Ir al contenido principal

Sôber - Retorcidos CAJA con Torcidos (1997) y Retorcidos (2024) (Dromedario Records, 2024)

 





PREFACIO: si sueles escuchar los discos que traemos al blog, ya lo hagas antes o después de leer la reseña completa, en este caso te voy a recomendar escuchar en primer lugar el disco titulado Torcidos y luego el Retorcidos. Y si quieres ir un paso más allá, como yo, tengo una playlist en la que he puesto cada tema original seguido del nuevo, y así poder comparar. Os dejo los links de Spotify

Torcidos :

https://open.spotify.com/intl-es/album/2BjYJOHBj9gkAIJkayvAnD?si=3vpiqCFkREKBDRQ-D2FInA

Retorcidos:

https://open.spotify.com/intl-es/album/1j7u9O4hKLsvA9blKtjv7A?si=OxXSU8oYR2q5P6XRicmOMA

Playlist con los dos discos entremezclados:

https://open.spotify.com/playlist/5dDePdT5UMMlqznqpjOLMC?si=o2Zo_gdIROWs3aAwkEiVIw&pi=kE0V5mebTteip

 

 

 

La primera entrada que hice para este blog, hace ya cinco años y medio, como poco, fue para el grupo madrileño Sôber y su Letargo (aquí). Y aunque a principios de este 2024 los volví a traer de visita al blog con su Paradÿsso (aquí) y puede saturar un poco tanta presencia, sobre todo a ciertos oídos, he decidido que, cien entradas más tarde, debían ser los protagonistas de mi colaboración 101 en el blog. Y como he llegado a la centena, siento que tengo ciertos privilegios (quizás la expresión correcta no es privilegio y sería mejor decir que creo que ya puedo hacer lo que venga en gana, que me lo he ganado jeje) que me permiten ciertas libertades. A partir de ahora, me atreveré a hablar de discos especiales para mi pero que quizás no sentía que encajasen con los gustos generales (qué tontería). Y también haré alguna vez trampas, como hoy, que voy a hablar de dos vinilos distintos, como si estuviese hablando de un disco doble. Porque sí, este Retorcidos del que quiero hablar es una actualización del primer disco de los Sôber, cuando incluso no se llamaban así, titulado Torcidos. Y voy a hacerlo porque en la versión que me regalaron, además de otras sorpresas, los de Alcorcón tuvieron a bien de meter ese primer disco también en vinilo.

Como son dos discos de los que voy a hablar, me va a salir una entrada larga, intentaré resumir todo lo que pueda. Como siempre, empiezo con mis vicisitudes personales. Sôber los conocí allá por el año 2002, como ya os conté aquí. Y los vi en directo en unas fiestas de Palencia y desde entonces no salieron de mi banda sonora particular. Hace poco volví a verlos en directos en mi pueblo, en Móstoles, con la gira en la que celebran 30 años de carrera, que ya vi en La Ventas en su inicio. 

 


