Este es uno de los
discos de mi vida. De esos que tienes tan metidos dentro de ti que no necesitas
escucharlos con frecuencia. De hecho, hace muchos años que no lo escuchaba, y
al volver a hacerlo para escribir esta reseña me ha provocado las mismas
sensaciones que recordaba. Como suele pasar en estos discos, me sabía de
memoria el orden de las canciones y hasta el tiempo que dura el espacio entre
canción y canción. Esta nueva escucha me ha servido también para reafirmar mi
opinión de que este es uno de los mejores discos españoles de la historia. Así
de claro.
Esta cinta (ya que
primero fue una cinta grabada, antes de hacerme con el vinilo), fue una de esas
que desgasté en mi radio cassette en mi época preadolescente. Ni siquiera tenía
caratula, ni los títulos de las canciones, pero fue una de mis cintas favoritas
durante esa época.
Siempre me chocó el
sonido tan especial del disco. Una “reverb” exagerada en la voz, el sonido de
la batería super seco, casi cercano al de una caja de ritmos, con los platillos
inaudibles, un tono general extremadamente agudo, y en algunas partes del disco
(sobre todo en algunos coros) una saturación inusual. Siempre había pensado que
ese extraño sonido era debido a la mala calidad de la grabación, pero cuando me
hice con el vinilo comprobé que, aunque el sonido mejoró, ese color
“almibarado” del sonido no era debido a la grabación de mi cinta, sino que el
vinilo sonaba igual. Con el paso de los años, y tras leer alguna que otra
entrevista a Jorge Martínez, descubrí que ese sonido fue intencionado. Aprovechando
el inesperado éxito de su histórico primer disco (aquí tenéis la reseña
realizada en FFVinilo: Reseña disco "Ilegales"),
el grupo decidió dar ese color tan peculiar al sonido para “colar” un disco de
rock agresivo, macarra, violento, … en los circuitos comerciales. En una
palabra, “disfrazaron” su disco para ampliar al máximo su alcance, y poder
llegar así al máximo nivel de popularidad posible. Y les funcionó.
Tal y como hicieron
el año pasado con su primer disco, Ilegales está preparando una reedición de
este disco con nuevas mezclas, temas en directo, maquetas, etc. Tengo una gran
curiosidad por escuchar como suena esa nueva mezcla, ya que tengo tan asociado
este disco a su sonido primigenio que va a ser muy curioso escucharlo con otro
sonido.
La música de
Ilegales es una mezcla de violencia, crudeza, humor ácido, y una sensibilidad
extrema. No descubro nada a estas alturas diciendo que Jorge Martínez es uno de
los grandes músicos de la historia de este país. Un compositor excepcional, un
guitarrista sobresaliente, y un letrista único. Detrás de esa fachada de tipo
macarra y lenguaraz se encuentra une de las mentes más lúcidas de la música en
España.
A partir de este
disco se une al grupo Willy Vijande (sustituyendo a Iñigo Ayestarán), quien imita
a la perfección el estilo seco y percusivo del bajo, que forma parte inequívoca
del característico sonido de Ilegales. Así que este es el primer disco con la
formación clásica de la primera época del grupo:
La vida es cruel, y
a veces violenta, y es así como la describe Jorge Martínez. Cuando escribe sus
canciones no esconde la realidad, ni la pinta de color de rosa. La muestra tal
y como es, aportando una visión y una forma de describir la realidad que evoca
siempre imágenes chocantes, abrumadoras, llenas de realismo, crudeza y
sensibilidad. Sus canciones están llenas de frases lapidarias, de esas que a
uno se le quedan grabadas en la cabeza. Si a eso le unimos la originalidad de
los arreglos, su reconocible forma de tocar la guitarra, y ese timbre único en
la voz, tenemos a uno de los grupos más particulares y personales del panorama
del rock en España.
Ya la portada y el título del disco anuncian que no va a ser un disco amable. Es imposible que no te invada, desde el primer momento en que la aguja se posa en los surcos del vinilo, un sentimiento de desasosiego, impotencia, angustia, desesperanza, violencia.
