Cuando Bob Pfeifer se empeñó en fichar a Alice Cooper para "su" compañía Epic, hacía una apuesta ciertamente arriesgada: un tipo que acababa de cumplir 40 años, que venía de un largo proceso de rehabilitación por abuso de sustancias diversas, que hacía más de una década de su época gloriosa y cuyos dos álbumes anteriores, tan bien comentados por el colega King, Constrictor (1986) y Raise your fist and yell (1987), no habían alcanzado el disco de oro en los mejores años del hard rock comercial. Pero no se equivocó. Con Trash (1989), que comentaremos por aquí otra semana, alcanzó la gloria mediática y comercial. Esa exposición seguramente le permitió recuperar su estatus de estrella (aunque ha renegado en alguna ocasión del disco, ojo) y tener un presupuesto holgado para su continuación. Hey Stoopid (1991) cuenta con una briosa constelación de estrellas musicales en lo más alto de su carrera por entonces: Steve Vai, Joe Satriani, Vinnie Moore, Mick Mars, Nikki Sixx, Slash, Ozzy Osbourne. Y los mejores compositores también: Desmond Child o Jim Vallance entre ellos.
Pero, sin duda, hay dos personajes que hicieron de Hey Stoopid, para bien y para mal, lo que es: Peter Collins, el productor, y Jack Ponti, componiendo.
Jack Ponti partía peras con un tal John Bongiovi en los primeros ochenta en una banda llamada Rest. Tras una breve y lamentable carrera, separaron sus caminos profesionales (pero no los personales). Ponti montó Surgin' y grabó el muy recomendable When midnight comes (1985). Fracaso. Compuso para diversos grupos a partir de entonces (Babylon AD, Bonfire, Keel) hasta que dio el salto a la producción con Shake your soul (1990) de Baton Rouge, disco fantástico en el que también compone. Su sello característico (melodías, arreglos, coros) llamará la atención de Pfeifer, quien le fichará para grabar y producir el nuevo disco de Alice Cooper. La "compañía" acabó dándole el mando del proyecto a Peter Collins, pero seis de sus canciones conforman la edición de Hey Stoopid.
Peter Collins, pues, se hizo con los mandos de un proyecto demoníaco, con múltiples compositores y músicos entrando y saliendo del estudio. Tipo de larga trayectoria por entonces, sus trabajos ochenteros incluían a Tygers of Pan Tang, Gary Moore, Rush o Queensryche. Grabó con una banda las bases, formada por Stef Burns (Y&T) a las guitarras, Hugh McDonald (Bon Jovi) al bajo y Mickey Curry (Bryan Adams) a la batería. A medida que las distintas estrellas iban grabando sus partes, Collins fue componiendo el puzzle, intentando dar una coherencia sonora al conjunto. Casi lo consigue. Hay que reconocerle un fantástico sonido de batería y un acertado uso de los teclados. Quizá los coros sean demasiado falsos y algunas colaboraciones demasiado ruidosas, pero, qué cojones, eran los ochenta (bueno, un poco pasados ya).
Se editaron tres singles con sus correspondientes vídeos. Hey Stoopid rompió la pana con un vídeo teatralizado muy de moda por entonces, incluyendo una extraña montaña rusa y muchos efectos especiales. El coro a capella abre la canción, sigue una fantástica guitarra y Alice avanza con uno de sus ya clásicos fraseos. "You ain't alone in this ugly town". Suenan en algún momento Slash y Satriani y Ozzy tiene un papel estelar con su "you know, I know" en los coros. El segundo single fue Love's a loaded gun, más emparentado con los sonidos de su anterior Trash, una especie de medio tiempo que se acelera en la parte del estribillo, muy resultón, 100% Ponti. Vídeo peliculero con chicas ligeras de ropa y la banda tocando en directo. El tercero, la explícita Feed my Frankestein (que incluí en esta recopilación sobre rock y felaciones), formó parte de la banda sonora de Wayne's World (1992); en el vídeo la banda toca en directo mientras Wayne y Garth se cuelan en el concierto. La canción fue compuesta y grabada por Zodiac Midwarp and the Love Reaction para su Hoodlum Thunder (1991) y el bueno de Alice le puso su sello (comparte créditos) y juntó a Satriani, Vai y Sixx en el corte.
Ponti, con su colega Vic Pepe, se encarga de cuatro cortes más. Snakebite suena a hard rock fresco desde el riff al estribillo y tiene un buen solo de Burns; compuesta con Kelly Keeling y Lancen Bullen (Baton Rouge). Este rollo hard eighties sigue en Hurricane years, con un guitarrazo de Vinnie Moore, y Little by little (buenísima batería), en este caso con Satriani dándolo todo (ojo a la guitarra quejicosa). La que cierra el disco, Wind-up toy, tiene un punto melódico curioso y se desarrolla como una nana llena de efectos que se rompe en el estribillo, emparentada con los sonidos (modernizados) del Alice de Welcome to my nightmare (1975).
