Ir al contenido principal

The Pretenders - Get Close (1986, WEA Records)

 




Este 7 de septiembre cumple años Chrissie Hynde y qué mejor oportunidad para traerla por primera vez al blog. No entiendo cómo una artistaza de su talla no nos había visitado y creo que es de recibo que su nombre engrose la lista de leyendas musicales que han desfilado por este pequeño espacio vinilero, aunque no sea con su mejor disco, aunque sí uno de los más éxitos y con dos mayores éxitos en listas de singles: Get Closer, de 1986. Que por cierto, el próximo mes de octubre cumple también años.

Como casi todos conocen, el éxito no le llegó a Chrissie con facilidad. Nacida en Akron, Ohio (como Lebron James y Stephen Curry en el mundo del deporte, pero también en el mundo de la música es la cuna de The Black Keys, The Cramps cuyo líder Lux Interior es de allí, James Ingram, Devo…). Con sus estudios universitarios de Arte, decidió mudarse a Londres en el 73 donde Hynde enfrentó muchas dificultades, desde problemas económicos hasta experiencias peligrosas. Trabajó como periodista musical para la revista NME y como vendedora en la tienda de ropa SEX de Vivienne Westwood y Malcolm McLaren, que era un punto de encuentro clave para los futuros íconos del punk. También intentó casarse en varias ocasiones para evitar la deportación del Reino Unido, llegando a proponer matrimonio a amigos y conocidos del círculo punk: su amistad con Steve Jones y Johnny Rotten, de Sex Pistols se plasma, con muchas libertades, en la miniserie, muy recomendable, Pistol. También intentó montar un grupo con Mick Jones, de The Clash. La lista de artistas con los que toca en esos años es larga y llena de nombres conocidos. A pesar de los desafíos y el ambiente caótico, Hynde se mantuvo decidida a crear su propia música. Con su perseverancia, logró formar The Pretenders en 1978, encontrando finalmente el camino que buscaba. En ese tiempo en Londres, aunque lleno de dificultades, forjó su identidad musical y su actitud rebelde, elementos que definirían su carrera en los años venideros. La banda rápidamente ganó reconocimiento con su mezcla única de punk, new wave y rock, destacándose por el estilo vocal distintivo y la presencia escénica de Hynde. Con éxitos como "Brass in Pocket"o "Back on the Chain Gang" se consolidó como una de las voces femeninas más influyentes del rock. A lo largo de su carrera, Hynde ha sido conocida no solo por su talento musical, sino también por su activismo en causas como los derechos de los animales y su estilo auténtico y rebelde que ha inspirado a generaciones de músicos. Hoy en día, Chrissie Hynde sigue activa tanto en la música como en sus actividades personales, manteniéndose como una figura emblemática del rock y la cultura contracultural. Chrissie tuvo un hijo con Ray Davies, de The Kinks, y se casó con Jim Kerr con quien también tuvo una hija. Las malas lenguas dicen que Kerr tenía la mano larga con Chrissie aunque nunca se ha confirmado si Kerr era un maltratador.

Vale, pues ya está la parte biográfica de Hynde, con ayuda de Wikipedia y chatgpt (ahí, tirándome el rollo como si supiera de IA). Ahora pasamos al disco en cuestión. El cuarto álbum de The Pretenders muestra una transición musical radical del grupo, firmemente controlado por Chrissie Hynde. De hecho, al final de las sesiones de grabación de este álbum, Hynde sería el único miembro original del grupo que quedaría, ya que el baterista original Martin Chambers fue despedido de la banda al principio del proceso de grabación. El guitarrista y el bajista originales de The Pretenders, James Honeyman-Scott y Pete Farndon, murieron por abuso de sustancias ilegales en 1982 y 1983 respectivamente. Hynde y Chambers decidieron continuar con la banda y finalmente agregaron al guitarrista Robbie McIntosh y al bajista Malcolm Foster para el álbum de 1984 Learning to Crawl, un éxito comercial y de crítica. Participaron en el Live Aid en 1985. Producida por el gran productor británico Steve Lillywhite (U2, Siouxie, Ultravox, Talking Heads, Simple Minds, Rolling Stone…), las primeras sesiones de grabación de Get Close dieron como resultado la última canción del álbum, una elegante versión pop del “Room Full of Mirrors” de Jimi Hendrix. Fue entonces cuando Hynde decidió que la forma de tocar de Chambers se había deteriorado y lo despidió de la banda, lo que provocó que Foster, desanimado, abandonara la banda poco después. Hynde y McIntosh grabaron el resto del álbum con los productores americanos Bob Clearmountain (Bryan Adams, Rolling Stones, Bruce Spingsteen, David Bowie…) y Jimmy Iovine (Stevie Nicks, Bruce Springsteen, Dire Straits, U2…) en varios estudios y con varios músicos de sesión. Dos de estos músicos, el bajista T.M. Stevens y el baterista Blair Cunningham, finalmente fueron contratados como la nueva sección rítmica de The Pretenders. Ahora, al turrón, a las canciones.

