Una de las (muchas) virtudes de comprar música en formato físico es que asocias ese vinilo, CD o casete a un momento o época determinada. Cuando repaso mi colección de vinilos en busca de algo que llevarme al oído, un torrente de recuerdos pasan por mi cabeza. Es curioso como de algunos apenas recuerdo nada pero de otros recuerdo vivamente donde y cuando los compré. Ese es el caso de Johnny The Fox de mis ínclitos Thin Lizzy . En este caso es fácil recordarlo prácticamente todo, ya que fue el primer vinilo que me compré de ellos y lo hice a ciegas. A tiro pasado es fácil deducir que una compra de Thin Lizzy a ciegas, sea la que sea, es siempre un acierto, pero en la era pre-internet, siendo apenas un adolescente y sin haber oído nada de ellos, el riesgo era muy elevado.