Tan solo una semana después de finalizar el monumental Purple Rain Tour 85-86, Prince anunciaba la inminente edición de su nuevo álbum Around The World In A Day. Warner esperaba igualar, e incluso superar, las ventas del ultra exitoso Purple Rain pero seguro que, tras las primeras escuchas del nuevo trabajo del príncipe de Minneapolis, a más de un ejecutivo de la compañía discográfica se le debió quedar la sonrisa congelada.
De nuevo todos los temas estaban escritos, producidos, arreglados e interpretados por Prince junto a The Revolution, su banda habitual en ese periodo.
Los sonidos de flautas, chelos, lauds y demás instrumentos folclóricos nos abren las puertas al particular universo Prince, que nos invita a abrir nuestros corazones y nuestra mente hacia un místico viaje alrededor del mundo. El tema fue compuesto junto a Lisa Coleman y John L.Nelson (padre de Prince) con claras influencias de los Beatles más psicodélicos, época Magical Mystery Tour, aunque Prince siempre lo negó.
Paisley Park es una representación onírica del mundo según Prince, cuyos habitantes viven en profunda paz y todos son bienvenidos. El tema dará nombre a su estudio de grabación privado.
Condition Of The Heart es una de esas baladas tan sentidas de Prince que, en directo (aunque sólo solía tocar una parte en piano), era uno de los momentos más emotivos y melancólicos.
Raspberry Beret es la canción más conocida del disco. Un tema refrescante y netamente pop donde Prince mezcla el sonido Minneapolis con la orientación psicodélica que estaba tomando.
Tamborine es un tema de aires funk un tanto experimental, con toques jazzeros, repleto de contra-ritmos y falsetes imposibles.
America es una crítica mordaz a los políticos americanos con un Prince que se luce a la guitarra, tanto en el riff como en los solos.
Pop Life es otro de los temas más conocidos del álbum. Una canción kitsch, naïve…pura magia marca de la casa. Cómo anécdota en este tema hay una interrupción central en la que se oye a un eufórico público gritando. Se dice que este audio pertenece a los abucheos que Prince recibió por parte del público de los Rolling Stones, a los cuales teloneó en 1981. De todos modos el repentino corte en medio del tema estropea un tanto la canción, aunque esto es sólo una apreciación personal.
The Ladder es un medio tiempo religioso de aires góspel, coescrito de nuevo junto a su padre.
Con Temptation, Prince tiene una conversación con Dios en que se dirime de tanto pecado carnal (“love is more important tan sex”, asegura un Prince totalmente desquiciado al final de los más de ocho minutos de odisea celestial). Prince desgarra aquí la guitarra al más puro estilo Hendrix, mientras que el saxo de Eddie M. le da un cierto aire burlesque al tema.
Prince siempre aseguró que hizo este álbum para deshacerse de la gente que compró Purple Rain, pero que no eran fans de verdad. Warner tampoco se volcó excesivamente en la promoción del disco. Todo ello propició que las ventas no fuesen las deseadas. Poco importa. Parte de la crítica musical aplaudió el retorno del Prince más íntimo, personal y arriesgado. Sólo un artista como él podía hacer un disco tan opuesto a lo que se esperaba y salir más que victorioso de la hazaña.
Bonito álbum. Musicalmente no tengo el gusto de gustarme Prince, pero intentaré darle una escucha a ver si ablando mi oído. Hoy estoy un poco heavy de todos modos. Un abrazo.
ResponderEliminarLa edición del disco parece cojonuda. En cuanto a su interior y fiándome de tí, le echaré un vistazo. Regalé a un amigo el Purple Rain y me hice una copia que sonó y mucho en casa en aquella época. Será un buen momento para retomar a Prince. Excelente propuesta. Saludos
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