Don Dokken llegó a ser un personaje realmente popular a finales de los 80. En Europa lo conocíamos, en América muchos lo amaban y en Japón directamente lo adoraban.
Cuenta la leyenda que Tom Bradley, alcalde de Los Angeles, entregó las llaves de la ciudad a la banda por el éxito cosechado internacionalmente. Otra historia cita exclusivamente a Don Dokken como benefactor de varios hospitales infantiles lo que llevaría al alcalde Demócrata a señalar el día 27 de Febrero del 88 en rojo en el calendario.
Cierto o bulo el caso es que la estrella de Don Dokken y su banda se fue apagando durante los primeros 90. Salpicados por la marea Seattle llegaron a sacar tardíamente su disco "Grunge" ("Shadowlife") , y luego George Lynch abandonó la nave.
Afortunadamente Don reagrupó a Pilson y a Mick Brown entorno a un nuevo guitarrista, el espectacular Reb Beach, que había hecho carrera a finales de los 80 con Kip Winger, y que llamó la atención de los tres Dokken cuando le vieron en directo formando parte de la banda de Alice Cooper.
Era 1999, nadie ahí afuera estaba pidiendo un nuevo disco de Dokken, pero ete aquí que la banda regresó con "Erase The Slate", un disco magnífico repleto de guiños al pasado y fantásticas nuevas composiciones.
"Erase" será su trabajo peor vendido hasta la fecha (unas 17000 copias, la mayoría despachadas en USA y Japón) pero recupera el 90 % del sonido clásico con el que la banda fue popular en los ochenta. Obviamente el sonido de Beach tiene mucho que ver con ello, el ex de Winger se marca un trabajo tan cojonudo que hace que te olvides de George Lynch.
El riff inicial del tema título ya deja claro que la banda se lanza a tumba abierta trabajándose el sonido que alumbró "Turn On The Action" o "Til The Livin´End" quince años atrás.
La máquina Pilson/Brown es un "Rocketeer" sónico; ni siquiera Don Dokken la va a cagar: "Change The World", "Maddest Hatter" o "Drown" muestran a un vocalista con una ligera afonía nasal, pero como se pudo ver en la gira del disco, nada que nos llevase a preocuparnos de veras...
...Obviamente en un futuro no tan lejano la cosa cambiaría álbum a álbum a peor.
El disco grabado y producido en diferentes estudios californianos por la propia banda nos muestra a unos Dokken oscuros en presencia, que no en lo esencial que es la música. La portada, bastante gótica, también tiene su miga y causó cierto revuelo entre los fans del grupo, a mi me encanta.
Hay baladas en las que Don se puede permitir algún lujo ("Who Belives") , homenajes a los Beatles con palmas incluidas en "Crazy Mary Goes Round", pero en general el Rock duro metalizado de raíz Pop triunfa gracias a estrofas comerciales ("Voices Of The Soul") y estribillos Super Cinco Estrellas ("Haunted Lullabye").
¿Su mejor disco desde "Back For The Attack"? Para un servidor sin duda, en este caso importa menos la falta de Lynch, sin él la banda seguirá como se verá más adelante grabando buenos discos, alguno tan excelente como "Long Way to Heaven" que contará con John Norum a las seis cuerdas, compartiendo experiencias de nuevo con Don Dokken más de una década después de que los dos grabasen "Up From the Ashes".
La mala noticia fue que la formación con Reb Beach no nos ofreciese una réplica de este estupendo disco salvo el directo "Live From The Sun" del año 2000, que recogía piezas de este "Erase the Slate" encoladas a los clásicos populares de Dokken, emulando los tiempos del "Beast From the East", grabándolo igualmente en tierras niponas.
La anécdota del álbum viene de la mano del veterano y ya retirado batería "Wild" Mick Brown, que pone su voz en la excelente y potente "Crazy Mary Goes Round". Sabíamos de las dotes de Jeff Pilson como vocalista, y de entrada al escuchar la canción llegué a pensar que era el bajista el encargado de la voz principal, solo una investigación posterior dio como resultado encontrar a Mick Brown acreditado como vocalista, al menos tan bien (si no mejor) que el titular del puesto.
Esta edición en vinilo fue publicada por "Church of Vinyl" con licencia de Sanctuary y "BMG" en el 2021 con una edición numerada de quinientas copias.
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