En su momento, tras descubrirlos, lógicamente escuché su música anterior. Mi amigo Maestre me prestó sus dos primeros Cd´s como Sôber: el Morfología y el Synthesis. Así como el que sacaron con el nombre Sôber Stoned, titulado Torcidos. Y nunca entendí por qué este primer trabajo, el Torcidos, tuvo tan poca repercusión y nunca escuchaba canciones de él en directos o en recopilatorios porque a mi me gustaba. El caso es que, como conté en la reseña del Paradysso por qué: resumiendo, fueron engañados o estafados por Polygram que invertía 9000 euros para la grabación que se hizo con pocos medios, incluso los timbales se tuvieron que añadir a posteriori, producido por Luis Fierro, uno de los estafadores, para mezclarlo todo en los estudios de Juan Pardo. Mezcla que tuvo que hacer un inexperto Jorge Escobedo con un joven ingeniero de sonido. Con los escaso medios, es de alabar que saliera lo que salió. Pero el grupo nunca estuvo contento con aquello. Y, para terminar, la discográfica pidió a la SGAE un adelanto de los derechos de autor por la cifra de 9000 euros: en el fondo, se lo pagaron todo los chavales músicos que, además, quedaron esclavizados pagando la deuda adquirida a la nueva discográfica que le compró los derechos a Polygram, aunque ese primer trabajo se lo tuvieron que autoditar ellos. Tras ese enorme disgusto recortaron su nombre artístico y se olvidaron, consciente o inconscientemente, de aquel primer trabajo. Ah que no os he contado cómo se formó el grupo en su momento. Pues la típica de estos casos: un anuncio en una tienda de instrumentos. Carlos Escobedo, que venia de tocar con Habeas Corpus, cercano al hardcore, escribe: “Se ofrece bajista. Influencias: Stone Temple Pilots, Pearl Jam, Soundgarden, Nirvana”. A ese anuncio contestó el guitarrista Antonio Bernardini, que tenía influencias de Faith No More, Jane’s Addiction y Systers of Mercy, que tenía un grupo llamado Librería espiritual que se había quedado sin bajista. Al poco el cantante también se fue y Carlos se hizo el dueño de las voces. En la batería, Elías Romero. Al poco el hermano de Carlos, Jorge, guitarrista del grupo hardcore Nameless, se une a ellos para probar qué tal sonarían con dos guitarras. Y dieron en el clavo porque a la más metalera forma de tocar de Jorge se acoplaba perfectamente la más solemne de Antonio, redondeando el sonido con el bajo de Carlos. Antes de meternos en harina con la música, terminar con la explicación del nombre del grupo. Sôber Stoned es una contradicción, una mezcla: sobrio y alocado. Una traducción como Sobriamente ido. Nunca surgió como homenaje a Tool y su canción “Sôber”. Les pareció un gran nombre para una banda que cantaba en inglés…hasta que el cantante Frank T los vio en concierto y les recomendó cantar en español…y de repente todo empezó a fluir.

Este álbum Torcidos está inspirado, en cierto modo, en la temática de Los renglones torcidos de Dios, la novela de Torcuato Luca de Tena, publicada en 1979 que comienza con la entrada de una mujer en un psiquiátrico. Las letras, escritas entre Carlos y Antonio hablan de sentimientos, sensaciones, del mundo interior de la persona al entrar en el sanatorio. O a lo mejor es sobre la desubicación y desaliento de la propia banda al no encajar con los grupos heavys, aunque se les metiese en el mismo circuito. Son canciones oscuras que inciden en dualidades como la locura y la calma, el amor y el odio, las luces y las sombras.

Siempre me chocó la apertura que eligieron para su primer disco. Un ejercicio propio de un grupo consagrado, que ya está cansado de hacer siempre lo mismo y mete cosas nuevas y rompedoras con su música normal. Lo típico que suele hacer un artista que ya está de vuelta de casi todo. Pero estos chavales debutaban y cogen y se desmarcan con un tema de inspiración árabe y flamenca, usando un violín, un sitar y voces árabes (Adel Hakki)  y titulado “Amosis”, como el faraón egipcio. ¿Pero qué cojones es esto para abrir un disco de metal de un grupo de chavales que no llegaban a los veinte años y que no habían grabado nada antes? Ahora es hablar con ventaja, pero en ese momento debió ser una pista para intuir que iban a llegar lejos y conseguir coronar muchos picos. “Vuelve a nacer” ya es cañera. Mucha gente dice que suenan como Pearl Jam. Quizás se fijan en la voz y que, en este disco, Carlos tiene un registro lejanamente parecido a Eddie Vedder. Pero la música está más en la línea de los grupos que he comentado por ahí arriba, suenan más pesado que Pearl Jam y a la misma vez, con un tempo más acelerado. Ya aquí podemos escuchar que suenan más sucio que lo que estamos acostumbrados en los discos posteriores de Sôber, y no creo que sea sólo por la poca calidad de la grabación: es un sonido mucho más cercano a como suenan en directo, incluso ahora mismo. Es posible que la mala experiencia en la grabación de este disco les haya creado el trauma de que todos sus discos posteriores tienen que sonar perfectos. Y con esa perfección a veces pierden su esencia que recuperan en los directos. “Siervo de su esclavitud” es un trallazo con el trabajo fantástico de las dos guitarras. “¿Dónde está mi paz?” recuerda a Soundgarden o Silverchair y es donde más parecido encuentro a Carlos a Vedder en la forma de cantar, sobre todo en el puente. Y lo que me llama la atención es cómo van perfilando su futuro: música dura, pesada y contundente pero intentando encajar una voz mucho más melódica aunque se entiendan peor la letras que en sus futuros trabajos. En “Oscura comunicación” me recuerdan más a los Faith No More con los cambios de entonación de Carlos y los toques metaleros. Cierra la cara A con “No poder” que abre con guitarra acústica para desmelenarse a continuación, aceleración a tope. Me hace gracia que canten, “ahora que soy viejo”…¡pero si casi eran menores de edad!.

Le damos la vuelta al plástico y nos encontramos con “Brazos altos, caras bajas” que es ¿una balada? Estamos hablando del debut de una banda de rock en el año 96. Y ahora está muy de moda, porque lo ha hecho Robe Iniesta, lo hacen otros rockeros en sus directos, como Ramoncín. Pero van ellos, hace 30 años y meten un violín en un tema de metal. Más adelante, el grupo burgalés Cronometrobudú hizo su seña identidad el violín eléctrico en sus discos metaleros. Como la apertura del vinilo, me parece que hay que destacar cómo unos chavales nuevos en el pueblo hacen cosas en su primer trabajo que otros no se atreven a hacer hasta mucho más tarde. Pasamos a “Hijos del miedo” de temática religiosa, con un riff muy curioso y estridente, para acelerarse hacia la mitad y volver a bajar el tempo. “Dos caras” es más pausada, el riff de bajo ayuda a ello. La furia de “Profundo malestar” nos golpea tras un inicio de ruidos entrecortados. En “Nos hizo de menos” Carlos endurece su voz en el estribillo para encrudecer el sonido del tema. Y terminamos con “Clavos” vertiginosa y acelerada en su inicio, de nuevo con temática religiosa, donde se sienten abandonados por Dios.

Ahora nos toca hablar de la regrabación durante este 2024 de Torcidos, con el nombre de Retorcidos. Con toda la tecnología de hoy en día, con todos los conocimientos del grupo. Es más una reinterpretación que una regrabación. Pero si partimos de una fantástica base, sólo va a dar por resultado un disco igual de fantástico. Aunque ya os adelanto mi sensación: ganamos en sonido, perfección y calidad, pero perdemos en calidez, emoción y sentimiento. Eso sí, si no has escuchado primero el Torcidos, este Retorcidos también lo tiene todo para volarte la cabeza.

Comencemos con este remake y casi reboot. Las referencias a las canciones antes reseñas queda implícita. Comienza “Amosis” de una forma más sinfónica y más apoyada en la electrónica y pierde la voz y el sitar. Menos arabesca y que ahora usan para abrir sus conciertos. Pasamos a “Vuelve a nacer”, con la colaboración en la guitarra de Alberto Cereijo, de Los Suaves, y que le da un aire más heavy metal. Oye pues la nueva capa de pintura no queda nada mal. “Siervo de su esclavitud” crece mucho. La colaboración de Pablo García, de Warcry, en el break también le da ese barniz de grandeza y sentimiento. Me gustan las voces dobladas en el estribillo. Hablando de las voces, ya no tenemos ese parecido que decíamos antes con Vedder. Ahora Carlos canta como Carlos. “Dónde está mi paz”, canción que ya regrabaron de forma fantásticamente oscura en el maravilloso Synthesis de 2001, ahora es mucho más stoner pero el estribillo y el puente pierden algo. De las tres versiones de este tema, me quedo con la de Synthesis, pero imagino que es por el cariño a este disco. “Oscura comunicación” es un pelotazo marca Sôber con el sintetizador de Javier Blanco en el break. Y cerramos la cara A con “No poder” donde se nota la mano de Kolibrí Díaz, de Marea, que le da ese toque hardrockero. Me parece una de las mejores, aunque perdamos la autenticidad del casi gallo de Carlos cuando cantaba “el no poder seguir así…

Venga, vayamos a la última cara con una satisfacción mal disimulada de que no han destrozado las canciones y que han crecido, a su modo, en el estilo Sôber. Charly López de Bon Vivant y Magö de Oz, abre con su violín este precioso tema que estaba claro que iba a ir de cabeza a su setlist en directo: “Brazos altos, caras bajas” es un medio tiempo melódico y épico que ya en su primigenia versión emocionaba. Con más mala leche de despachan en “Hijos del miedo” con un riff contundente, un estribillo pegadizo y con la colaboración de José de CastroJopi” en el solo de guitarra. No creo equivocarme mucho si estas dos primeras canciones junto con la última de la otra cara son el punto álgido del disco. Las programaciones de “Dos caras” se compensan con la aportación de Davish G Álvarez, de Angelus Apatrida en el cortante solo de guitarra. “Profundo malestar” comienza demasiado electrónica, aunque luego rehace el vuelo y gana agresividad. Guitarras acústicas para abrir “Nos hizo de menos”, con un remedo de rumba catalana (como hizo Loquillo o más recientemente los Standstill en su Viva la Guerra. Quizás la más floja de todas a pesar de la colaboración de Jorge Salán. Y cerramos a lo grande con la cruda “Clavos”.

A parte de este vinilo, los buenos de Sôber han incluido un single con dos nuevas grabaciones. En la cara A del 45rpm “Tiempo”, con un aura mucho más progresiva, como es lógico al ser un tema totalmente nuevo. Con la colaboración en las voces de Morti, el cantante de Skizoo, una de las dos bandas que surgieron del descanso de Sôber (la otra fue Savia). Y en la cara B, un tema compuesto para formar parte de la banda sonora del videojuego “Oxide Room 208”, donde dejan claro que son, le pese a quien le pese, los grandes reyes del metal melódico en español.

Datos técnicos de la regrabación. Producido por Carlos Escobedo y Alberto Seara, grabado y mezclado en los Estudios Cube de Madrid por Alberto Seara y masterizado por Dave Donelly en Los Ángeles. Las fotografías de Silvia Catalán.

Ahora me toca hablar de la pedazo de edición que se han marcado los Sôber para traernos este Retorcidos en formato de vinilo, editada por Dromedario Records. Una caja que contiene un libro tamaño carátula de LP dentro del cual encontramos un vinilo negro con splatter en rojo con el álbum Torcidos y otro vinilo en rojo con splatter negro con el Retorcidos. Entre medias de los dos plásticos muchas hojas, con fotografías actuales y pasadas del grupo, las letras de las canciones, ilustraciones y una especie de extensa biografía del grupo, titulada “Los renglones torcidos de Sôber” escrita por Juanma Sánchez, el director del programa de Radio3, El Vuelo del Fénix. También se incluye un 45rpm de color rojo transparente con las canciones nuevas, “Tiempo” y “Habitación 208”, un DVD con el primer concierto en video de Sôber Stoned, cuatro ilustraciones de tamaño carátula LP y una de tamaño carátula single con la portada del disco (no he querido hacer sangre, pero la portada me parece lo peor del disco con mucho) y, en la parte posterior, la foto del grupo autografiada. Por último, una vez que hemos sacado todo, nos encontramos con una cinta de cassette con la primera maqueta de Sôber Stoned, titulada Mirror’s way, que incluye las frenéticas y primigenias versiones en inglés de “Siervo De Su Esclavitud” como “Mirror’s Way”, “No Poder” como “Madness”, “¿Dónde Está Mi Paz?” como “Chance”, “Vuelve A Nacer” como “Inner Circles” y “Clavos” como “The Prayer”. Para terminar, un bolígrafo rojo serigrafiado para rebobinar a mano la cinta, como hacíamos los viejunos antes.     


                                                  

Y esto es todo, que no es poco. Felices fiestas para todos.