África Paga.
El sonido de los
helicópteros anuncia un ambiente bélico, y la intro de la canción ya es todo un
clásico para cualquier fan de Ilegales: “No éramos más que una banda armada,
buscando un sitio en cualquier parte, y aunque camine, nunca llegaré…”. A
partir de ahí, una guitarra casi “Funky” marca el ritmo de la canción. Un
estilo también utilizado con acierto en otra de sus últimas grandes canciones
(“El bosque fragante y sombrío”, de su disco “Rebelión”, 2018).
“Iremos juntos
hacia el infierno, si es que una bala se cruza al pasar…”
El último hombre.
Otra historia de
tipos desesperados, vidas al límite, donde ya se aprecia otra de las grandes
virtudes de Jorge Martínez en la composición y los arreglos. Sus guitarras no
suelen invadir de forma exagerada todo el espacio en la mezcla. Generalmente
prefiere arreglos precisos, bien marcados, y dejando espacios para poder
apreciar los diferentes sonidos de guitarra utilizados en cada canción. Sin una
distorsión exagerada, y cuidando al máximo los matices de los diferentes
sonidos de la guitarra, que se combinan de manera muy inteligente.
Y esos coros
tremendamente agresivos, como un puñetazo en la cara: “Vive o muere”. Aquí es
donde os decía que da la impresión de que el nivel del sonido roza la
distorsión.
Ese final
“inesperado” es también marca de la casa.
Agotados de esperar
el fin.
Aquí llega uno de
los grandes clásicos de la carrera del grupo. Una de las grandes joyas del rock
español. Este comienzo siempre me ha
recordado al “London Calling” de The Clash, aunque el resto de la canción no
tiene mucho que ver.
En cualquier caso,
otro repertorio de frases imperecederas, y de letras capaces de transmitir la
desesperación de tipos marcados por la violencia, vidas perdidas, carentes de
cualquier esperanza.
“Delincuentes
juveniles ayer, hoy hombres peligrosos. Viejas caras, nuevas caras, pero las
mismas cabezas. Qué les empujara, no viven, solo esperan. Van agotados de
esperar …”.
Y ese grito de
“Agotados”, que vuelve a darte un puñetazo en el estómago. Ya lo decían los
propios Ilegales: “el rock que te destrozara los intestinos”.
Magistral.
Quiero ser
millonario.
Afortunadamente, no
todo es desesperanza, violencia y pesimismo. También hay momentos para el humor
ácido en los discos de Ilegales.
“Quiero ser
millonario para olvidarme de los amigos”
“Coleccionar chicas
con cicatrices, bañarme desnudo en las fuentes públicas, ir personalmente a
pagar las multas, …”.
La chica del club
de golf.
Mi canción favorita
del disco, y una de mis favoritas de toda la discografía de Ilegales. También Ilegales
tienen canciones de amor, pero la óptica desde la que escribe Jorge Martínez no
es la habitual para este tipo de temas. En esta clase de canciones es donde
Jorge Martínez demuestra una sensibilidad especial para esta temática. Algo que
ha seguido demostrando posteriormente a lo largo de su carrera, dejando joyas
de este calibre en toda su discografía.
“No ríes, no
lloras, sólo hablas a solas, que flores tan raras…”.
Hombre blanco.
Con un toque
country, Jorge Martínez vuelve a demostrar su habilidad para utilizar y mezclar
diferentes sonidos de guitarra. Otro momento para el humor corrosivo.
“Soy un hombre
blanco, alto y orgulloso. Mi mejor amigo, creo que soy yo”.
Soy un macarra.
La cara B se abre
con el tema más conocido por todos aquellos que no forman parte del círculo de
fans acérrimos del grupo. Evidentemente esta canción es todo un clásico del
rock español, hasta el punto de que la frase “Soy un macarra, soy un hortera,
voy a toda hostia por la carretera” forma parte ya de la cultura popular.