Los acordes brillantes y estridentes de “My Baby” entran a un ritmo constante en esta moderada canción de amor llena de acordes de cuarta suspendidos, voces estratégicas de doble pista y algunos efectos de sonido de directo con público más adelante. Lanzado como tercer sencillo, este tema que abre el álbum pasó dos semanas en el puesto número 1 de las listas de Mainstream Rock. “When I Change My Life” es otra pista suave con notas acústicas rasgadas, notas persistentes de guitarra principal y un ritmo similar al de un vals por parte del bajo y la batería. Esta pista melancólica y bien producida también presenta algunos sintetizadores en capas colocados estratégicamente más adelante en la pista pero no se notan demasiado. Y, ahora estoy de acuerdo con las críticas más feroces de este trabajo pues después de estas excelentes pistas iniciales, el álbum degenera un poco, comenzando con el cover, “Light of the Moon”, seguido por “Dance!”. Se nota que estamos a mediados de los 80 porque aparecen las programaciones y los sintetizadores pero, además, mal. Afortunadamente, el álbum vuelve a su forma original con la balada moderada “Tradition of Love”, que presenta un excelente arreglo musical, voces melódicas y el más mínimo giro psicodélico a través de su outro fusionado con guitarra y efectos de voz.

Y damos la vuelta al plástico para escuchar la cara B que comienza luminosamente con la canción más indeleble del álbum, esa alegre y despreocupada excursión de rock titulada “Don’t Get Me Wrong”, impulsada por la contundente línea de bajo de Stevens y los entrecortados acordes de guitarra de McIntosh. El puente ligeramente giratorio de esta canción es la única desviación del patrón de verso original y es seguido por un solo que es muy ligero que imita la melodía vocal principal de Hynde. ¿Quién no ha tarareado en alguna ocasión este tema? Fue el primer single alcanzando el top 10 tanto en UK como USA y con un videoclip de esos que aún tengo grabados en mis VHS’s con homenaje a la serie británica The Avengers (nada que ver con el universo Marvel). “I Remember You” presenta un arreglo de reggae, impulsado por varias claves y ritmos metódicos, seguido de “How Much Did You Get for Your Soul?”, una involución completa hacia el synth pop de los ochenta, sonido demasiado funky y que, estoy seguro, Hynde borraría sin más de su historial porque…ay señor. “Chill Factor” mejora un poco (estaba fácil) con una balada conmovedora con sabor Motown, con un ritmo constante y lento y coros interesantes. Escrita por Meg Keene, “Hymn to Her” comienza con un sintetizador mínimo a través de las voces de introducción antes de pasar a un rock suave y constante, que eventualmente se convierte en un arreglo de rock más duro. Segundo single y también con buenas posiciones en las listas. Junto con “My baby” y “Don’t get me wrong”, los tres temas que yo salvaría de este vinilo. Para terminar, la versión antes comentada del tema de Hendrix, “Room full of mirrors” que no la mejora, donde Lillywhite imprime un sonido estilo U2 al grupo.

