Billy Idol estaba a punto de lanzar su nuevo disco Charmed Life. Pero en enero de 1990, salió a pasear con su moto por Hollywood y se saltó un stop. Resultado de aquello: el hueso atravesó los pantalones después de haber destrozado los músculos. Idol reconoció que, si el accidente hubiese ocurrido diez años antes, le hubiesen amputado la pierna, pero consiguieron salvársela gracias a los adelantos médicos. De todas formas, en los primeros momentos en el hospital no tuvo esa preocupación porque la morfina se encargó de hacerle pensar que el mundo es un lugar muy agradable. Luego vinieron tiempos duros de recuperación y rehabilitación. Pero seguro que se le hicieron más llevaderos porque aquel disco tuvo mucho éxito. No tanto como sus anteriores trabajos, sobre todo el Rebel Yell del 84, que fue el que le posicionó como superestrella en todo el mundo. Pero vamos a centrarnos en este trabajo, el primero de Idol sin la compañía de Steve Stevens, guitarrista y coautor de muchos temas de Idol. Stevens es el encargo del solo de guitarra del “Dirty Diana” de Michael Jackson. El caso es que Billy se mudó de Nueva York a Los Angeles tras reconciliarse con su novia Perri Lister. Allí tuvieron un bebé al tiempo que Billy se compró una motocicleta nueva y se aficionó a la actuación…todo ello manteniendo un nivel de consumo de drogas bastante alto. También perdió la batalla de mantenerse fiel a Perri y tuvo un lio con una chica 13 años menor que él a la que dejó embarazada, terminando la relación con Perri. En L.A había conocido a gente de Hollywood y consiguió un papel protagonista en la película “The Doors” de Oliver Stone. Y fue en este punto cuando cogió la motocicleta, un poco pasado de vueltas, y se torcieron, además de sus piernas, algunos de sus planes, principalmente el de la película, pues al final hizo una aparición menor, un cameo. Afortunadamente, tenía prácticamente terminado este Charmed Life, con el batería de sesión y su productor de confianza, Keith Forsey (ganador del Oscar por el tema “Flashdance…What a feeling” y compositor del “Don’t you (forget about me)” que hicieron famosos los Simple Minds aunque estaba pensada para el bueno de Idol) a los mandos.
Una guitarra retumbante abre el lado A en “The Loveless”. La canción se inspiró en la película de 1982 del mismo nombre protagonizada por Willem Dafoe. Billy sintió que era un título apropiado para la canción, ya que describía sus sentimientos de soledad y estar desconectado de todo. No es una pista de rock fuerte para la canción de apertura, pero tiene un buen ritmo y Billy suena genial.
En “Pumping on Steele” nos habla de construir una motocicleta. Con Mark Younger-Smith en la guitarra, hubiese estado mucho mejor como apertura del disco, en mi opinión, gracias a un gran ritmo de batería un potente riff.
“Prodigal blues” es un gran medio tiempo, muy al estilo de su éxito “Eyes without a face”. Fue el tercer single y el video fue rodado cuando Billy estaba prácticamente recuperado, cabalgando en una motecicleta, todo con estética motera a tope y su clásico look copiado en la maravillosa “Buffy cazavampiros” por el vampiro Spike.
Toca el turno al segundo single, una versión del clásico de The Doors, “L.A. Woman”. En esencia, sigue el patrón de la original, quizás un poco más densa y con un final más psicodélico. El propio Billy dijo de ella: "Hicimos una versión muy acelerada, impulsada por la cocaína, que se aceleró un poco diferente a la versión original de Doors, que era un boogie de piano honky-tonk de bar un poco más lento". En el video rodado para la canción, se puede ver a Billy cojeando y con bastón, en las primeras etapas de su recuperación. La última canción del Lado A es "Trouble with the Sweet Stuff". Una canción de antorcha épica de 6 minutos con un trabajo de bajo serio y un gran trabajo de guitarra. Un rock de ritmo un poco más lento con algunos coros femeninos y una melodía fantástica en general. Billy está admitiendo su amor por ... bueno ... por las cosas dulces y su adicción al sexo, creo. Quizás la que menos que gusta del disco, todo hay que decirlo.
Y comienza la cara B con “Craddle of love”, uno de los mayores éxitos de Billy. La canción era para la película de Andrew Dice Clay, "Las aventuras de Ford Fairlane". Trata sobre una gran cantidad de rockeros “asaltacunas” como Jerry Lee Lewis. Es un clásico made in Billy Idol y tiene todo lo que sabes y amas sobre su sonido, incluso un pequeño tufillo a pop comercial. Demostró que podía hacerlo sin Steve Stevens, diablos, y la canción llegó al número 2 en el Billboard Hot 100. Mención aparte su incónico video, dirigido por David Fincher, y que fue un cambio de planes tras el accidente de Billy. De hecho, Idol apenas sale en él. Y sus secuencias se rodaron de forma que pareciese que él se movía cuando, en realidad, lo hacía la cámara. El video trata sobre una joven adolescente que seduce a un hombre de negocios y se convirtió en un icono de los últimos estertores de la década de los 80.