 

 


 

Comentarios

  1. Pues qué decir... que eres un fan a muerte de estos tipos y tus palabras desprenden amor por ellos, que la entrada es muy completa, que el Retorcidos es bastante digerible para mi gusto, que esta edición en vinilo es muy interesante, que la obra original tiene un sonido pésimo y que aún así, la regrabación era innecesaria. No puedo aportar nada más. Un abrazo y que tengas unas felices fiestas navideñas.KING

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pensé que a pesar del mal sonido del primer disco te gustaría más ese sonido que el que hacen hoy en día.
      Ah, no soy fan de nadie. Me gustan y disfruto de su música(no de todas, que conste) pero como de otros muchos músicos. Ojalá tuviese claro mi fanatismo pero no es así. Un abrazo .

      Eliminar
    2. Hombre, que te gustan está fuera de discusión, pero quien habla con esa pasión de una banda y se compra una edición como esta, con el disco y su regrabación... es que es fan. Hazme caso que soy mayor jajajaja

      Eliminar
  2. Joder, vaya pedazo de regalo. Menuda edición guapa se han marcado. Solo por lo estético ya merece la pena el gasto. Si además adoras esta música como lo haces tú, miel sobre hojuelas que dice el refranero. Y sí eres fan. Mucho. De la música no puedo aportar nada. A mí me ha gustado más la versión nueva. Claro, que he escuchado las dos por primera vez hoy. Y, para cerrar, creo que ya has ido haciendo lo que te ha dado la gana por el blog 😂 Al fin y al cabo, eres uno de los top de aquí. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se me había pasado responderte. Ya sé que por aqui, quitando a Paco, los Sober no molan mucho. Pero creo que la edición es merecedora de estar en este blog por estética y por música.
      Bueno, no es que haya hecho lo que quería, es que no tengo otros discos jaja. Bueno sí los tengo. Pero son mucho más blandos. Entre jorge y yo os tenemos contentos jaja

      Eliminar
    2. Y Alberto, que se me olvidaba, que somos los blandenguers de por aquí jeje

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Rainbow – Down to earth (Polydor-1979)

Sin vinilos raros o exóticos para comentaros esta semana, echo mano de mi fondo de armario vinílico y como en mi anterior visita, dedico la reseña de hoy a otra de esas obras incontestables de finales del siglo XX de las que nadie quiere hablar porque todo cuanto pueda decirse, sobra o es redundante. Pero para eso estoy yo, para redundar en lo obvio. Y para dar a la reseña un enfoque diferente, más que del álbum –que también–, os hablaré de su vocalista. Total, que después de saber de él en Alcatrazz [ aquí ] o MSG [ aquí ], hoy os traigo de nuevo al incombustible Graham Bonnet para presentaros otro enorme disco en el que participó aportando su personalísimo estilo. Poneos cómodos.    Érase que se era el británico Graham Bonnet , un adolescente nacido en una localidad costera del condado de Lincolnshire que se ganaba unas libras cantando jingles para la radio. Su primo Trevor había emigrado con sus padres a Australi...

City Boy - The day the earth caught fire (Atlantic, 1979)

  Si puedes imaginar una reunión entre Jeff Lynne y Freddie Mercury un sábado a medio día con unos cócteles y un piano delante de ellos, puedes hacerte una idea de lo que vas a escuchar en este The day the earth caught fire . Ah, y se pasó por allí uno de los hermanos Gibb (no recuerdo cual, creo que el bajito) en algún momento para retocar algunas armonías y, tal vez, Jim Steinman metió algunas letras a la hora de la cena. Esta mezcolanza la consiguieron seis tipos, seis: Lol Mason a la voz principal, labor que comparte con Steve Broughton, también guitarrista, Mike Slamer, guitarrista principal, y Roy Ward, baterista a la sazón; “solo” hacen coros Chris Dunn, bajista, y Max Thomas, aporreando todo lo que tenga teclas. Hasta cuatro cantantes principales van intercambiando sus roles y todos los miembros, en mayor o menor medida, participando en las composiciones. Una obra muy coral esta. Aquí tienes a los muchachos. Formados como una banda de folk rock a principios de los setenta...

