Amigos, la verdad es que no supone ninguna sorpresa que os hable de Twisted Sister. En este mismo espacio ya os comenté no hace mucho que me había hecho con una reedición en vinilo rosa del Come out and play, tengo el Stay hungry original y hace algunos años me compré en cedé el recopilatorio de grandes éxitos Big hits and nasty cuts, del que os di cuenta aquí. Pero, en la reciente edición de la Feria del Disco que tuvo lugar en Barcelona el mes pasado, me hice con el primer elepé de los neoyorquinos, este Under the blade que hacía tiempo que perseguía.
Sin embargo, en lugar del original de Secret records de 1982, me compré la remezcla que –con un tema extra– reeditó Atlantic records para exprimir aún más la gallina Twister Sister tras el enorme éxito de su Stay hungry. Y es que, como versa el proverbio bíblico, nadie es profeta en su tierra, algo de lo que ni Snider y compañía se salvan. Quizás por ello, una banda que había ganado su reputación por los bares de New Jersey y Nueva York, vio como eran descartados por discográficas como Atlantic –sí amigos, los que luego se tragaron sus palabras– y tuvo que emigrar a la Gran Bretaña, firmando con un antiguo sello punk. Allí tuvieron cierto éxito por la escena underground, lo que les llevó a fichar por la mencionada Secret records e incluso telonear a Motörhead. Su álbum de debut lo produjo Pete Way –bajista de UFO que por entonces estaba a punto de dejar la banda que había co-fundado doce años antes– en East Sussex, entre los ICC studios de la playera Eastbourne y la tranquilidad de una granja de Ashburnham con los RAK Mobile studios. Para ello contó con la formación que, a partir de ese momento, se considera como la clásica de la banda: Dee Snider –compositor de todos los temas– como vocalista, Eddie “Fingers” Ojeda y Jay Jay French a las guitarras y coros, Mark “The Animal” Mendoza al bajo y coros y A.J. Pero a la batería. Por cierto, “Fast” Eddie Clarke, con quien Way formó más tarde Fastway, colaboró con los Sister en uno de los temas. Se da el caso que quien produciría los dos primeros álbumes de Fastway sería Eddie Kramer, quién había producido el primer single autofinanciado de Twisted Sister.
Total, que Secret records sacó a la calle Under the blade en 1982, con una producción pésima que, pese a todo, otorgó a Twisted Sister una presencia en las tiendas y en televisión que hizo que Atlantic reconsiderase su postura inicial y se decidiese por ficharlos, editando You can’t stop Rock’n’roll (1983) y Stay hungry (1984). El gran éxito de la banda en los Estados Unidos provocó que la discográfica recuperase el primer elepé del grupo y se ofreciese para relanzarlo, aunque se negó a hacerlo con el sonido original. El encargado de realizar las remezclas fue Mark Mendoza, que junto al ingeniero Danny McNerney se metieron en los neoyorquinos Bolognese studios para hacerle un lavado de cara a las grabaciones.
El disco final incluía una remezcla del primer single del grupo, I'll never grow up, now!, producido en 1979 –como os he dicho antes– por Eddie Kramer, en el que tocaba la batería Tony Petri. Total, que con fotografías de Fin Costello –portada y contraportada son ligeramente diferentes a las originales, pero corresponden a las mismas sesiones– Under the blade re-mixed contiene el siguiente track list:
A
What you don’t know (sure can hurt you)
Bad boys (of Rock’n’roll)
Run for your life
Sin after sin
Shoot ‘em down
B
Destroyer
Under the blade
Tear it loose
I’ll never grow up, now!
Day of the rocker
Lo primero que nos encontramos al depositar la aguja sobre la primera cara del vinilo es What you don’t know (sure can hurt you) y ese inicio inolvidable que es toda una declaración de intenciones, “Good evening!, welcome to our show”, el comienzo del elepé enfocado como una actuación de esta banda bregada en clubs y bares de la peor ralea, un tema perfecto para tomar contacto con Snider y compañía, hard rock punk glam que una vez te atrapa no puedes dejar de amar. Tras los guitarrazos de Jay Jay y Eddie y la batería machacona de A.J. del primer trallazo, llega Bad boys (of Rock’n’roll), otra estupenda canción en la que los Sister bajan un poco el ritmo demostrando que también son una banda con querencia por la melodía y los coros sin que eso les reste potencia. Un riff grueso nos introduce en la estupenda Run for your life que tiene un inicio lento que al poco nos transporta a un rápido y hard rockero tema de estribillo pegadizo. Sin after sin es otra canción en la que –como en todo el álbum–, además de la omnipresente y personal voz de Dee y las potentes guitarras de Ojeda y French, el protagonismo se lo lleva un incansable A.J. Pero golpeando la batería con energía. Y sin descanso llega Shoot ‘em down, otro de los himnos imprescindibles de unos Twisted Sister que, pese a tener innumerables fans entre los que me cuento, creo que no consiguieron el estrellato que merecieron y fueron más conocidos por el gran público por sus singles más comerciales en lugar de por sus temas más duros. Joder, ¡si hasta los han versioneado Dimmu Borgir!
La cara B se inicia con la arrastrada Destroyer, otra de mis favoritas de la banda, que sirve de preámbulo a la fantástica Under the blade, el tema título del álbum y otro de los imprescindibles de la discografía de los neoyorquinos. Se trata sin duda de uno de los álbumes de debut más completos y llenos de calidad de los años 80 que conozco, una obra en la que no sobra ni una sola canción y en la que los himnos se suceden uno tras otro. Y por si la colección de temazos disfrutados hasta el momento no fuese suficiente, llega la rápida y cañera Tear it loose, puro heavy metal. No sé vosotros, pero yo no puedo estar quieto –ni callado, qué narices– mientras la escucho. Es precisamente la que contiene la colaboración de Eddie Clarke. La siguiente, otra de las tonadas conocidas de los Sister, I’ll never grow up, now!, ya había sido editada como single a finales de los 70, pero no pertenecía al Under the blade original de Secret records y es el bonus track que Atlantic incluyó en su reedición del álbum. Tiene ese sonido hard rockero setentero de corte clásico, con coros, típico himno de club coreable. El punto final a esta dignísima obra que he tardado en conseguir pero que al fin consta en mi colección es una rockera Day of the rocker que hace honor a su título y que con sus estupendas guitarras nos trae ramalazos de hard blues rock.
Para que estéis contentos, os adjunto cinco temas, en su versión en directo en la edición de 1982 del Festival de Reading.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
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