blandengues de este compendio vinílico. Yo de vosotros, le dedicaría una escucha. 
 
¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Hostiaputa, Glory. Cuántos años sin escuchar uno de sus discos. Ahora mismo voy a buscar esta joya (que no tengo, espero que Santa Red Bendita lo solucione). Seguro que con una compañía de discos fuerte y un poco de estabilidad habrían calado más en las orejas y el ideario roquero de la época; por otro lado, llegaron un poco tarde: muchas de aquellas bandas que debutaron a finales de los ochenta o en el cambio de década no tuvieron tiempo de desarrollarse. Y, de nuevo, muero de envidia por una de estas ediciones del otro lado del famoso Telón de Acero. St. Peterburg Factory, qué reliquia. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, ya digo que quizás no era el mejor momento para estas bandas. Porque no me negarás que tenían gran calidad, pero las discográficas estaban por amasar dinero con otros estilos. Y sí, en ese año técnicamente ya había caído el telón de acero, pero ese St. Petersburg Factory bajo la grafía cirílica mola. Y el fucsia de la portada, ojo, exclusivo de la edición rusa jajajaja. Abrazo de vuelta, amigo. KING

      Eliminar
  2. Pues no los conocía de nada, los apunto!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hard melódico escandinavo del güeno, ya verás. KING

      Eliminar
  3. Pues un descubrimiento este grupo. No los conocía. Estoy contigo es que hacer turismo también significa rastrear las tiendas de discos locales en busca de reliquias del país (y alrededores). Buena caza. Musicalmente no me apasiona, pero como dices, su solvencia esta fuera de toda duda. Y es un estilo que soy capaz de disfrutar, aunque no vaya a ir de cabeza a buscar su discografía. Pero siempre esta bien conocer nuevos grupos. Excelente la reseña Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por comentar. Me alegro de haberte descubierto un grupo y que no te haya resultado complicado su disfrute. Saludos. KING

      Eliminar
  4. Copón!, cuántos años sin saber nada de ellos, cómo mola que los hayas encontrado todavía por aquellas tierras. Los voy a escuchar de nuevo para desbloquear recuerdos adolescentes, este rollo me mola mucho también. Pedazo de entrada, rey! Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué alegría da repartir felicidad jajaja. A disfrutar pues. Abrazo metálico de vuelta. KING

      Eliminar
  5. Que alegría que alguien recuerde a estos grandes suecos, poseo su corta discografía y los descubrí con este gran disco, Feel The fire incluso sonó en la radio . Que tiempos!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Rainbow – Down to earth (Polydor-1979)

Sin vinilos raros o exóticos para comentaros esta semana, echo mano de mi fondo de armario vinílico y como en mi anterior visita, dedico la reseña de hoy a otra de esas obras incontestables de finales del siglo XX de las que nadie quiere hablar porque todo cuanto pueda decirse, sobra o es redundante. Pero para eso estoy yo, para redundar en lo obvio. Y para dar a la reseña un enfoque diferente, más que del álbum –que también–, os hablaré de su vocalista. Total, que después de saber de él en Alcatrazz [ aquí ] o MSG [ aquí ], hoy os traigo de nuevo al incombustible Graham Bonnet para presentaros otro enorme disco en el que participó aportando su personalísimo estilo. Poneos cómodos.    Érase que se era el británico Graham Bonnet , un adolescente nacido en una localidad costera del condado de Lincolnshire que se ganaba unas libras cantando jingles para la radio. Su primo Trevor había emigrado con sus padres a Australi...

Helloween - Pink bubbles go ape (1991, EMI)

  Aprovecho la reciente visita a nuestro país de la banda multigermánica Helloween para compartir aquí contigo, lector con orejas inquietas, otro de esos discos que me gusta catalogar con la etiqueta de “síndrome del disco de después”: aquella obra musical editada tras un pelotazo, éxito o gloria en forma de DISCARRAL y que palidece a su sombra independientemente de su calidad o éxito. Discos que han sido “un fracaso” porque vendieron la mitad que su predecesor o porque, simplemente, no respondió a las expectativas. En este contexto, queda claro que casi cualquier cosa que nuestros protagonistas hubieran editado después de “Keeper of the seven keys II” (más aún si lo consideramos un solo disco con su primera parte) iba a ser valorado con el rasero de una(s) obra(s) catalogadas aún hoy como Obras Maestras del Discarralismo (OMD para los entendidos). Si añadimos que las acciones (o inacciones) de algunos de los protagonistas de la banda y alrededores contribuyeron a dificultar la pr...

Megadeth – Peace sells... but who’s buying? (Capitol records-1986) [Resubido]

Hay álbumes que se resisten a aparecer por estos pagos porque son obras tan incontestables y sobre las que se ha dicho y escrito tanto que parece que sobra regresar a ellas. Pero hoy me siento en la necesidad de que eso no me afecte y he venido a expresar obviedades. Creo que no miento si os digo que descubrí a los Megadeth con el So far, so good... so what! [ aquí ] y es un disco que adoro, como otros de la banda. Sin embargo, creo que es en este Peace sells... but who’s buying? en el que se sientan las bases de la carrera de Dave Mustaine y sus Megadeth . Y sí, desde un punto de vista comercial o de calidad compositiva o de sonido, quizás otros álbumes están por encima... pero la importancia de esta obra es capital (sí, yo también utilizo mucho los tres puntos), desde su icónica portada hasta su última nota. Por eso, aunque Omar Sandoval ya comentó [ aquí ] hace más de una década este disco desde una apro...

Asteroid B-612 - "Roads, Stars" (2025)

…guitarras distorsionadas, más sutiles y cromáticas creando un paisaje más amable que el poderoso y furibundo bramido de antaño… Por  Jorge García . Cuatro discos como cuatro soles en la década de los noventa, cuatro toques de queda indispensables para aquellos que gustan del rock de fuerte pegada con ascendentes de Detroit y de su Australia natal. Un cuarto de siglo de silencio discográfico, y ahora podemos  decir con pruebas físicas y sonoras en la mano, que  Asteroid B-612   ha vuelto.   Para este retorno, que según palabras de la propia banda  ha nacido del simple deseo de subirse a un escenario con viejos amigos , publican un nuevo álbum titulado  "Roads, Stars"  que ha sido grabado en Australia y España durante el año 2024 y que ha mezclado  Pepe Gomar  y  Mike Mariconda . Por supesto  Johnny Spittless  en la guitarra y el vocalista  Grant McIver  continuan capitaneando la nave junto al batería  Ben Fo...

Mötley Crüe - Too Fast For Love (Leathur Records,1981)

  Mötley Crüe en los días en los que grabaron " Too Fast For Love " vivían como auténticos vagabundos, de casa en casa de quien tuviese las pocas luces de dejarles entrar, lugares abandonados, furgonetas cutres y un sinfín de cuchitriles a cual peor donde los cuatro solían dejarse caer totalmente colgados de caballo.  No era algo exclusivo de ellos, así coexistían muchas de las bandas de la ciudad de los Angeles justo cuando entraron a grabar su debut en Octubre de 1981. La cosa fue muy rápido, en cinco días ventilaron las canciones en una vieja consola API de 24 pistas con Michael Wagener de ingeniero de sonido, el alemán venía directamente de terminar con Accept su tercer disco en estudio " Breaker" .  La grabación se la costeo el propio manager de la banda, y les costó unos cinco mil dólares. Vince, Nikki, Mick y Tommy no tenían casi ni para comprar hamburguesas, pero se las arreglaron para prensar inicialmente 900 copias de Too Fast For Love y venderlas con ...

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...