Para la gira Get Close, Bernie Worrell se sumó a la formación en vivo en los teclados. Durante la gira, Hynde sintió que el sonido de la banda se había alejado de sus raíces de rock new wave. Creía que ahora estaba al frente de una nueva banda que "no era Pretenders". A mitad de la gira, tomó medidas drásticas: Stevens y Worrell fueron despedidos, Malcolm Foster fue reinstalado en el bajo y Rupert Black regresó a los teclados. A mediados de 1987, McIntosh dejó la banda y fue reemplazado por el ex guitarrista de Smiths, Johnny Marr, quien permaneció con el grupo hasta principios de 1988. En el 90 se publica el prescindible Packed!, que sigue siendo Pretenders aunque bien podría ser un disco de Chrissie siendo ya la única presente en los otros discos. La vuelta al éxito se hace esperar hasta el 94, con la canción “I’ll stand by you” de su disco Last of the independents. En el 99 publicaron ¡Viva el amor! (sí con las dos exclamaciones) y desde entonces, sus discos del nuevo siglo, a pesar de ser muy bien recibidos por la crítica especializada, han pasado bastante desapercibidos. De hecho, reconozco que no he escuchado ninguno de ellos.

Tuve la enorme suerte de ver en directo a Chrissie y sus Pretenders en un concierto en el palacio de los deportes de Madrid, en noviembre del 99. Era un concierto especial de los 40 principales, al que me arrastró mi amigo Leandro pues tocaban La Oreja de Van Gogh y creo que Mikel Eretxun, pero no me hagáis caso, Esos eran los artistas que él quería ver. Yo fui porque después tocaban Pretenders y, cerrando el concierto, Texas. Y luego, sobre el 2003, como teloneros de los Stones en el desaparecido Vicente Calderón, además viéndolos en una zona medio VIP donde nos colaron los de seguridad no sé por qué.

En fin, buen fin de semana y salud para todos, sobre todo para Chrissie en su 73 cumpleaños.

 

 


Comentarios

  1. No está entre mis grupos favoritos, pero Chrissie Hynde tiene mi admiración personal como activista y como música. Parece mentira que todavía no hubiera pasado por aquí, lo que significa que aún quedan muchos artistas por reseñar, ... Excelente descripción de las circunstancias y del sonido del disco. No me emociona especialmente, pero es agradable de escuchar, además de contener uno de sus grandes éxitos. Gran homenaje a esta veterana. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo tampoco soy mucho de Pretenders, lo reconozco. Bueno, tenía este disco por el pelotazo del Don't get me wrong y grabado el Last of the independents por el otro pelotazo de I'll stand by you. Pero quizás esos dos directos me hicieron apreciarlos un poco más en su época. Ya te digo que no he escuchado ninguno de los nuevos.
      Pero sí, está mujer se merece estar en nuestro blog.
      Siempre me hizo gracia la frase que tiene el insert de que haciendo este producto no ha sufrido ningún animal. Llevo viendo la historia de chrissie lo entendí.

      Eliminar
  2. Les vi tambien en ese concierto de teloneros de los Stones. Los he ido apreciando con el paso de los años. Su penultimo disco (creo) - Hate for Sale - es un puñetero cañon. Saludos,

    ResponderEliminar
  3. A mi me pasó igual, con el tiempo aprecié más lo que hicieron en los 80. Tenía que estar aquí sí o si. Un saludo y gracias por comentar.

    ResponderEliminar
  4. Anónimo7/9/24 11:31

    La verdad es que la voz de Chrissie me gusta mucho y Middle of the road –sobre todo– o Back on the chain gang las tengo a fuego en la memoria, pero no me considero un fan del grupo del que no conozco demasiado su trayectoria. Sin embargo, he iniciado la escucha con ilusión. Los tres primeros temas son de fácil y agradable escucha, un smooth pop rock con un sonido muy ochentero en el que la voz aquí relajada de Chrissie encaja perfectamente. Pero Dance me parece demasiado sobreproducido, dando como resultado una tonada simplona y prescindible, sincopado y con demasiados efectos para mi gusto. Tradition of love es una balada bonita con una guitarra muy presente a lo largo del tema que me trae recuerdos de sonidos arábigos, pero Don’t get me wrong –también a fuego en mis neuronas– me provoca hastío, así que no puedo ser objetivo con ella. A partir de ahí, I remember you no me dice nada y How much did you get for your soul –pese a su sonido funky– tiene demasiada programación, lo que me echa para atrás. La cosa no se arregla hasta el final, con esa versión que –a pesar de esa batería tan poco orgánica– me parece alegre y fresco. Eso sí, no tenía ni idea de que era de Hendrix. He tenido que escuchar la original, mucho más psycho-funky, para poder comparar. Total, una escucha agradable en general para esta mañana de sábado. Por cierto, esta vez he leído la entrada después de escuchar el vinilo y veo que coincidimos bastante –no en todo, que sería preocupante– en la valoración del álbum. Y lo de Wikipedia, bueno, todos hemos tirado de ahí como de otras fuentes, pero... ¿ChatGPT?, ¿en serio Dani? Un abrazo. KING