Una canción que les
llevó al éxito comercial, pero que fue el tema que menos gustaba al grupo.
Incluso estuvo a punto de quedarse fuera del disco.
Como curiosidad, la
portada del single es la mano del batería, David Alonso, al que le falta un
dedo que perdió de crio de un accidente cuando jugaba con un hacha.
El piloto
Este comienzo,
aunque ya lo conozca, siempre me parece un ejemplo de cómo hacer que el
principio de una canción te pille a contrapié. La historia del piloto que
realizó el primer vuelo transatlántico sin paradas, entre Nueva York y París.
Nuevamente, es una
maravilla escuchar atentamente todos los sonidos que Jorge saca a su guitarra.
Desde la melodía principal, hasta los acordes que marcan el ritmo de la
canción.
Odio los
pasodobles.
Más claro no se
puede ser. Un clásico ya de los directos del grupo, y es que “está
científicamente demostrado que los pasodobles, producen gonorrea, cáncer, y
todos los pasodobles son una puta mierda sin excepción”. Esto es lo que dice
Jorge Martínez en sus directos…
Stick de Hockey
No es una canción
autobiográfica, pero en una época de su vida, Jorge Martínez, salía con un
stick de hockey por la calle. Os aconsejo que veáis el documental “Mi vida
entre las Hormigas”, dedicado a repasar la carrera del grupo, donde se cuenta
esta historia.
“A veces se habla
en los periódicos del asesino que hay en la ciudad, yo vuelvo a casa limpio de
sangre, y de complejos de culpabilidad”.
“De crio era un
niño morboso, iba a la escuela a pelar, mi stock de hockey en la mano, buscando
algo que destrozar”.
Para siempre
¿Cómo se puede
conseguir en una canción un ambiente tan triste y deprimente?
Otra canción marca
de la casa.
“Para siempre es
demasiado tiempo, sé que desea largase al infierno. Oigo llorar en su
habitación”.
Destruye
La joya de la corona
La máxima expresión
de la violencia y la desesperación.
Este estribillo
merece un lugar de honor en los anales de la historia del rock en España.
“Lejos del bosque
en una jaula del zoo, tras los barrotes para no esperar nada. Abriré las
jaulas, mataré a mi dentista…”
Los ruidos de
destrozos, cristales rotos, explosiones, empalman con el epílogo del disco.
África paga
(Reprise)
La letra de la
estrofa cantada con la melodía de la intro, con ruidos de selva y percusiones.
Disparos y un
helicóptero.
Un final glorioso.
Como decía Jorge
Martínez al acabar sus conciertos con esta canción: ¡Nos veremos en el
psiquiátrico!
La verdad es que
Ilegales disfrutan ahora mismo, 40 años después, de un momento dulce en cuanto
a popularidad y calidad compositiva. Pero su popularidad ha sufrido altibajos.
Han estado durante años bastante olvidados en España. Fueron esos años donde
decidieron centrarse en su carrera en Sudamérica, donde son considerados como
auténticos mitos, y triunfan cada vez que van de gira, sobre todo en Ecuador, o
Méjico. Su nivel de popularidad fue aumentando cuando el propio grupo anunció
su separación allá por 2010 (cuando Jorge Martínez decidió lanzar su
interesante proyecto de “Jorge Ilegal y Los Magníficos”, donde recreaban
guarachas, boleros, o cha-cha-chas). Su vuelta en 2015 fue un revulsivo para el
grupo, y desde entonces mantienes un nivel de actividad y calidad artística
extraordinario.
Aquí os dejo el
programa de radio que dediqué a repasar su disco “La lucha por la vida”, con
motivo de sus 40 años de carrera.
DISKOBOX 25-09-2022 - 40 años de Ilegales
Espero que disfrutéis de este discazo, y que sirva esta reseña para rendir mi humilde homenaje a un grupo histórico, capaz de poner de acuerdo a Punks, Rockers, Heavys y Skins. Y eso sí que tiene mérito.
