Ir al contenido principal

Sammy Hagar – Three lock box (Geffen records – 1982)


Así es, amigos, el red rocker regresa a este espacio en otro de mis vinilos, esta vez el dedicado a Three lock box, su séptimo álbum en solitario. Del californiano Sammy Hagar ya os he hablado en varias ocasiones, cuando os presenté aquí su debut junto a Ronnie Montrose, en su aventura junto a Neal Schon aquí o también aquí en el icónico VOA previo a su fichaje por Van Halen. Así que me extenderé poco en los aspecto personales del artista y pasaré a comentaros brevemente este vinilo, quizás no de los mejores de su carrera, pero sumamente interesante. Producido por Keith Olsen en los Goodnight L.A. studios, junto a Sammy a la guitarra y voces encontramos a Bill Church al bajo, Gary Pihl a la guitarra y David Lauser a la batería, con Alan Pasqua a los teclados y diversas colaboraciones más. 

Con portada de Moshe Brakha con dirección artística de Richard Seireeni, el track list fue: 

A 
Three lock box 
Remote love 
Remember the heroes 
Your love is driving me crazy 
In the room 

B 
Rise of the animal 
I wouldn’t change a thing 
Growing up 
Never give up 
I don’t need love 


Three lock box es el tema que da título al álbum y nunca me ha acabado de enganchar pese a su energía. Lo mismo me pasa con Remote love –odio ese teclado de feria–, de la que sólo me gusta el estribillo. Todo lo contrario de lo que me ocurre con la Santísima Trinidad que conforman las siguientes Remember the heroes –con Mike Reno de Loverboy a las voces y Jonathan Cain de Journey a los coros y teclados–, la fantástica Your love is driving me crazy –primer single del disco– y la que pone fin a la cara A, In the room. La cara B comienza con una repetitiva aunque resultona Rise of the animal que se caracteriza por un sintetizador ochentero muy synthpop y que en algunos pasajes parece incluso prog-rock. I wouldn’t change a thing es una estupenda canción que en algunos momentos me recuerda a Caught up in you de los 38 special. Le sigue Growing up, otra de las que resultan fáciles de escuchar pero que tampoco es que me emocione demasiado. Never giver up es un hard melódico compuesto por Olsen y Pasqua que se convirtió en segundo single y que –una vez más– no será recordada como una de las mejores canciones grabadas por Hagar aunque no se le puede negar que es pegadiza. Eso sí, le falta garra. El disco finaliza con la más rockera I don’t need love, más en la línea del vocalista, que le deja a uno meneando los pies en cuanto la aguja se levanta del surco. 


En resumen, un elepé que no destaca por ser especialmente enérgico e inspirado pero que –aunque sólo sea por los mencionados tres temas de la cara A que os he destacado–merece la pena ser comprado y disfrutado. 

¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla





Comentarios

  1. Algún día he de ponerme con la carrera en solitario de este hombre, me fijaré en tus recomendaciones

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ayer me merendé un "The best of Sammy Hagar" que resultó cubrir del 76 al 80 y me sentó de maravilla; incluso me gustó una versión de Otis Redding que reconozco que antes de escucharla pensé que me iba a provocar vergüenza ajena, pero está muy bien

      Eliminar
  2. Este tío es pure american rock.

    ResponderEliminar
  3. Curiosa la carrera del rubio: momentos brillantes con otros más que olvidables, incluso en el mismo disco. Excelente cantante, buen guitarrista. Dando guerra hasta hoy en día. Sus últimos con Chickenfoot tampoco están mal. También traje por aquí uno de sus discos en solitario, por cierto. Un saludaco.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Paice Ashton Lord - Malice in Wonderland (Polydor, 1977)

Esto no estaba previsto. Este disco no estaba en la lista de títulos para reseñar en #FFVinilo. Pero es que el fin de semana pasado por fin pude hacerme con él, y tenía ganas de compartirlo. Los que leéis esto ya conocéis esa sensación de ir pasando discos y encontrar de repente esa portada que tienes en la cabeza desde hace tiempo. Qué sensación. Se que vosotros me entendéis, así que no encuentro mejor foro para compartir ese momento que este blog, lleno de melómanos “vinileros”. Lo curioso es que no solo encontré una, sino dos copias, una francesa (“gatefold”) y una inglesa (sencilla). Con buen criterio, me quedé con la inglesa. Y claro, eso se nota en el sonido. ¡Como suena esta maravilla! Si os gustan esas producciones típicas de los 70 con mucha profundidad y dinámica lo vais a disfrutar (nada que ver con las producciones actuales, cada vez más “planas”). A la producción, la leyenda, Martin Birch (Deep Purple, Whitesnake, Black Sabbath, Iron Maiden, …). ¿De dónde sale este grupo?

Transvision Vamp - Velveteen (MCA, 1989)

    Os voy a hablar de un plástico que ya apareció por el blog allá por el año 2012. Pero visto que se le dedicaron escasamente 10 renglones y no tiene comentarios, creo que pasó sin pena ni gloria, por lo que no creo que haya problema en que lo traiga un viernes de forma rápida y con alevosía casi nocturna. Disco publicado en 1989 que se vendió como una mezcla de pop (mucho), rock (poco) y punk (pinceladas) y que tuvo buenas cifras de venta, sobre todo gracias a su canción bandera, el “ Baby I don´t care ”. Producido el alemán Zeus B. Held y el británico Duncan Bridgeman de forma bastante aséptica.    A mitad de los 80 el guitarrista Nick Sayer se encontró con Wendy James y vio en ella la canalizadora perfecta para sus letras: comprendió que el sex appeal de Wendy y sus berridos casaban perfectamente con sus gamberras composiciones. De Brighton se mudaron a Londres y allí reclutaron al batería Pol Burton (en este segundo disco no forma parte de la banda) y a dos músicos

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Varios - Rock Del Manzanares. Visca El Rollo Vol. 2 (Chapa Discos, 1978)

Si no conocéis el significado de la palabra “tronco”, “pasota”, o no sabéis lo que es ser un “enrollao”, quiere decir que sois insultantemente jóvenes. No solo la generaci ó n "Z"  tiene su propio lenguaje. Cada generación ha tenido también una manera de expresarse, y hoy nos acercamos con este disco a finales de los años 70. Una época marcada musicalmente en España por una corriente que se denominó “Rock Urbano”. Aunque, como con cualquier tipo de etiqueta, nos podemos encontrar dentro de este saco grupos de muy distinta índole o con diferentes influencias, por lo general compartían una estética (musical y visual) muy particular, y sobre todo, una actitud vital marcada por las circunstancias sociales de la España de finales de los 70. Como con cualquier etiqueta que se otorga a un movimiento musical, donde muchas veces el mero hecho de nacer en una determinada época o cuidad te hace merecedor de esta etiqueta, se pueden encontrar dentro de este saco una mezcla de estilos q