Ir al contenido principal

Barricada - Balas blancas (Polygram, 1992)

 



Seguramente sea este el mejor disco de Barricada; no mi favorito. Canciones compuestas con inteligencia, arregladas con esmero, buen gusto y eficacia, mezclando momentos delicados entre ruidosas capas de guitarras y sabiendo en cada momento cómo hacer destacar el mensaje. Además, una producción de esas que llaman cristalina, donde escuchamos a la perfección todos los instrumentos, las voces, los coros bien empastados. Un álbum para escuchar con auriculares. El cuarteto pamplonica venía de saborear el éxito masivo con su anterior Por instinto (1991) con la canción Blanco y negro como buque insignia, un indispensable de las madrugadas fiesteras. Por entonces, batieron el record de ventas para cualquier banda roquera en español, llevándose los galardones propios de la "industria" aquel año.

Para mantener este éxito, como en aquella ocasión, se marcharon a los estudios Du Manoir, en Las Landas francesas, para encargarse de componer, tocar y producir, con la ayuda de Laurent Lozahic, donde permanecieron un largo verano. Enrique Villarreal "El Drogas" a la voz y el bajo, Javier Hernández, "Boni" a la voz y la guitarra, Alfredo Piedrafita a las guitarras y Fernando Coronado a la batería. La jugada salió bien en lo artístico y en lo comercial. Su disco más vendido, por poco, volvió a sumar un platino alcanzando en su época los 120 mil plásticos despachados. Casi nada. Les permitió ser otro año "lo más" del rock patrio.

Y esto es lo que hay en Balas blancas.

Abre el riff solitario de Conmigo no se juega seguido del estallido sonoro de la banda dando caña buena: "no quiero más de tu medicina/presta atención cuando digo vasta". Canción pensada para los conciertos sin duda alguna, con las voces del fondo gritando. Mezcla bien el toque "Barri" clásico con el moderno. El gran single del disco, Oveja negra, resuena en los altavoces. Canción denuncia del racismo imperante por entonces (igual suena hoy de actual, it's evolution, baby). El corte va acompañando al oyente hasta el estribillo excelente con dos estrofas de melodía repetida, un crescendo que merece la pena "el blanco se pone nervioso y comienza a llenar el cargador". El vídeo utiliza imágenes de las favelas y los prostíbulos de Río de Janeiro (Brasil). Como curiosidad, en Tarifa (Cádiz) grabaron una escena en la que una patera arribaba a la playa; tan real fue el montaje que apareció la Guardia Civil con las sirenas pidiendo los papeles y deteniendo gente. Boni pone la voz en La puerta de atrás, en la que destaca un largo solo de guitarra, unos arreglos intensos y un estribillo que se repite únicamente al final de la canción. Canción sobre el cambio, precisamente de un grupo que había recibido críticas por ello, por evolucionar: "estás cambiando/la vida pasa sin parar/quedar anclado/de nada servirá". Vuelve Enrique en una curiosa ¿balada? de fantástica melodía, No se bien porqué. Comienza con voz y una guitarra, suma la segunda y luego la tercera guitarra, arrastrándose la voz a lo largo de otro corte de estructura rompedora. Una joya: "pierdo la cabeza por poca cosa/todavía te quiero a mi lado". Cierra la cara El mejor de tus días, rítmica, contundentes guitarras, "traicioné mis ideales por cuatro monedas", una canción con final fantástico, a varias voces, experimentando con sus capacidades artísticas.


Los sonidos más añejos, pasados por el tamiz de los años, resuenan al pinchar la cara B en Para llegar a tu cita. Boni rompe culos con esta letra de huída: "pero estoy decidido a que la tormenta me arrastre/así que cojo mis trastos y me voy a buscar otra oportunidad". Las guitarras de la parte central, soberbias. Más cruda, basada en una línea de bajo, suena Tu nombre. De hecho, comienza con la voz y la pareja rítmica, para introducir el tema, entrando después ambas guitarras. Gran trabajo de toda la banda. Rocanrolera estalla Sin poderme controlar, también con El Drogas como protagonista, y una historia de medianoche "qué hago aquí, perdido sin poderme encontrar/cómo pude entrar, no vuelvo a beber jamás". Las risas ya indican la (in)veracidad de la promesa. De nuevo, largo solo (para el estándar Barricada) que da paso a un arreglo sobre voz y batería que, a su vez, conduce al final fiestero. Da igual dónde acabar resulta de las más extrañas del álbum. Boni juega con una aventura amorosa con una desconocida ("extraños en un cajón caliente") en un corte de rock rompedor donde las capas de guitarra se armonizan de manera curiosa. No es un corte popular entre los fanes del grupo, pero técnicamente sea, quizá, de los mejores. Mantiene el pulso aperturista (en cuanto a composición) Romper mi corazón, más cruda, agresiva, donde el teclado (tocado por Michel Coustillas) suena al fondo acompañando la melodía. "Su cuello en mis manos/impulso animal". Este espíritu continúa en Derriba quizá guiado por un ritmo y un riff menos sorprendentes, al que añade un cambio y un arreglo más que interesante.


