Aunque siempre empiezo por una cerveza para quitar la sed, actualmente me tira más el vino. Tras años de experiencia como catador amateur de pacotilla , he aprendido que la percepción que cada uno tenemos al probar un vino, influye una seria de componentes objetivos como pueden ser el proceso de elaboración, que dan como resultado unas características propias, el aprendizaje individual, y factores totalmente subjetivos como el estado de ánimo en la toma, el momento del día, el lugar o la compañía. Al final, da igual el tipo de viña, la denominación de origen, la bodega, el año de la cosecha; si el vino es tinto, blanco o rosado; si es joven, crianza o reserva, el mejor vino es el que te gusta a ti.