En 1989, y tras la marcha definitiva de Udo Dirskchneider, Accept reclutaban al norteamericano David Reece para intentar, una vez más, dar el gran salto al mercado americano. Suavizaron su estilo, llenaron los temas de melodías y de teclados, una producción más limpia y el resultado fue ... un desastre total. Epic, viendo el desaguisado y el inminente fin de la banda, decide tirar de archivos y rescatar las cintas de los conciertos de la gira de 1985. Nada mejor, para salvar los trastos, que editar un verdadero greatest hits con un directo de los Accept de 1985, aquellos que reinaban por todo lo alto junto a Scorpions, Judas Priest o Iron Maiden.
Los seguidores de la banda ansiaban, desde el imprescindible aunque escueto Kaizoku-Ban, un doble directo en toda regla. Así que en 1990, ya con la banda desintegrada, se edita Staying A Life, un disco a la altura de los clásicos double live de bandas afines como Scorpions, UFO o MSG.
La foto de la portada, con un desafiante Udo en primerísimo primer plano con sus clásicos atuendos militares y con la banda detrás dándolo todo, no deja lugar a dudas: aquí está la formación más clásica de Accept dispuesta a repartir himnos colosales revienta estadios como Metal Heart, Princess Of The Dawn o Balls To The Wall.
Todo encaja a la perfección: la pétrea base rítmica de Peter Baltes (bajo) y Stefan Kaufmann (batería y productor del disco), las guitarras milimétricamente sincronizadas de Jörg Fischer y Wolf Hoffmann y la afilada voz del pequeño gruñón Udo. Siempre fieles a su eterno lema "unidos somos imbatibles", y es que pocas bandas podían rivalizar con su directo.
Mención aparte merece Wolf, un guitarrista brillante y nunca suficientemente reivindicado. Su trabajo aquí es colosal, con punteos elegantes y riffs titánicos. La influencia de la música clásica europea se dibuja en cada una de sus composiciones (como muestra más representativa el mítico fragmento de Für Elise en Metal Heart). Cómo él mismo ha dicho en más de una ocasión: "Soy un fan total de Peter Tchaikovsky. Aparte de sus obras, apenas hay otros discos en la estanteria de mi casa, excepto quizás un poco de Bach y de Beethoven".
Muchos de los temas alcanzan en este directo otra dimensión, sonando mucho más duros que en estudio como Breaker, Flash Rockin' Man o ese vertiginoso Fast As A Shark, que es como un Panzer que arrasa con todo.
Staying A Life es, para mí, uno de los mejores discos en directo del género, junto al Live After Death de Iron Maiden. Ambos discos son documentos indispensables para entender el Heavy Metal en la década de los 80s. Las 15 canciones de este directo, un repaso desde Breaker (1981) hasta Metal Heart (1985), muestran a unos Accept en el zénit del metal Teutónico: cinco personalidades que, durante casi diez años, moldearon y escribieron una parte de la historia de la música metal.
Como dices, un greatests hits live en toda regla. Uno de mis grupos favoritos de los 80 sin duda y otro de los pocos que he visto en directo -en la misma gira, si no recuerdo mal- con Dokken de teloneros.
ResponderEliminarTengo desgastados I'm a Rebel, Balls to the Wall y el Metal Heart. Como dices, imprescindibles para entender el heavy metal de los ochenta. Entretenida entrada, un abrazo
ResponderEliminarPues a parte de felicitarte por la entrada, que me ha gustado mucho, poco más que añadir. Firmo tus palabras. Amén y larga vida a Accept. Un abrazo.
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