...se extrapola a lo meramente musical, para expandir su propuesta y mensaje más allá, llegando a los lindes en que germina la poesía de Lorca...
Por Jorge García.
No fue hasta que el 2018 daba sus últimos coletazos, que decidí introducirme en el universo sónico y poético de los granadinos Lagartija Nick. No sería porque no hubiese recibido a lo largo de los años referencias favorables a propósito de la banda de Antonio Arias, pero lo cierto es que se sucedían discos, episodios y leyendas protagonizadas por la banda y yo me mantenía a una distancia que imposibilitaba que el influjo del grupo hiciera mella en mí.
Tal vez el estar establecidos mis intereses en otros lares, y que el eco que me llegaba a propósito de las tendencias de los de Granada era lejano y poco definido, propiciaba que no terminase de decidirme a iniciar el éxodo hacia su república musical y lírica.
Finalmente, y ante las inmejorables menciones que me llegaron sobre su trabajo publicado en 2017, de título "Crimen, sabotaje y creación", me resolví a colocar mis intereses más desinteresados en mano del cancionero citado para comprobar cuál era el efecto que producía en un servidor.
Encantado, me siento hoy ante el teclado para referir a todos ustedes lo ocurrido durante todas aquellas semanas conviviendo (creo que lo que se hace con este ramillete de canciones es convivir) con "Crimen, sabotaje y creación".
Y para intentar reducir todo el caldo, especias y aderezos que me aporta esta obra a una salsa espesa, recuperaré la frase que ya he mencionado en el párrafo anterior: con estas canciones se convive, que es más aún que el mero hecho de escucharlas. Y se mezcla uno con su magia, su lírica, su sobrecogedora actitud musical, poética e ideológica. Y se fusiona con estas melodías, sonidos y textos, entregado a su idiosincrasia con la materia viva de que están construidas, formando finalmente un estado de habitabilidad con un trabajo que se extrapola a lo meramente musical, para expandir su propuesta y mensaje más allá, llegando a los lindes en que germina la poesía de Lorca, la memoria de los guerrilleros maquis, el flamenco (que tan ajeno me resulta), el amor a la tierra y sus gentes, el recuerdo triste y encendido a los que se fueron dejando su ser aquí...
Las secuencias de guitarras que enervan la sangre de los rockeros de casta, la épica de los que cantan por compromiso con el arte y consigo mismos, para sentarse junto a los oyentes a reflexionar frente a una hoguera crepitante donde el reflejo de las llamas es energía de saber, entender y sentir.
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan herido, de muerte y de vida, por un disco, por unas canciones que no se apartaban de mis entrañas, que persisten en vivir en mis oídos y que hacen las veces de despertador en la mañana, instándome a desayunarme con ellas, a viajar por carreteras solitarias con ellas, a contagiarlas a quien quiera estar conmigo, lo dicho: a convivir con ellas.
Hoy sigo sintiendo ese especial estado de sitio en mi mismo, porque "Crimen, sabotaje y creación" me desarma, no me permite centrarme y mostrarme como ese cabeza cuadrada que sé que soy, y diseccionar sus partes por separado, observar la cronología y mantener una distancia que me permita no despotricar arrastrado por la emoción, ni mostrarme tendido en una playa desierta tras el ocaso de mi barcaza, desmanteladas sus velas tras la tormenta que desencadenaron las doce canciones del álbum.
Y aquí me encuentro ahora, mecido por las tonificantes cuerdas de un adagio nostálgico y al tiempo esperanzado que hace del recuerdo una exposición de belleza y calma, y aunque soy un Robinson recién llegado a una isla desierta, creo que las aventuras y convivencias no han hecho más que empezar.
De estos, al menos el nombre si lo conocía. Afrontaba, sin embargo, su escucha con escepticismo. De las tres propuestas de hoy, por fuerza tenía que ser el garbanzo negro. Pero, para nada. Esa mezcla de rock crudo y melodías más parejas al indie rock o el pop con bonitos arreglos... me ha gustado. Ha sido de lo más ameno y atesora un sonido de lo más digerible por este jebi irredento que, todo hay que decirlo, me considero bastante ecléctico en lo que a gustos musicales se refiere. También me ha sorprendido la gran carga política y de denuncia de Soy de otra Andalucía. Saludos y buen fin de semana.
ResponderEliminarExcelente y sincera revisión del disco. Llevo tiempo sin sentirme así, atrapado imposiblemente. Así, con esta expectativa, voy a pinchar la obra musical. Un saludazo, compañero.
ResponderEliminarConocí a los Lagartija en OMEGA, lo pongo con mayúsculas, que por aquí anda por casa el cd, y como estaba en otros registros pues hasta luego Morente y Lagartija. Aprovechando tu entrada, les pego un repaso. Buena propuesta. Un abrazo
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