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Chatgpt, hay que modernizarse jaja. Y tirarse el pisto también.
      Pues sí, parece que coincidimos bastante. En resumen, a día de hoy no me compraría este disco, eso seguro. Pero bueno, al menos puedo decir que tengo uno de ellos. Un abrazo

      Eliminar
  5. Tropecientos mil millones de billones de trillones de entradas después y todavía nos faltan grupos de los que hablar. Qué bueno, sí señor. He escuchado tres discos de Pretenders en mi vida y este es uno de ellos. Clásico grupo cuyo legado se pone en duda exclusivamente en caso de experimentar problemas auditivos o cerebrales, eso es así, y desde aquí un bonito homenaje a Chrissie por su cumpleaños.
    De este disco el arranque siempre me ha gustado mucho, aunque luego es como que me falta algo más que me haga experimentar ese deseo irracional que concluye con otro disco más en la estantería, aunque quién sabe si en algún momento vital de repente me termino enganchando del todo. Me ha hecho gracia lo del chatgpt. Gracias por tu entrada y larga vida a Pretenders!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El chatgpt funciona para hacer trabajos académicos pero cuando se trata de algo artístico, fracasa bastante jeje.
      Pues este es un grupo del que tendría sin problemas un grandes éxitos, no en Singles, uno más reciente. Lo que he escrito antes al king, a dos de hoy no me compraría este disco. Quizás iría por uno de los dos primeros. Un saludo.

      Eliminar
  6. Con tu post hago dos reflexiones. La primera, me alegro que Hynde tuviera éxito; terquedad, dedicación, capacidad, inteligencia. Olé. La segunda, esta mujer me ponía mucho; entre la fama de "libertina" que le echaban y mi adolescencia... En fin, un acierto que los hayas traído al blog. Ya vendrán mejores vinilos 😉 A veces un single ya justifica la compra y en mi caso lo haría. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un montón de discos sólo por un par de singles tengo en mi colección jeje. Un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Ozzy Osbourne - Blizzard of Ozz (Jet records, 1980)

Hoy traigo al blog uno de los discos más importantes de la historia del hard’n’heavy de todos los tiempos, el inicio de la carrera en solitario de un mito, el gran John Michael Osbourne , conocido mundialmente como Ozzy . Y aunque las circunstancias que rodearon al artista en ese momento vital son harto conocidas y se puede encontrar por la red información en abundancia, (creo que) no está de más que haga un pequeño resumen muy condensado en esta entrada.    Estamos en 1970, Black Sabbath han editado su primer disco y el infame manager Don Arden se ofrece para llevar la carrera del grupo. Ozzy Osbourne , el cantante de la banda, tiene 22 años y en las oficinas de Arden conoce a la hija de este, Sharon , de 18. Ellos aún no lo saben pero en unos años la joven se convertirá en una figura imprescindible para el alocado vocalista.    El tiempo pasa y los Sabbath con...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Liar - Set the world on fire (Bearsville Records, 1978)

  Hoy os voy a contar la pequeña historia de una pequeña banda que pudo reinar hace muchos, muchos años en un reino junto al mar, pero que acabó siendo tan conocida como cualquier otra banda de null-hit-wonder. Aunque, en su caso, los malvados genios de la industria musical deben recibir la culpa de su fracaso y olvido, pues su música está a la altura de la leyenda que quisieron alcanzar. Liar se formó en una pequeña ciudad inglesa llamada Maidenhead comandada por el jovencísimo bajista Dave Taylor. Corría el año 75 y el picor roquero gemía por sus venas. Con el baterista Clive Brooks, el guitarrista Paul Travis y Dave Burton a la voz grabaron un iniciático Straight from the hip dos años después. Tras el fichaje de Steve Mann se embarcaron en una intensa gira con Slade por Europa que completaron con un curioso periplo de tres semanas por la Hungría comunista de la mano de Piramis (banda local). De vuelta a casa, su mánager les consiguió un contrato con la pequeña Bearsville Rec...