La edición que traigo es original de época, excelente edición (cómo se nota que había pasta) con un desplegable incluyendo las letras y fotos de los cuatro miembros de la banda y un encarte interior muy colorido. El workart correspondió (otra vez) a Manolo Gil y las fotografías las firma Estudio Tryon de Iruña (Navarra). Tienes una re-edición de este mismo año. 

Buen fin de semana, gentuza.
















Comentarios

  1. Tal vez sea por edad y entorno que Barricada es una de mis bandas paradigmáticas. Entiendo que su mejor época es hasta "Rojo" y que aquí aunque suenan hasta en los 40 principales empiezan una leve (no dramática) decadencia. Me gusta el disco aunque no fue fácil defenderlo en su momento, pero admito que mis Barricada favoritos son otros.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Cómo no! Mi disco favorito es, precisamente, Rojo. Y los disfruté muchísimo aquella época. Este álbum lo defiendo como lo que es, una fantástica obra musical de su género muy bien trabajada y compuesta. La parte emocional, visceral, de aquellas primeras obras prácticamente se ha perdido aquí y apenas apreció en años posteriores, de una manera algo más adulta y elaborada. Gracias por tu comentario. Saludos.

      Eliminar
  2. Barricada ROCANROL. Al igual que Jorge prefiero los primeros Barricada, más sucios menos comerciales. Pero Balas Blancas no deja de ser un pedazo trabajo, más limpio (sonido) y maduro, igual de combativo que siempre, que contó con el beneplácito, muy loable por otra parte de la industria, que le hizo llegar a lo más lejos. La Araña, después de este tampoco me parece un mal trabajo y el resto pues tampoco, de los barri se puede aprovechar todo. Boni eterno. Un fuerte abrazo jefe

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De los Barri se aprovecha todo. Me encantan sus discos del siglo XXI también. Claro que los Barricada más sucios e inocentes de los primeros discos me gusta más, pero este álbum es una joya musical de su género. Después disfruté mucho con Bésame, por ejemplo, o La tierra está sorda. Un gusto leerte por aquí. Abrazos.

      Eliminar
  3. Bueno, pues la verdad es que Barricada nunca me llamaron la atención. Era demasiado rock'n'roll para alguien que estaba más por el hard'n'heavy y otras cosas. En la actualidad tampoco es que me remuevan demasiado por dentro, pero me resultan muy entretenidos de escuchar sin destacar ninguna canción sobre el resto, aunque el único tema que conocía era, obviamente, Oveja negra. Total, que hoy han habido dos discos patrios en el blog y cuatro entradas en total. Todo un record para los tiempos que corren jejeje. Saludos y buen finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con la sequía que llevamos, sequía onanista me atrevería a decir, onanista a dos manos, para más detalle, resulta un maná este viernes. Yo ya me despido hasta el año próximo, como la mayoría, imagino, y acabar así da un subidón. Respecto a tu gusto por la música del género patrio, ya conocida, no espero cambiarla. Menos con un disco tan excelente pero tan particular como este. Si al menos ha sido una escucha interesante, me conformo. Un abrazo.

      Eliminar
    2. ¿Qué es eso de mi gusto por la música del género patrio?, a mi me gustaban Barón Rojo, Banzai, Obús, Sangre Azul, Santa, Jupiter... infinidad. Otra cosa es que me gastase los cuartos en sus discos. Lo de Barrivada no es por patrio, sino por el estilo.
      Por cierto, yo me despediré el último día del año, viernes para el que ya tengo preparada mi reseña. Hay que estar al pie del cañón y dar ejemplo. Un abrazo y feliz Navidás.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Joe Satriani - Flying in a Blue Dream (1989)

Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco.  ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia.  Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas.  En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo.  Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

Surgin' – When midnight comes (Music For Nations, 1985)

  Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Cream - Wheels of Fire (Polygram Records, 1968)

Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.  Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura