Reconozco que me cuesta mucho emocionarme con un álbum de un grupo viejo, más si ha sido (o sigue siendo) de mis preferidos o tengo alguno de sus discos entre mis favoritos. Pero cuando ocurre, me desboco, me entrego al placer de recuperar sabores añejos (como buen güisqui). Escape from the shadow garden de Magnum lo ha conseguido. Parece increíble que tras casi 40 años de carrera y 17 discos oficiales, Magnum se destapen con esta colección de canciones: absolutamente maravilloso. Las composiciones de Tony Clarkin, su guitarra, los impresionantes arreglos, la producción cristalina, bien mezclados todos los instrumentos y la guinda de la tremenda voz de Bob Catley.
El comienzo de violines y teclados no es más que un adelanto del protagonismo que estos instrumentos tienen en un tema roquero como Live 'Til you die, excelente guitarra y arreglos orquestales, buen estribillo y gran final, pero sobre todo gran trabajo de teclados a cargo de Mark Stanway. Unwritten sacrifice también abre con piano y sintetizador creando ambiente para otro memorable tema. Falling for the big plan evoluciona hasta un estribillo de lo mejor que he escuchado últimamente, pegadizo, con garra, melódico; el tema abre suave, sobre un piano, desarrolla un puente que te prepara y luego boom, se te escurre en las orejas y ya no te abandona.
En Crying in the rain comenzamos a roquear al estilo Magnum eighties y suena jodidamente bien, como también Too many clowns y Burning river, puro hard&roll. En ambas la guitarra se come a los demás instrumentos, cobra protagonismo y se agradece. Tony Clarkin demostrando a qué juega. El bajista Al Barrow y el batera Harry James por fin se desmelenan un poco; mantienen un buen nivel aunque siempre en segundo plano.
A estas alturas queda claro que Bob Catley sigue manteniendo, al menos en estudio, su magia, un vocalista al que nunca se le hace justicia pero que mantiene su feeling genuino y una capacidad para mantener la melodía sensacional (aunque en ocasiones se notan los años, sobre todo en los agudos, pero no desmerece en ningún momento). Y en los más de siete minutos de Midnight angel demuestra cómo hacer grande una canción sin recurrir a excesos, ideal para escuchar viajando en tren sobre un inmenso campo helado, te pone el vello de punta la melancolía heroica que destila. Sigue la emoción con piano y voz en The art of compromise (¡qué buena letra!), la guitarra nos lleva poco a poco al crescendo del fantástico estribillo y a uno de los mejores solos del álbum.
Don't fall asleep y The valley of tears coronan un álbum inspiradísimo, donde todo ha encajado a la perfección, donde no hay tema malo, donde cualquier amante del género saldrá satisfecho y quien nunca se ha parado a escuchar a Magnum tendrá que sentarse un rato y disfrutar.
El vinilo, además, es una preciosidad. Con una portada y un artwork a cargo de Rodney Mathews (Asia, Nazareth), todo bien envuelto, un estupendo regalo. Vinilo doble de azul translúcido. Fundas interiores con las letras y los créditos. Ilustraciones y fotos de la banda. Incluye una copia del álbum en cedé (nada de descargas digitales cutres). En fin, un buen paquete para un buen envoltorio.
Pasad buen fin de semana.
Qué bonita edición, en ese azul. Voy a escucharlo un rato.
ResponderEliminarLos vinilos son espectaculares y la edición muy chula. El contenido ya va en gustos, pero lo explico muy clarito, jeje. Un abrazo.
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