Ir al contenido principal

Triumph - Just a game (RCA, 1979)

 


Mi adoración por este trío canadiense es relativamente reciente. De hecho, la adquisición de sus vinilos ha ido a la par con la evolución de este blog. Y hoy me apetecía compartir y reivindicar este tercer largo para completar el magnífico repaso que el compañero de barrio KingPiltrafilla ya ha hecho anteriormente. En mi opinión, Triumph atravesó tres etapas: la primera, la inicial, como casi todas las bandas, buscando el éxito, que consiguieron a partir de este Just a game (alcanzaron el platino en su país natal y el disco de oro en Estados Unidos) y certificaron con el siguiente Progression of power (1980); encadenaron varios excelentes discos hasta cerrar su segunda etapa con Thunder seven (1984); los últimos discos les llevaron a una deriva más AOR aún, y a la pérdida progresiva de ventas y fama que acabó con la formación tras Surveillance (1987). Escuchar estas tres obras seguidas es un manual de evolución del hard rock en los ochenta, por cierto.

Hoy comparto Just a game, el tercero en su discografía, el primero en atravesar la delgada línea que separa el "vamos bien" del "tenemos éxito". Esa delgada línea que separa Canadá de Estados Unidos mayormente.

La banda la conformaban Rik Emmett como cantante y guitarrista, Gil Moore a la batería y también como voceras y Mike Levine al bajo y los teclados. Si las composiciones cayeron de las manos de Emmett y Moore, la producción la realizó Levine. Un trío bien organizado. Grabaron en los Sounds Interchange Studios en Toronto y en los Metalworks Studios en Ontario en el nevado otoño de 1978. 


Los chicos abren con Movin on a modo de falso directo donde la banda intenta emular el ambiente y la energía que desplegaban en los escenarios. La canción combina perfectamente lo mejor de la parte gruesa setentera del grupo con unos excelentes graves y la parte melódica con una gran línea vocal. Estribillo sencillo y bien arreglado y a vender singles. Un solo corto seguido de una parte con voces dobladas que desemboca en el cierre festivo. Lay it on the line arranca íntima, con la voz sola sobre las guitarras, pero, al poco, entran bajo y batería y resuenan las eléctricas dando empaque y cuerpo a la canción. Excelente estribillo acabado en una armonía vocal y un breve interludio de guitarra. La estructura vuelve a repetirse cayendo a un punteo melódico antes el final sin sorpresas. Buen single. Young enough to cry tiene alma de blues arrastrado, de dolor de corazón endurecido, con ese juego a varias voces y las guitarras intercambiando punteos. La parte central, con ese jugueteo voz-guitarra, resulta deslumbrante. Uno de los mejores cortes sigue. Americana Girls tiene el descaro de un estribillo facilón, un guiño descarado a los USA, una letra juvenil y un acabado brillante para las radiofórmulas. Buenas guitarras en la parte instrumental del centro y del final.

La cara B arranca con Just a game, otra balada de espíritu prog que evoluciona lentamente aumentando el tono y añadiendo adornos vocales e instrumentales. Muy bien construida y producida, con mimo. La mejor interpretación de Emmet a la voz. Un breve instrumental acústico algo insustancial y de aroma medieval (Fantasy serenade) que acaba acelerándose inspira y antecede al segundo éxito de este álbum, Hold on, de nuevo un corte largo (más de seis minutos) que juega con la melodía vocal sobre las acústicas y un teclado de fondo. Todo muy meloso y con tufillo AOR al principio (escucho sin remedio a Boston o Kansas) para soltarse las greñas y regalar una segunda parte más roquera y excitante. El cierre con la más comedida Suitcase blues desentona un poco con el resto. Una mezcla de blues y jazz con un toque crooner, resultona sin más, pero que esconde una frase final lapidaria: "me and Johnny Walker/and the confort that it brings/waiting on the phone/that never, ever rings".

Y si la música es excelente, no lo es menos el envoltorio. En esa carpeta desplegable con ese diseño llamativo y de gusto dudoso hay mucha chicha. En el lado exterior, vemos en la doble portada la figura de los Estados Unidos como un tablero de ajedrez hacia el que viaja el avión de Triumph a colocar su ficha, avión con forma de águila que sujeta esa ficha entre sus garras. En la cabeza del pajarraco, el trío y el nombre del grupo. ¿Es solo un juego? Si nos quedaban dudas, en la parte interior nos regalan un juego de mesa para alcanzar el éxito, una especie de juego de la Oca con casillas tan simpáticas como: "pide un crédito para comenzar tu banda, pierdes un turno", "destrozas la habitación del hotel y te pillan", "disco de oro, avanza a la siguiente estrella" o "tu bajista encuentra a Jesús, vuelve once casillas para atrás". Parece imposible llegar a la estrella central, la del éxito. La penúltima casilla dice "accidente de coche, quedas eliminado". Una fantástica manera de jugar con el público. Renee Zamic es el responsable de los dibujos.


Otra cosa interesante del álbum tiene que ver con su publicación. En Canadá lo editó la productora Attic, en Estados Unidos y buena parte de Europa RCA y en otros países, como Alemania, Bellaphon. De hecho, el el álbum hay un aviso: "country of manufacture of record as started on record label". Mi copia la imprimió en Inglaterra Clout&Baker Ltd.

Ahí os dejo más música. Disfrutad el fin de semana.