Helloween - Pink bubbles go ape (1991, EMI)

  Aprovecho la reciente visita a nuestro país de la banda multigermánica Helloween para compartir aquí contigo, lector con orejas inquietas, otro de esos discos que me gusta catalogar con la etiqueta de “síndrome del disco de después”: aquella obra musical editada tras un pelotazo, éxito o gloria en forma de DISCARRAL y que palidece a su sombra independientemente de su calidad o éxito. Discos que han sido “un fracaso” porque vendieron la mitad que su predecesor o porque, simplemente, no respondió a las expectativas. En este contexto, queda claro que casi cualquier cosa que nuestros protagonistas hubieran editado después de “Keeper of the seven keys II” (más aún si lo consideramos un solo disco con su primera parte) iba a ser valorado con el rasero de una(s) obra(s) catalogadas aún hoy como Obras Maestras del Discarralismo (OMD para los entendidos). Si añadimos que las acciones (o inacciones) de algunos de los protagonistas de la banda y alrededores contribuyeron a dificultar la pr...

Megadeth – Peace sells... but who’s buying? (Capitol records-1986) [Resubido]

Hay álbumes que se resisten a aparecer por estos pagos porque son obras tan incontestables y sobre las que se ha dicho y escrito tanto que parece que sobra regresar a ellas. Pero hoy me siento en la necesidad de que eso no me afecte y he venido a expresar obviedades. Creo que no miento si os digo que descubrí a los Megadeth con el So far, so good... so what! [ aquí ] y es un disco que adoro, como otros de la banda. Sin embargo, creo que es en este Peace sells... but who’s buying? en el que se sientan las bases de la carrera de Dave Mustaine y sus Megadeth . Y sí, desde un punto de vista comercial o de calidad compositiva o de sonido, quizás otros álbumes están por encima... pero la importancia de esta obra es capital (sí, yo también utilizo mucho los tres puntos), desde su icónica portada hasta su última nota. Por eso, aunque Omar Sandoval ya comentó [ aquí ] hace más de una década este disco desde una apro...

Genesis- Live (Charisma, 1973)

 Hace once años tuve la suerte de ver en la Sala La Riviera a The Musical Box , la banda tributo canadiense a los Genesis de la época clásica.  Hablo de los Genesis de Peter Gabriel, los del  " Trespass a The Lamb Lies Down on Broadway ".  The Musical Box están reconocidos por la propia banda a la que tributan, llevan hasta los atuendos originales y recrean aquellas maravillosas perfomances a la perfección, llevándonos precisamente hasta este momento que tenéis en pantallas, el del "Genesis Live " de 1973. En ese año la banda estaba en un estado de Gracia total. Acaban de publicar una nueva obra maestra ("Selling England By The Pound"), seguramente la tercera consecutiva si contamos como tal (yo si lo hago) al " Nursery Crime ", publicado en 1971. Entre esos dos discos otro clásico total, " Foxtrot ", y del " Foxtrot" , el  " Nursery Crime " y del todavía más vetusto " Trespass ", sale el repertorio de ...

Blade Killer-High Risk (2018, M-Theory Audio-Riff of the Rose)

 En los mundos de la NEW WAVE OF TRADITIONAL HEAVY METAL hay de todo, y dentro de las bandas reivindicables están Blade Killer.   Originales de Los Angeles su música nada tiene que ver con aquella que reinó en los clubes de su ciudad hace cuarenta años. Olvídate pues de Ratt o Mötley Crüe , lo de estos chavales si te ponen el disco sin decirte de donde son seguramente los situarías en una ciudad de las Midlands británicas, Londres o en el norte de Inglaterra en un día lluvioso y gris de 1979, 80, 81... Tienen un EP del 2014 publicado por " Stormspell Records " que es pura dinamita y que te lleva directamente al sonido de las " Soundhouse Tapes " de los Iron Maiden , una barbaridad que no llega a los catorce minutos y que contiene cuatro temas. Como parece ser que la chavalada que componen estos Blade Killer tienen otras motivaciones musicales en sus vidas dejaron aparcado su proyecto de Heavy Metal Old School hasta 2018 en el que volvieron a la palestra con su ...