“Mark of Cain” es hipnótica y con tintes electrónicos, quizás enseñando lo que que Idol haría en los 90. Sigue “Endless Sleep” que es otro cover, esta vez es una teenage tragedy de los 50's. La canción fue originalmente grabada por Jody Reynolds en 1958. Billy moderniza el sonido, pero mantiene un ambiente que es a la vez hermoso e inquietante. Es una canción interesante. Luego se acelera el ritmo con "Love Unchained", corte con un buen ritmo, pista bailable. Un solo de guitarra y mucho gruñido y actitud de Billy. Al estilo Simple Minds.
"The Right Way" es otro gran corte. Desde la ametralladora de la caja de apertura al principio hasta el riff de guitarra y la gran entrega vocal de Billy, la canción resuena y mantiene el tren en marcha con un buen momento.
Y finalmente llegamos a la última pista, “License to Thrill”. El álbum termina con un gran trabajo de guitarra, teclados asesinos y Billy en estado puro gritando en las voces. Una forma genial de terminar el álbum. Acción sin parar y emoción a raudales.
En definitiva, un álbum de rock entretenido. No vamos a ponerlo en un altar, pero para pasar una tarde agradable, da más que de sobra.
En la siguiente década, Idol intentó desmarcarse con Cyberpunk, un fracaso comercial con sonidos muy industriales del que sólo se salva el “Shock to the system”. Ya en el nuevo siglo, rehaciendo su vieja amistad y colaborando con Stevens, ha publicado dos álbumes bastante flojos y se ha centrado más en las colaboraciones con otros artistas (como Miley Cirus)
La verdad es que soy más fan de Steve Stevens y de los temas más conocidos de este con Idol que de la carrera de Billy en general, al que no he seguido demasiado. De hecho, no recuerdo si había escuchado este disco en particular. Pero lo he encontrado muy disfrutable, vamos, que me ha resultado agradable y entretenido aunque no me lo vaya a apuntar en la lista de deseos. Sin embargo, hoy has tenido la ayuda de Tina, que con su propuesta de la semana ha conseguido –después de la ineludible escucha de su vinilo– que un álbum de pop-rock tardochentero/noventero blandengue y con exceso de sintetizadores como este me haya parecido una obra maestra del copón. No está Steve pero el tal Mark Younger-Smith cumple aceptablemente. Así que, te doy las gracias por haberlo subido precisamente esta semana. No sé qué hubiese sido de mi si tu propuesta hubiese sido otra menos atractiva jejejeje
ResponderEliminarMe alegro que hayas pasado un buen rato, sea cual sea la razón. No es lo más rockero pero se deja escuchar.Hacer una versión de los Doors y que te quede bien, tiene mucho mérito. Por ejemplo, sólo me gusta esta de Idol y la que hizo Jeff Healy del Roadhouse blues. Yo lo compré por esa y, claro, por el Craddle of Love. Un abrazo y buen finde.
Eliminar¡Qué buenas entradas te marcas, Dani! No controlo los discos de Idol pero siempre me ha gustado, de hecho conocía casi todos los temas que has compartido pero no sabía a qué disco pertenecían. Me ha gustado mucho tu aportación. Buen finde, un abrazo!!!
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado. El personaje da para muchas historias pero me he centrado en la época del disco. Qué bien verte por aquí!!!
EliminarMe temo que esa va a ser mi aportación después de este tiempo jajajjajajajajaaja
ResponderEliminarQué aportación? El comentario mísero a mi maravillosa entrada? O lo de Tangana? Jeje. Sea lo sea, te queremos por aquí
EliminarLo de Tangana, ay! jajajajjajaa
EliminarBueno. A ti te gusta y ya está. A mucha gente le gusta y a otra gente no. Es lo que hay.Mientras nos regales tus letras por aquí, como si escribes de Chimo Bayo.
EliminarHombree, un disco que no he escuchado en mi vida, sí señor. Lo cierto es que el cover de L.A. Woman me parece muy lograda, y me ha dado ganas de escuchar el artefacto entero. Me gusta mucho el background que creas del momento en el que se graba el disco, sobre todo cuando encima no tengo ni idea del disco en cuestión. En fin, un abrazo Dani!
ResponderEliminarDale una oportunidad porque, al menos la mitad del disco, se adecua a lo que te puede gustar. Como le comenté a Tina en Twitter, tenía algo escrito y buscado cuando hablé de Billy en una serie de entradas sobre rockeros accidentados en moto. Así que, lo aproveché y así cambiar mi típica estructura de contar alguna anécdota personal, que ya cansa, jaja jaja. Un saludo.
EliminarQue bueno. La verdad es que de chaval escuchaba mucho a Idol y le perdí la pista después. Tenia una casette que me hicieron con canciones sueltas del Rebel Yell y la quemé. Tu entrada me ha dado ganas de escucharle de nuevo con oídos adultos!
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