Los Mötley Crüe Nikky Sixx y Mick Mars tocan y componen (junto a Jim Vallance) Die for you, una balada sentida de amor verdadero. Desmod Child vuelve a aportar su granito en la historia de Alice con la prescindible Dangerous tonight (parece un recorta y pega o un descarte de odas mejores) y la agradable Might as well be on Mars, en este caso con Dick Wagner (antiguo colega de aventuras setenteras de Cooper) dando un toque retro y teatral al tema. Sangre joven compone Burning our bed: Steve West de Danger Danger y Al Pitrelli, hasta entonces su guitarrista de directo y director de gira (acabaría tocando en Savatage y Megadeth). Una balada de rollo blusero con acústicas, muy en la honda Cinderella, y estribillo rompecorazones.
En los descartes quedaron It rained all night, también de Child, cara B del single Hey Stoopid, y la versión Fire de Hendrix, cara B del single Love's a loaded gun.
Alice dijo en una ocasión: "Hey Stoopid es mucho más diverso. El álbum Trash fue unidimensional, solo hablando sobre sexo. En Hey Stoopid Alice Cooper presenta una gama de sentimientos. Este álbum es muy romántico en temas como 'Might As Well Be On Mars' y a veces suena muy melancólico". Tampoco esperéis lírica; aquí se viene a follar, a intentar follar o a sentirse solo por no poder follar.
La edición que comparto es la original de la época, imprimida en Indugraf, Alcorón, Madrid. Contiene las letras y los créditos y la horrible portada con una composición de Mike McNeilly fotografiada por Rande St. Nicholas. En la contraportada, Cooper en plan chico malo con un látigo.
Disfrutad del fin de semana: no seáis estúpido/as y ojo con los frankesteines.
Me gusta mucho. De las diversas etapas creativas y existenciales que ha tenido Don Vicente, esta es sin duda la más comercial, ese apelativo que acostumbra a ser peyorativo aunque de una manera objetiva y alejada de prejuicios no tiene por qué ser así. Y es que las composiciones y músicos que encontramos en este disco no tienen mácula. Yo lo tengo en cedé, que si no ya hubiese caído por aquí. Menos mal que has enmendado su ausencia en el blog con esta estupenda entrada. Un abrazo. KING
ResponderEliminarMe alegra haberte alegrado el blog. Este no hacía falta que lo escucharas. Lo tenía pendiente desde hace mil, pero lo iba dejando por eso de traer "rarezas" y "raritos". Un imprescindible, con sus bondades y sus defectos, pero que se escucha de principio a final con mucho gusto. Un abrazo, king.
EliminarNo es que sea uno de mis músicos de cabecera, pero la Bruja me merece todos los respetos. Me ha encantado volver a escuchar este trabajo. Malo no podía salir con este elenco de colaboradores y con la magia de Alice. Buena entrada jefe. Saludos.
ResponderEliminarEs un buen disco, desde luego, deudor del sonido de la época y con el lastre y el premio de la mezcolanza. A mí Alice me gusta mucho, o, al menos, muchos de sus discos. Una carrera tan larga y compleja como la suya, con sus altibajos por las adicciones y, qué remedio, la edad, entrega discos magníficos con otros mediocres. Este está más entre los elegidos. Un abrazo.
EliminarSuper entretenido. No tiene un Poison dentro, pero me quedo con tres canciones sobre las demás: la que da título al disco, que juntando a Slash, Ozzy y Satriana no puede salir nada malo, cojones, el Love is a loaded gun, que a pesar de que está claro que es un intento de hacer otro Poison, me mola un huevo y Feed my Frankestein que, para mi opinión, es la mejor de todas. No se, quizás porque es hipnótica o porque la asocio al Wayne's world. A parte de estas tampoco me desagradan Snakebite y, en pequeño desacuerdo contigo, la de Desmond, Dangerous tonight.
ResponderEliminarTengo pendiente de acercarme a la discografía setentera del amigo Vicentico porque en realidad sólo conozco esta época ochentera tardía (tan tardía que se metió en buena parte de los 90, jajaja).
Ah, me acuerdo que Alice salía como vecino en una telecomedia de los 90, pero no he sido capaz de encontrar en cuál o si lo he imaginado.
Eso de la serie, ni idea. Si lo encuentras chívamelo. Es un buen disco este, muy distinto a los setenteros y también, entre ellos, hay una gran diferencia. Si te lanzas, comienza por los "cuatro grandes" en los que aún eran la Alice Cooper Band. Luego está bien, pero ya es otra cosa. Me alegra que hayas disfrutado (por fin) de uno de mis vinilos ja, ja. Un abrazo.
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