Ruben Diskobox
Hay 3 discos q hoy los escuchas y parecen grabados de ayer uno éste, el más madera de leño y parálisis permanente
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Esos discos que nombras son otros dos clásicos.
EliminarEstoy contigo al 101% sobre éste disco, como me impactó, los vi el 5/11/88 en rock club y desde entonces les sigo siempre
ResponderEliminarPara mi son uno de los mejores grupos de nuestra historia. Sin duda.
EliminarBueno, después de dejar tan claro lo que sientes por este disco, poco se puede comentar sobre ello. Si algo ha quedado meridiano en este blog tras todos estos años es lo subjetivo que es el arte en general y la música en particular. A partir de eso, sólo queda decir que es una estupenda entrada con una buena exposición de sentimientos y un análisis canción a canción conciso, que con esas pequeñas claves ayuda a seguir el disco a un no fan de la banda. Musicalmente, tiene un nivel miy alto con buena producción y sonido cristalino. Y aunque sólo he reconocido “Soy un macarra” el resto me ha resultado también agradable de escuchar aunque no consigue emocionarme. Saludos. KING
ResponderEliminarGracias por el comentario. Efectivamente, aunque quisiéramos, no podemos eliminar el componente subjetivo cuando hablamos de música. Pero eso es también lo interesante. La misma música que a unos nos emociona, a otros no les llega tanto, aunque me alegro de que al menos hayas disfrutado la escucha. Saludos.
EliminarDescubrí a Ilegales con el directo del 87. Yo estaba a mis cosas. Como hoy, más o menos. Nunca fui escuchante habitual de la banda. Y, curiosamente, las canciones que más me fliparon están en este disco. Un amiguete me pasó unas TDK con los dos primeros discos. "Soy un macarra, soy un hortera, bebo a toda hostia botella y media" se convirtió en una especie de canto borrachil en el grupo por el que entonces andaba. En fin, que sin ser tan fan como tú de Jorge, le muestro mi admiración máxima: excelente compositor, irónico, cruel, poético, humanamente salvaje, con una violenta sencillez en las imágenes que transmite. Lástima que el sonido del disco suene viejuno al máximo. Aceptable y agradable para mi oreja ochentera, pero difícil para reivindicarlo hoy en día. A escuchar esa nueva edición. Un abrazo.
ResponderEliminarLos dos primeros discos de Ilegales son, en mi opinión, dos obras maestras. Y sí, el propio grupo ha tenido siempre ganas de mejorar el sonido de este disco. Ahora tienen la oportunidad de darle un nueva vida... el disco lo merece. Gracias por el comentario. Saludos.
ResponderEliminarLas tres primeras son las que más me gustan. África paga es cierto que suena a El bosque fragante y sombrío (temazo impresionante, por cierto). No me gustan nada los temas más macarras (soy un macarra, destruye, porque creo que están hechos para eso, ser coreados por borrachos, y se pierde el lirismo y la maestría de Jorge. De la segunda cara salvo Para siempre. Jorge, en directo gana mucho como guitarrista, es de una emergencia sipina
ResponderEliminarElegancia supina jaja
EliminarEstoy de acuerdo en que es un guitarrista excelente, y en que hay que ver a Ilegales en directo. Es una gozada. Por otra parte, es verdad que Jorge Martínez tiene una cara salvaje y macarra, y otra más lirica y sensible. En realidad él es todo eso a la vez. A mi me gusta precisamente esa mezcla. Gracias por el comentario.
EliminarCon la primera frase de la reseña ya queda clara tu postura con respecto a este álbum. Tan bueno como el primero aunque tal vez con menos pegada comercial. La irrupción de Ilegales fue potente para un cierto público (que no era el de La Movida), hoy estas canciones siguen sonando actuales y no pierden impostura.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo de que esto ocurre con "El Acto", como se comenta más arriba, no así con "Mas Madera" cuya producción me parece uno de los mayores actos de delincuencia musical oficiados en el mundo del rock a nivel internacional.
Un saludo.