Parece que fue ayer cuando estos suecos se colaron a mitad del año 87 en las listas de éxitos de medio mundo con el famoso "tinonino" (sí, The final countdown, que garrulamente traducíamos "el condón final/the final condon", ahí lo dejo). Decía, pues, que ya han pasado treinta años de aquel pelotazo y las giras mundiales que después vinieron y las docenas de números uno. Pero antes, Europe era un grupo de chavales jóvenes que ganaron en 1982 un concurso de la televisión pública sueca (Rock-SM, algo así como "Swedish Rock Championship"), se hicieron famosillos en su tierra y grabaron su debut, llegando al top 10 en Japón y Suecia. Casi nada. El año después grabaron con más medios este Wings of tomorrow. El single Open your heart llamó la atención de la compañía CBS que les ofreció un contrato a nivel mundial y a partir de ahí todo es Historia de la música moderna.
La banda la formaban Joey Tempest a la voz y los teclados, John Levén al bajo, John Norum a las guitarras y Tony Reno a la batería. Poco después de grabar incluyeron a Mic Michaeli a los teclados para los direcots y Ian Haughland llegó como nuevo batería, conformando el line up que grabó el aclamado The final countdown.
El disco contiene una colección de canciones de un grupo en formación, con la juventud compensando las carencias que cura la experiencia y un excelente trabajo de guitarras, en general poco agraciadas por la producción. Tempest compone todas las canciones con ayudas puntuales de Norum y Jacobs. El inicio con Stormwind y Scream of anger es demoledor, guitarras rápidas y buenos estribillos, con excelentes solos. El medio tiempo Open your heart tiene un punto melódico clásico, nada moña. Sigue Treated bad again, con un tufo hard rock americano nada escondido y cierra la cara A el instrumental Aphasia, donde Norum muestra el talento que estaba desarrollando.
La cara B comienza con el tema título, Wings of tomorrow, de riff rabioso, cambios en el puente y el estribillo, buen tema pero con una producción y unos arreglos que lo desmerecen. Demuestran que el hard rock al estilo Thin Lizzy es lo suyo en las siguientes Wasted time y Lyin' eyes, donde las armonías suenan mejor, el ritmo acabalgado y el riff encajan y los temas resultan, incluyendo un solo muy Malmsteen. Tempest canta con tanta rabia como melodía. No podía faltar la balada heavy, Dreamer, con piano y arreglo de orquesta, buena estructura y conducción hasta el clímax del estribillo para mecheros al aire. El cierre con Dance the night away vuelve a ser veloz, quizá el tema más rápido, pero sin perder ese poso melódico que fueron desarrollando en años posteriores.
La edición que traigo es la edición internacional de CBS con el sello Hot International, prensado en Holanda. Contiene las letras, los créditos y unas cuantas fotos en directo. El disco suena muy bien.
Pasad buen fin de semana y darle al hard rock hasta que no os quepa más en el cuerpo.
Uno de los que tengo pendientes para hacerme con él. Ochentero a tope.
ResponderEliminarDesde luego, con un sonido "sucio/malo/cutre" por momentos, no sé si por la mezcla o por la propia producción muy parecido a otros discos iniciáticos de bandas alemanas, por ejemplo. Igual los criados en aquellos años tenemos hecho el oído y apreciamos más estas joyitas.
EliminarMira que les tenía manía en su momento... y con el tiempo les he cogido cariño. Un abrazo
ResponderEliminarHay mucho prejuicio con estos suecos pero son buenos músicos en estudio y en directo. Abrazo de vuelta.
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