Comentarios

  1. Pues como siempre, estupenda entrada. Además son los Triumph, por lo que no puedo añadir nada más a tus palabras. Ciertamente, es más hard blues setentero que hard rock ochentero si obviamos ese hard melódico de la archiconocida Lay it on the line con regusto a Styx o ese –estoy de acuerdo contigo– remedo de Kansas/Boston de la cara B. En mi opinión, un disco difícil de clasificar, con demasiados estilos mezclados, como de transición. Y en efecto, la última, desentona un montón. Menos mal que a partir del siguiente encontrarían su camino. Eso sí, la carátula es una caña, y ese juego de la oca, un baño de realidad con mucha ironía. Un abrazo y feliz fin de semana. KING

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa mezcolanza que comentas hace que el disco sea peor de lo que podría haber sido. Quitando un par de cortes y sustituyéndolos por otros más "modernos" en su evolución lo hubieran petado. Pero, aun así, es un gustazo la escucha. Ya sabía que a ti te tenía ganado y contribuyo con este post a acompañarte en la semblanza de Triumph en el blog. Un abrazo.

      Eliminar
  2. Buen disco y buen grupo, si señor. Tengo por ahí algo abandonado su "Allied Forces", que me encanta. Pero, sinceramente, nunca había ido más lejos para ahondar en el resto de su discografía. Y el disco me ha gustado. Siempre les he metido en el cajón del "AOR/Hard Rock", aunque, de verdad, cada vez me preocupa menos los de las etiquetas. Buenas guitarras, buenas melodías, buen sonido. Todo eso encapsulado en un envoltorio muy atractivo. Eso es lo realmente importante. Tampoco me molestan personalmente esos "saltos" entre un estilo y otro, es básicamente lo que ya hago casi a diario, ir saltando de un estilo a otro. Pero eso es algo personal, claro. Muy buena la reseña, perfectamente descrita, tanto la historia como las canciones. ¡Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ese Allied Forces es una joyita. Siempre han sido algo eclécticos, aunque la necesidad de encajar en los sonidos "comerciales" los acabó encorsetado. Gracias por la parte que me toca. Siempre es un gusto que álabes mi trabajo. Aquí somos muchos ya y el nivel, por unas cosas y otras, es muy alto. Contar historias es lo que más me gusta. Y si versan sobre un disco que me gusta, más lo disfruto. Un abrazo.

      Eliminar
  3. Justo hace muy poco estuve a punto de pillarme el lp Classics, donde vienen el Hold on y el Lay it on the line, como una firma de obligarme a profundizar en su música. Sin embargo, por el precio que tenía me traje otros 6 Lps. El caso es que alguna canción tengo en mis listas y siempre me gustó su logo (una vez hice una camiseta a mi hija Tania con las letras de Metallica, poniendo Miss Tania, aunque estuve a punto de utilizar la tipografía de Triumph para ese Tania, pero lo descarté porque la gente no iba a identificarlo).
    El disco me gusta, las tres primeras canciones fantásticas, me flipa Young enough to cry.
    Lo dicho, grupo al que tengo que estudiar más a fondo, como un montón más, ya sean Styx o similares pero ni procrastinación me impide hacerlo jeje. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estudio que te resultará muy satisfactorio. A mí me encantan Allied forces y Never Surrender. Y los que nombró en el post, que reseñó King, serían el complemento perfecto. También tienen un buen directo, pero suenan más rudos que en disco. Eso ya, gustos. Un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Varios - Rock Del Manzanares. Visca El Rollo Vol. 2 (Chapa Discos, 1978)

Si no conocéis el significado de la palabra “tronco”, “pasota”, o no sabéis lo que es ser un “enrollao”, quiere decir que sois insultantemente jóvenes. No solo la generaci ó n "Z"  tiene su propio lenguaje. Cada generación ha tenido también una manera de expresarse, y hoy nos acercamos con este disco a finales de los años 70. Una época marcada musicalmente en España por una corriente que se denominó “Rock Urbano”. Aunque, como con cualquier tipo de etiqueta, nos podemos encontrar dentro de este saco grupos de muy distinta índole o con diferentes influencias, por lo general compartían una estética (musical y visual) muy particular, y sobre todo, una actitud vital marcada por las circunstancias sociales de la España de finales de los 70. Como con cualquier etiqueta que se otorga a un movimiento musical, donde muchas veces el mero hecho de nacer en una determinada época o cuidad te hace merecedor de esta etiqueta, se pueden encontrar dentro de este saco una mezcla de estilos q

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Storm – Storm (Capitol records, 1983)

Pues nada, ya estoy aquí con un nuevo caso de compra a ciegas.    Lo primero que me llamó la atención del disco fue la colorida y enérgica portada de Gary Ruddell –autor también de la del Battle hymns de Manowar según supe luego–, con lo que parece un avión de combate rompiendo los cristales de una casa, destrozando el tendido eléctrico y haciendo volar las hojas de los árboles con su vuelo rasante. O sea, portada molona, años 80 y melenudos en la contraportada con el añadido de frontwoman liderando el cotarro... Y lo segundo que me llamó la atención es que se trataba de una edición venezolana. No recuerdo tener ninguna de ese país en mi colección, así que se trataba de otro punto a favor. ¿Cuánto es, amable vendedor de vinilos mallorquín? Pues, por nueve euritos, a la saca. Y así es como ha llegado a casa un nuevo plástico con el que me dispongo a escribir esta reseña en modo unboxing total. Vais a

CJ Ramone "Last Chance To dance" (2014)

En 1989 poco después de la publicación de   Brain Drain ,  Ramones  se encontraban en un momento de crisis interna. El bajista y principal compositor del grupo, el carismático  Dee Dee Ramone , abandonaba el combo definitivamente. Para cubrir su plaza  Johnny  reclutó al joven  Chris Ward , rebautizado para la ocasión como  CJ Ramone . Al principio, como es normal, costó que los fans del grupo lo aceptasen pero a lo largo de los siguientes siete años  CJ  llegó a tener un fuerte rol dentro del grupo, llegando a grabar hasta cuatro temas en  Adiós Amigos  (1995), el disco póstumo de  Ramones.